Madonna se quiebra en M¨¦xico en un concierto dedicado a Frida
La reina del pop se emociona sobre las tablas y reconoce que despu¨¦s de 30 a?os no siempre tiene la fuerza para continuar
En su primer concierto en la Ciudad de M¨¦xico, Madonna se dividi¨® en dos. Una de ellas apareci¨® durante la primera hora del espect¨¢culo, la que tiene acostumbrado a un p¨²blico siempre fiel: la artista m¨¢s provocadora, sensual e irreverente. La segunda fue la que sorprendi¨®. Sola frente a las tablas y ante un auditorio lleno hasta la bandera, la reina del pop enmudeci¨®. Su voz se quebr¨® para reconocer que no siempre tiene la fuerza suficiente para continuar.
"Muchas gracias por estar ah¨ª durante 30 a?os. Estoy pasando por momentos muy dif¨ªciles en mi vida y no siempre puedo actuar como quisiera. Siento que no soy tan fuerte. Pero os miro y me dais la fuerza que necesito", confes¨® una Madonna emocionada sobre la plataforma central del enorme escenario.
#Madonna y Frida!! #RebelHeartTourMexico pic.twitter.com/6v3lW8UwKf
— Mr. Sweet As Whole (@TnFidalgo) January 7, 2016
Si hac¨ªa falta algo m¨¢s para que los fans m¨¢s devotos de la artista se entregaran definitivamente a su ¨ªdolo era ese momento de debilidad humana que mostr¨® Madonna la noche del mi¨¦rcoles. Hasta ese momento, La Reina, que comenz¨® el show bajando de las alturas en una jaula, parec¨ªa inmortal. Cada gesto, cada movimiento, era recibido por su p¨²blico con un sonoro grito. El mismo d¨ªa del concierto se conoci¨® la noticia de que su hijo Rocco Ritchie, de 15 a?os, no quiere volver a casa de su madre.
Hasta la confesi¨®n, Madonna no dej¨® de trepar por escaleras imposibles, sobre los hombros m¨¢s fornidos de sus bailarines. Tambi¨¦n hizo lo mismo sobre el suelo. Todo enmarcado en coreograf¨ªas perfectamente sincronizadas con m¨¢s de 10 cambios de vestuario. Su gira Rebel Heart, que comenz¨® en Canad¨¢ en septiembre del a?o pasado, se gest¨® como uno de sus proyectos m¨¢s ambiciosos: tecnolog¨ªa, decorados y elementos esc¨¦nicos propios de un rodaje de Hollywood, y un vestuario a la altura de una colecci¨®n de alta costura.
Todo para demostrar que a sus 57 a?os est¨¢ en plena forma. Y que sigue poniendo el dedo en la llaga. En un pa¨ªs donde una inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n se considera cat¨®lica -alrededor de un 83%, seg¨²n la arquidi¨®cesis mexicana-, coloc¨® a un elenco de bailarinas de striptease movi¨¦ndose alrededor de una barra de pole dance con forma de cruz y ataviadas con cofias de monja.
Uno de los momentos m¨¢s destacados de la noche fue cuando se?al¨® a una Frida Kahlo entre el p¨²blico y admiti¨® que los colores m¨¢s bonitos eran los que ella pintaba. Justo antes de cantar su famosa True blue. Las menciones a la artista mexicana continuaron durante todo el concierto, especialmente en la parte final: "Amo a Frida Kahlo. Ella se buscaba a s¨ª misma en sus cuadros y yo hago lo mismo con mis canciones. Esto va para Frida. Canten conmigo", core¨® para continuar con su canci¨®n Who's that girl?.
Hasta la primera mitad del concierto era dif¨ªcil recordar que Madonna tambi¨¦n canta. Despu¨¦s de intercalar las canciones del album que da nombre a su gira con las m¨¢s m¨ªticas como Like a Virgin,?la reina del pop se sent¨® sola con un ukelele y enton¨® La vie en rose.
En las ¨²ltimas canciones remont¨® e interpret¨® Material Girl?con atuendo de cabaret y tacones de v¨¦rtigo. Sobre el brillante vestido de lentejuelas se puso una camiseta que le arrojaron del p¨²blico con un cuadro de Frida Kahlo: "?Siempre hab¨ªa querido tener una!", grit¨®. Y se despidi¨® a su manera. Un letrero gigante en la pantalla dec¨ªa: Bye, bye, bitches.
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