Gu¨ªa para el ¡®fan¡¯ de Madonna
Talento, experiencia y repertorio son las claves del ¨¦xito de Madonna en ¡®The Rebel Heart Tour¡¯ Dos noches para ver el ¡®show¡¯ de la diva, que triunfa gracias a la precisi¨®n con la que 80 profesionales trabajan entre bambalinas
"?Despu¨¦s de toda una vida sigui¨¦ndola, por fin me ha mirado y se ha dado cuenta de que existo!", gritaba Bruno, un treinta?ero de Alicante, al salir del concierto de Madonna del pasado lunes en Herning (Dinamarca). Este ac¨¦rrimo fan de la reina del pop acababa de ser bendecido con uno de los mayores regalos de su vida, seg¨²n sus palabras, y no fue simplemente una mirada. Madonna le chup¨® y mordi¨® los dedos durante una canci¨®n y, m¨¢s tarde, le pregunt¨® el nombre y brome¨® con ¨¦l durante casi un minuto. Bruno lleva toda su vida siguiendo a la cantante y la ha visto varias veces en directo en casi todas sus giras. En esta, la d¨¦cima de su carrera, empez¨® su periplo junto a un amigo dos d¨ªas antes en el concierto de Estocolmo. Viajes largos y eternas jornadas a la intemperie en el fr¨ªo oto?o n¨®rdico, noches incluidas, para estar en primera fila y tener la oportunidad de acercarse lo m¨¢ximo posible a su ¨ªdolo para vivir una experiencia cercana al ¨¦xtasis. Su historia refleja lo que sigue moviendo Madonna cuando sale a la carretera tres d¨¦cadas despu¨¦s de alcanzar el ¨¦xito. La cantante ha vuelto a colocar su espect¨¢culo como el m¨¢s exitoso gracias a una de las bases de fans m¨¢s leales. El secreto, adem¨¢s de la experiencia, talento y repertorio de una leyenda de la industria, est¨¢ en una producci¨®n descomunal a cuyos entresijos EL PA?S ha tenido acceso. Tecnolog¨ªa, decorados y elementos esc¨¦nicos propios de un rodaje de Hollywood, y un vestuario a la altura de una colecci¨®n de alta costura, acompa?aron a una Madonna en plena forma a sus 57 a?os que conquist¨® al p¨²blico que abarrot¨® el pabell¨®n. La danesa fue la pen¨²ltima parada antes de que el martes y mi¨¦rcoles The Rebel Heart Tour desembarque en Barcelona.
Lo primero que se ve al entrar al backstage son ocho ukeleles perfectamente colocados en una estanter¨ªa. Madonna toca este instrumento en dos de los momentos ¨¢lgidos del show, para interpretar uno de sus cl¨¢sicos de los ochenta y una versi¨®n de La vie en rose. El siguiente armario sostiene una decena de lanzas de unos dos metros de largo con forma de cruz en la punta. Se usan en una coreograf¨ªa en la que Madonna, a lo Juana de Arco, es acompa?ada por guerreros para dar comienzo a su ¡°revoluci¨®n¡±. ¡°No son de juguete, son de hierro¡±, explica uno de los 80 trabajadores de montaje. ¡°Hemos trabajado con muchos artistas y todos buen¨ªsimos, pero por el nivel de exigencia de Madonna y la magnitud de esta producci¨®n, este show es el mejor que se puede ver ahora¡±, a?ade. Bajo el escenario hay un taller mec¨¢nico con ruedas de verdad y medio coche desguazado, y que solo se usa en una canci¨®n. Madonna sale de una jaula, y los barrotes tambi¨¦n son macizos y met¨¢licos. No hay un escenario, hay cinco, con sus respectivos ascensores, movilidad e iluminaci¨®n independientes. En el espect¨¢culo la cantante ha dado prioridad a dos aspectos. Por un lado, la musicalidad, algo que confirma su guitarrista desde 2001, Monte Pittman. ¡°Es el mejor sonido hasta la fecha, tanto en instrumentos como en voz, la direcci¨®n musical ha hecho un gran trabajo, tenemos lo ¨²ltimo en ingenier¨ªa de sonido y su voz est¨¢ perfecta¡±. El otro es, sin duda, el vestuario: 50 percheros ocupan los espacios libres que hay entre bastidores. Cada estilismo est¨¢ cuidado al detalle. Los uniformes de los samur¨¢is, con sus cascos y corazas, podr¨ªan servir para cualquier pel¨ªcula. Trajes de coristas de los a?os veinte para los que se usaron 2,5 millones de cristales de Swarovski. Dise?os de Prada de estilo rockabilly y, c¨®mo no, los trajes de torera que Madonna encarg¨® a una empresa de Zaragoza a principios de a?o con sus correspondientes complementos de Moschino. Junto a ellos, varias faldas bolero de Gucci para cerrar la parte flamenco-latina del concierto.
¡°Nunca hemos tenido tanta riqueza y cantidad¡±, confirma Tony Villanueva, el jefe de vestuario. ¡°A veces decide hacer toda una secci¨®n con el traje de matador y no usar el otro, pero no es porque hagamos mal el trabajo y no nos d¨¦ tiempo a cambiarla. Ella lo decide en el momento, depende de su estado de ¨¢nimo¡±, aclara el veterano profesional, que lleva seis giras vistiendo a la estrella y anteriormente trabaj¨® con Cher. ¡°Siempre tiene una buena raz¨®n para esos cambios de ¨²ltima hora, ella se mueve por lo que siente¡±, confirma Nicki Richards, una de las coristas.
En Herning Madonna volvi¨® a improvisar. Ya lo hab¨ªa hecho en Estocolmo, influida por los atentados de Par¨ªs. La semana anterior hab¨ªa sido muy buena para ella. Billboard hac¨ªa p¨²blicos los datos de recaudaci¨®n que sit¨²an a The Rebel Heart Tour como el n¨²mero uno en taquilla, por delante de la gira de U2. Pese a las bajas ventas de su ¨²ltimo disco, ella sigue mandando donde m¨¢s dinero se hace, los espect¨¢culos en vivo. Tambi¨¦n publicaba un ranking de los artistas m¨¢s grandes de la historia y ella aparece en el n¨²mero dos, por detr¨¢s de los Beatles y por delante de Elvis y Michael Jackson, gracias a sus 38 singles colocados en el top 10, 12 de ellos n¨²meros uno. Pero tras los sucesos de la capital francesa, se enfrentaba a un dilema como tantos otros artistas. Sab¨ªa que ser¨ªa criticada si no cancelaba, pero lo resolvi¨® sustituyendo la parte latina m¨¢s festiva por su cl¨¢sico Like a Prayer, para despu¨¦s pronunciar un discurso en favor de la paz. ¡°Me ha resultado dif¨ªcil seguir adelante esta noche. Pero esa gente es lo que quiere, silenciarnos. Nunca cambiaremos el mundo si no cambiamos la forma en que nos tratamos los unos a los otros. Solo el amor cambiar¨¢ el mundo¡±. En Dinamarca estuvo mucho m¨¢s animada. El p¨²blico contribuy¨® a ello. ¡°Siempre ha sido un s¨ªmbolo de libertad para nosotras, que queremos seguir siendo guapas, sexis e independientes aunque tengamos m¨¢s de 50¡±, comentaban tres se?oras con vestidos ajustados y tacones que cantaban al un¨ªsono Like a Virgin. La diva respondi¨® a las ganas de fiesta de sus fans. Hasta el punto de morderle los dedos a Bruno y despu¨¦s preguntarle si quer¨ªa casarse con ella o prefer¨ªa montarse un tr¨ªo con dos de sus bailarines. Al alicantino solo le falt¨® la guinda del pastel, ser el elegido para subir al escenario y bailar con ella, algo que ocurre cada noche en el pen¨²ltimo n¨²mero. En Herning fue una joven con una estrofa de una canci¨®n de Rebel Heart tatuada en la espalda, que la estrella ley¨® ante los 15.000 asistentes mientras a la chica se le saltaban las l¨¢grimas. Una met¨¢fora perfecta del momento actual de Madonna, en lo m¨¢s alto gracias a su ej¨¦rcito de incondicionales y dispuesta a seguir con su particular ¡°revoluci¨®n de amor¡± junto a ellos.
A la ma?ana siguiente en el aeropuerto de Billund, toda la troupe de Madonna esperaba la salida de su vuelo a Tur¨ªn, siguiente parada de la gira. Bruno tambi¨¦n ir¨¢ a esos conciertos. En la puerta de embarque, el guitarrista de la estrella se confesaba cansado por lo exigente del espect¨¢culo, pero al mismo tiempo feliz por los resultados. ¡°Cada noche es diferente, ahora viene Italia, que siempre es una parada potente, pero por el toque flamenco del show y lo pasional del p¨²blico espa?ol, sin duda Barcelona ser¨¢ muy especial. Y habr¨¢ sorpresas. No os lo perd¨¢is¡±.
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