La muerte como remedio
'El caballero ha muerto', segunda obra de Nooteboom, es la que escribi¨® para enterrarse antes de dar a luz a un autor nuevo
Cees Nooteboom (La Haya, 1933) es probablemente el escritor holand¨¦s vivo m¨¢s universal y ambicioso. Su candidatura al Premio Nobel es una de las que se repiten a?o tras a?o. Y su obra, vast¨ªsima, resulta bastante dif¨ªcil de etiquetar, pero podr¨ªa decirse, como aproximaci¨®n, que ha hecho del viaje ¡ªinterior y geogr¨¢fico¡ª su se?a de identidad. Aunque de estilos y tonalidades completamente distintos, Bruce Chatwin, Paul Theroux o incluso Paul Bowles son sus parientes literarios. En esa obra vasta, dominada por el ensayo y los libros de viajes, la ficci¨®n pura es una gota muy peque?a. Su primer texto, publicado a sus 22 a?os, fue novel¨ªstico ¡ªPhilip y los otros¡ª, pero tard¨® 8 a?os en afinar otra novela, esta que publica ahora Siruela; y otros 17 en dar a la imprenta la tercera.
Esta edici¨®n de El caballero ha muerto incluye un pr¨®logo que Connie Palmen escribi¨® para la reedici¨®n holandesa de 2009. En ¨¦l ofrece una interpretaci¨®n de la novela que me parece convincente: es el resultado de una crisis de escritor y sirve para matar a un Nooteboom y dar a luz a otro nuevo. ¡°La destrucci¨®n del escritor imperfecto, que a la vez es una autodestrucci¨®n y un perfeccionamiento¡±, dice Palmen.
El caballero ha muerto cuenta la historia de un escritor que viaja a una isla mediterr¨¢nea para reencontrar el sentido de su inspiraci¨®n y encuentra, rodeado de un grupo extravagante de artistas, un amor borrascoso y extra?o. El escritor al final muere (no es ning¨²n secreto, est¨¢ en el t¨ªtulo y en el arranque) y la novela la remata, siguiendo sus apuntes, otro escritor amigo.
Fue publicada a principios de los a?os sesenta, y pertenece a esa corriente de la literatura europea ¡ªdigna a mi juicio de olvido¡ª en la que el hermetismo era un valor literario admirable y los textos inteligibles eran considerados poco inteligentes. El caballero ha muerto se esfuerza en cada p¨¢gina por mostrar el filo de lo incomprensible. Sus personajes no tienen emociones humanas, sino aleg¨®ricas, y el relato mantiene en todo momento un tono fantasmal, impenetrable, de sue?o terrible. Su lectura no es f¨¢cil ni apasionante.
Nooteboom la escribi¨® cuando apenas hab¨ªa cumplido los 30 a?os, pero es una novela sobre la muerte. Quiz¨¢ sobre la muerte simb¨®lica, como dice Connie Palmen, pero tambi¨¦n sobre la muerte real, sobre el acabamiento biol¨®gico de las personas: ¡°Fuera del cuerpo no somos nada¡±, dice uno de sus personajes. El texto est¨¢ salpicado desde el inicio por sucesos, referencias y episodios f¨²nebres. Y en uno de sus cap¨ªtulos angulares, en el que el protagonista y su amante Clara dirimen violentamente su relaci¨®n, el autor emplea como contrapunto ¡ªcon un montaje textual en paralelo de vanguardia mal envejecida¡ª uno de los grandes arquetipos culturales de la muerte: la tauromaquia.
El caballero ha muerto es la obra de un hombre perdido en el marasmo de la vida, de un ser humano que vive la pureza de la angustia. Uno de los personajes, agonizante, dice: ¡°Morir es un remedio contra tantas cosas¡¡±. Esa es la reflexi¨®n existencial ¡ªy existencialista¡ª que plantea Nooteboom. La moraleja que el narrador, al final, en una pirueta posmoderna avant la lettre, nos niega.
No es ni mucho menos la obra que yo le recomendar¨ªa a un lector para adentrarse en el universo de Nooteboom, pero tiene, inevitablemente, algunos de sus mejores rasgos: la brillantez de un lenguaje a veces doloroso, la maestr¨ªa metaf¨®rica (la explicaci¨®n del canto de los grillos, por ejemplo, es de una belleza portentosa), el riesgo literario y la sensualidad. Y tiene ese desgarro vital del escritor que no distingue entre sus actos y sus palabras. ¡°O mi vida es aut¨¦ntica o mi escritura es aut¨¦ntica¡±, dice en un determinado momento. Y luego: ¡°Escribir no es trabajar. Escribir es ser¡±.
El caballero ha muerto. Cees Nooteboom. Traducci¨®n de Isabel-Clara Lorda Vidal. Siruela. Madrid, 2015. 148 p¨¢ginas. 14,90 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.