La historia de un lobo inolvidable

El lobo 21 fue un animal irrepetible. ¡°Si alguna vez hubo un lobo extraordinario fue 21. Parec¨ªa un personaje de ficci¨®n, pero era real¡±, explica Rick McIntrye, un experto que lleva d¨¦cadas estudiando estos animales en Yellowstone. Veintiuno ¡ªlos lobos no reciben nombres para identificarlos como los perros, s¨®lo n¨²meros¡ª pertenece a la primera generaci¨®n que naci¨® en este parque nacional del norte de Estados Unidos, despu¨¦s de que estos c¨¢nidos fuesen reintroducidos desde Canad¨¢. Hab¨ªan sido exterminados en la primera parte del siglo XX por los ganaderos, pero su ausencia provoc¨® un exceso de poblaci¨®n de ciervos y alces, que estaban arruinando toda la vegetaci¨®n de uno de los espacios naturales m¨¢s importantes del mundo. M¨¢s all¨¢ de su belleza, 21 ten¨ªa dos caracter¨ªsticas ¨²nicas: nunca perdi¨® una pelea y nunca mat¨® a sus rivales despu¨¦s de ganar, a diferencia de lo que hacen generalmente los lobos cuando son retados por el control de la manada. Cuando jugaba con los cachorros, se dejaba ganar siempre. O, mejor dicho, fing¨ªa su derrota.

¡°El autocontrol que demostraba 21 para dejar marchar a los oponentes vencidos parece incre¨ªble. ?Qu¨¦ pod¨ªa ser? ?Piedad? Otro t¨¦rmino que define a una persona que no utiliza su ventaja contra un rival que le amenaza es magn¨¢nimo. ?Puede un lobo ser magn¨¢nimo? ?Por qu¨¦?¡±, se pregunta el naturalista Carl Safina en su reciente obra Beyond Words. What Animals Think and Feel (m¨¢s all¨¢ de las palabras. Qu¨¦ sienten y piensan los animales), en el que relata muchas historias sobre comportamiento animal, entre otras las de este inolvidable lobo. Este ensayo ha sido comparado por The New York Review of Books con Charles Darwin o Richard Dawkins por la forma en que transforma nuestra mirada sobre el mundo en el que vivimos, en este caso, sobre los otros animales.¡°Beyond Words¡­ marca un hito muy importante en la evoluci¨®n de la comprensi¨®n de nuestro lugar en la naturaleza¡±, escribi¨® Tim Flannery. El libro, no traducido todav¨ªa al castellano, forma parte de un aluvi¨®n de obras publicadas en los ¨²ltimos tiempos sobre animales, que ampl¨ªan no s¨®lo nuestro conocimiento del mundo natural, sino, sobre todo, nuestra visi¨®n del planeta y de nosotros mismos.

Errata Naturae ha lanzado este oto?o una colecci¨®n titulada Libros Salvajes dedicada a la naturaleza, que arranc¨® con Mis a?os Grizzly, de Doug Peacock, una especie de cruce entre Despachos de guerra, de Michael Herr, y el documental Grizzly man, de Werner Herzog. Peacock, un personaje extraordinario que fue el modelo de Edward Abbey para La banda de la tenaza, regresa de la guerra de Vietnam y encuentra su lugar en el mundo entre los espacios inexplorados del oeste americano, habitados por esos gigantescos osos. H de halc¨®n (?tico de los Libros), de Helen Macdonald, es un relato inolvidable del adiestramiento de un azor y, a la vez, de la superaci¨®n del dolor por la muerte de un padre. Elogio del gato (Perif¨¦rica), de St¨¦phanie Hochet, narra el enorme espacio que los felinos han ocupado en nuestra imaginaci¨®n, mientras que El cerdo (L¡¯Hexagone), del gran medievalista Michel Pastoureau, analiza nuestra relaci¨®n con un animal sin el que dif¨ªcilmente se puede entender a la propia humanidad.

Siruela ha reeditado el cl¨¢sico El leopardo de las nieves, de Peter Matthiessen, mientras que el historiador Brian Fagan ha publicado en EE UU su nuevo ensayo, The Intimate Bond. How Animals Shaped Human History (el lazo ¨ªntimo. C¨®mo los animales marcaron nuestra historia), que explica la historia entrecruzada de animales y hombres desde la prehistoria. Uno de los ensayos m¨¢s importantes de 2015 fue La sexta extinci¨®n (Cr¨ªtica), con el que Elizabeth Kolbert gan¨® el Premio Pulitzer. Periodista cient¨ªfica en The New Yorker, Kolbert describe c¨®mo la humanidad puede estar dirigi¨¦ndose hacia un momento terrible: una extinci¨®n masiva de un gran n¨²mero de especies. Sus relatos, como la desaparici¨®n de las ranas doradas en Panam¨¢, son tan apasionantes como inquietantes. Alfaguara publicar¨¢ en marzo Un animal es una persona. Para los animales, hermanos nuestros, de Franz-Olivier Giesbert, una reivindicaci¨®n de los derechos de los animales.

Se trata de libros muy diversos, que llevan al lector en busca de un leopardo fantasma en el Himalaya hasta los peligrosos encuentros con los Grizzly, los gigantescos depredadores de las Rocosas. Pero es posible encontrar un hilo conductor entre ellos: la forma en que vemos a los animales est¨¢ cambiando. Por un lado, la certeza de que, si no tomamos medidas r¨¢pidamente, ma?ana no estar¨¢n ¡ªt¨ªtulo de un maravilloso y divertid¨ªsimo libro de viajes de Douglas Adams sobre las especies m¨¢s amenazadas de la Tierra¡ª. Por otro, son ensayos que ponen en duda que nuestra relaci¨®n con el resto de las criaturas pueda estar basada solamente en el mandato del G¨¦nesis: ¡°Que tenga dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales dom¨¦sticos, sobre los animales salvajes¡±. Este dominio absoluto puede acabar con las criaturas m¨¢s bellas de la Tierra y sin ellas nosotros no ser¨ªamos totalmente humanos.