Espa?a-Inglaterra pasando por Gibraltar
Un libro analiza las tensiones generadas hace tres siglos por el Tratado de Utrecht. Pese al t¨®pico, el siglo XVIII asisti¨® a una recuperaci¨®n de la Monarqu¨ªa espa?ola
Que el presente libro se ocupa del Tratado de Utrecht es un dato verificable. Sin embargo, que el siglo XVIII signifique el ¡°declive de la Monarqu¨ªa y del imperio espa?ol¡±, como se da a entender desde el propio y desafortunado t¨ªtulo, es algo con lo que dif¨ªcilmente se puede estar de acuerdo. Ni siquiera la solvente revisi¨®n historiogr¨¢fica de Joaquim Albareda que encabeza el conjunto de la obra lo confirma en ning¨²n caso, sino que m¨¢s bien se aviene con la ponderada interpretaci¨®n que en su d¨ªa adelantaron Jos¨¦ Mar¨ªa Jover y Elena Hern¨¢ndez Sandoica (a los que se cita profusa y justamente): Utrecht fue sentido como una humillaci¨®n por la Espa?a de Felipe V (p¨¦rdida de los dominios europeos, concesiones comerciales en Am¨¦rica y amputaci¨®n de parte del territorio peninsular), por lo que la pol¨ªtica exterior de los Borbones durante el siglo XVIII fue en buena parte una constante revisi¨®n de los t¨¦rminos de aquel tratado, aunque, como es bien sabido, con mayor ¨¦xito en los territorios americanos que en Europa o en Espa?a (donde todav¨ªa queda abierta la herida de Gibraltar).
Ahora bien, el siglo XVIII, frente a la profunda crisis con que se cerr¨® la centuria anterior, fue un periodo de indudable y brillante recuperaci¨®n del pulso de la Monarqu¨ªa espa?ola tanto en la metr¨®poli como en los dominios ultramarinos, y en todos los terrenos: revitalizaci¨®n pol¨ªtica, movilidad social, relanzamiento econ¨®mico e incorporaci¨®n plena a la cultura de la Ilustraci¨®n. Que eso se hiciera gracias al reformismo implementado por el absolutismo borb¨®nico o que hubiera podido llevarse a cabo a trav¨¦s de otro sistema de gobierno m¨¢s en consonancia con las pr¨¢cticas tradicionales de la Corona de Arag¨®n (integradas en el austracismo), como quiere una buena parte de la historiograf¨ªa catalana, esa es una cuesti¨®n dif¨ªcil (o imposible) de dilucidar, ya que se juega con una historia pr¨¢cticamente contrafactual. El reciente libro de Roberto Fern¨¢ndez para el siglo XVIII en Catalu?a no se propone contestar la pregunta aqu¨ª formulada de si el absolutismo ilustrado fue un sistema pol¨ªtico ¡°inevitable¡± para la Monarqu¨ªa espa?ola despu¨¦s de ?Utrecht, sino s¨®lo constatar que, dentro del contexto europeo del momento, era el m¨¢s plausible, es decir, llega hasta donde se puede llegar: no al determinismo de la mec¨¢nica newtoniana pero s¨ª al probabilismo de la mec¨¢nica cu¨¢ntica. Y es que bajo estas premisas el debate no puede decidirse mediante una ecuaci¨®n irrefutable.
Tras la jugosa introducci¨®n del editor, el volumen presenta una serie de trabajos m¨¢s circunscritos de una serie de reconocidos historiadores. Lucien B¨¦ly explica c¨®mo el equilibrio europeo fue el axioma que condicion¨® en las relaciones internacionales la gesti¨®n del sistema nacido de los tratados de paz de ?Utrecht y Rastatt. Joaquim Albareda analiza muy acertadamente el desarrollo de las negociaciones que permitieron, en palabras de Luis XIV, ¡°conservar lo principal¡±, es decir, la Corona de Espa?a en poder de los Borbones. Las consecuencias, en cualquier caso, fueron m¨¢s graves de las previstas, de modo que, como bien se?ala N¨²ria Sall¨¦s Vilaseca para los a?os 1713-1719, la pol¨ªtica de Felipe?V fue un ¡°desaf¨ªo al sistema de Utrecht¡±, y as¨ª habr¨ªa de seguir si¨¦ndolo en las etapas siguientes.
Josep Maria Delgado, uno de los grandes especialistas en el comercio colonial de 1700, analiza el impacto de las dos grandes concesiones que a favor de Inglaterra hubo de aceptar la Monarqu¨ªa de Felipe V en el ¨¢mbito americano: el asiento de negros y el llamado ¡°nav¨ªo de permiso¡±, que romp¨ªa el monopolio hispano e introduc¨ªa legalmente la competencia extranjera en el sistema atl¨¢ntico espa?ol. En cualquier caso, su detallado seguimiento de los hechos concretos revela los obst¨¢culos puestos por el Gobierno borb¨®nico a la ejecuci¨®n del tratado, que nunca lleg¨® a cumplirse de manera satisfactoria para los mercaderes ingleses, lo que provocar¨ªa una nueva ruptura de hostilidades en 1739.
Finalmente, los trabajos de Agust¨ª Alcoberro y de Virginia Le¨®n se ocupan del fen¨®meno del exilio austracista en Viena, una consecuencia de la indudable victoria borb¨®nica en Espa?a dentro del marco de su derrota en un plano general. El tratamiento pormenorizado de la problem¨¢tica permite ofrecer informaci¨®n sobre aspectos poco conocidos, como el establecimiento de la colonia de Nueva Barcelona en el Banato de Temesvar (la actual Timisoara en Rumania) o volver a se?alar (en un momento muy oportuno) algunas de las propuestas de Juan Amor de Soria, rescatadas por el malogrado Ernest Lluch, aquellas que propon¨ªan un sistema para ¡°hermanar y concordar las dos coronas y sus naciones, deshaciendo una de las causas de la enfermedad de la monarqu¨ªa por la discordia y la antipat¨ªa que entre ellas ha reinado¡±. ?Alguien podr¨ªa tomar nota?
El declive de la Monarqu¨ªa y del imperio espa?ol. Los tratados de Utrecht. Joaquim Albareda (editor). Cr¨ªtica. Barcelona, 2015. 368 p¨¢ginas. 21,90 euros.
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