¡°Deber¨ªas ir a tu primer concierto cuando tienes cuatro o cinco a?os¡±
El Gobierno le concede a la violinista Anne-Sophie Mutter una medalla de Bellas Artes
La violinista Anne-Sophie Mutter era realista y sab¨ªa que no iba a ver a una masa ingente de j¨®venes agolpada a las puertas de la Philharmonie. ?C¨®mo hacerles llegar su m¨²sica, que es todo para ella? Mutter se coloc¨® su traje de noche y se adentr¨® en un club nocturno de Berl¨ªn, entre grafitis y neones con su viol¨ªn como ¨²nica arma de seducci¨®n y con los nervios a flor de piel. La cr¨®nica de aquella noche entre silencios y aplausos qued¨® plasmada en su nueva grabaci¨®n en directo, The club album (Deutsche Grammophon), motivo por el que concedi¨® esta entrevista a EL PA?S. Esta semana, adem¨¢s, el Gobierno le ha concedido una de sus medallas de Bellas Artes.
"En mi opini¨®n, deber¨ªas ir a tu primer concierto cuando tienes cuatro o cinco a?os, pero las circunstancias no siempre lo permiten", explica la violinista alemana, de 52 a?os. Siempre ha tenido la inquietud de hacer cosas nuevas, de que la cl¨¢sica salga de sus templos y hable con la gente. No buscar devotos, sino dar la oportunidad a todos de conocerla y elegir. "Un mont¨®n de gente de mi edad asiste a los conciertos, pero creo que la presencia de j¨®venes m¨²sicos atrae tambi¨¦n a un p¨²blico m¨¢s joven que se siente identificado con las personas que est¨¢n sobre el escenario. Es obvio que las nuevas generaciones no est¨¢n tan interesadas en este tipo de m¨²sica como las anteriores, por eso tenemos que esforzarnos y trabajar a trav¨¦s de la educaci¨®n", explica.
Mutter quer¨ªa que, aquella noche, fuera un recorrido por la historia de la m¨²sica y, en especial, del viol¨ªn. La inclusi¨®n del tema principal de La lista de Schindler no fue al azar, al igual que la Jamaican rumba de Benjamin o los Preludios, de Gershwin, que se hilvanan en el tejido del disco con obras de Debussy, Vivaldi o Schubert. "Los preludios de Gershwin son muy coloridos, con unos elementos del jazz muy interesantes que muestra una cara diferente del viol¨ªn. El Rondo capriccioso de Saint-Sa?ns es una de las grandes piezas de exhibici¨®n. La combinaci¨®n de las tristes melod¨ªas con el vertiginoso virtuosismo es perfecto, y te permite demostrar que el viol¨ªn que tienes en las manos es como un Ferrari. Estoy completamente enamorada de esta pieza", explica. Aquella noche, quiso subir la apuesta virtuosa y sum¨® tambi¨¦n los fragmentos m¨¢s endemoniados de Las cuatro estaciones, para levantar unos aplausos clamorosos que pueden o¨ªrse en la grabaci¨®n.
Se acompa?a en este disco de los Mutter¡¯s Virtuosi, un grupo de estudiantes protegidos por la violinista al amparo de su fundaci¨®n. "Estoy muy satisfecha de poder apoyar a los j¨®venes int¨¦rpretes, ya que tengo la capacidad para hacerlo. La m¨²sica puede hacer mucho por la humanidad. Cuando ten¨ªa unos ocho a?os mi madre me habl¨® del regreso del primer m¨²sico jud¨ªo a Alemania para dar un concierto en 1947 [Yehudi Menuhin], y eso tuvo un tremendo impacto en la gente porque era un gesto de reconciliaci¨®n", recuerda la violinista.
Babelia
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