La Navidad es una fiesta romana
Las Saturnales se celebraban en diciembre y estaban marcadas por las comilonas y los regalos
"Bah, paparruchas", responde Ebenezer Scrooge cuando le felicitan las Pascuas. Sin embargo, pocos personajes han contribuido de una forma tan profunda a la idea contempor¨¢nea de la Navidad como el amargado protagonista de la novela de Charles Dickens. Su in¨²til intento de resistirse al esp¨ªritu de las fiestas refleja, en el fondo, hasta qu¨¦ punto estas celebraciones invernales est¨¢n asentadas en nuestro universo cultural. No hay una fiesta que tenga un origen tan claro y que a la vez sea tan universal: durante las Saturnales, que se celebraban entre el 17 y el 24 de diciembre, los antiguos romanos encend¨ªan luces, se intercambiaban regalos, invert¨ªan los papeles sociales ¡ªlos amos serv¨ªan a los esclavos y los esclavos a los amos¡ª. Eran d¨ªas de banquetes y disfraces durante los que las celebraciones se apoderaban de las ciudades.
Es impresionante ver hasta qu¨¦ punto algunas cosas han cambiado muy poco, sobre todo en el terreno del consumismo desatado. Caroline Lawrence, escritora de novelas infantiles sobre Roma, recuerda c¨®mo el gran poeta sat¨ªrico Marcial se quejaba en el siglo I de algunos regalos que recib¨ªa por Saturnales: "La bandeja de plata que sol¨ªas enviarme, Sextiliano, por los d¨ªas de Saturno, este a?o se ha ido a parar a tu amiga, y la toga que me ofrec¨ªas para las calendas de marzo se ha convertido en un justillo verde claro para cenar. Ya han empezado a resultarte baratas las queridas, porque haces el amor con ellas a costa de mis regalos".
Matthew Charles Nicholls, profesor del Departamento de Estudios Cl¨¢sicos de la Universidad de Reading y autor de una impresionante recreaci¨®n digital de la antigua Roma, asegura que estas fiestas dedicadas a Saturno, dios de la agricultura, "ten¨ªan un enorme arraigo popular, como todas las celebraciones relacionadas con la luz que tienen lugar al principio del invierno en las culturas del hemisferio occidental". El solsticio de invierno ¡ªen torno al 21 de diciembre¡ª ha tenido siempre un enorme poder simb¨®lico. De hecho, las Saturnales culminaban el 25 de diciembre con celebraci¨®n del Sol Invictus, el astro invencible, cuando los d¨ªas, de nuevo, comenzaban a alargarse y la luz venc¨ªa a la oscuridad.
"Los cristianos tomaron todos los elementos de las Saturnales para preservar, y santificar, esa celebraci¨®n popular", prosigue el profesor Nicholls. Aunque no se sabe si Jes¨²s naci¨® en invierno, ni siquiera si fue en Bel¨¦n como sostiene la tradici¨®n, el papa Liberio declar¨® en 354 que el sagrado alumbramiento hab¨ªa tenido lugar el 25 de diciembre. Como explica Richard Cohen, autor de Persiguiendo el Sol. La historia ¨¦pica del astro que nos da la vida, "las ventajas eran evidentes. Dado que los cristianos participaban tambi¨¦n en esas celebraciones, los padres de la Iglesia llegaron a la conclusi¨®n de que pod¨ªan utilizar el mismo d¨ªa y decretar el 25 como la fecha de la Natividad".
La transici¨®n de las Saturnales a la Navidad se prolong¨® durante varios siglos y fue el concilio de Tours en 567 el que decret¨® el periodo festivo entre el 25 de diciembre y el 6 de enero. En cierta medida sigue siendo una fiesta profundamente ecl¨¦ctica, que incorpora mitos de todo el mundo, desde la imagen de Santa Claus del anuncio de Coca-Cola de los a?os treinta hasta el ¨¢rbol de Navidad, el propio Dickens y sus fantasmas o la bruja que reparte regalos en Italia.
Pero la profundidad con la que la Navidad est¨¢ asentada en nuestra cultura va mucho m¨¢s all¨¢ de la Roma antigua. Como explica Richard Cohen, todas las culturas celebran de alguna forma los solsticios, el d¨ªa m¨¢s corto y m¨¢s largo del a?o. "El aparente poder sobrenatural que se manifiesta en los solsticios y los equinocios para gobernar las estaciones se celebra desde que tenemos memoria, provocando diferentes reacciones en las distintas culturas", afirma.
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