El Eisenstein m¨¢s er¨®tico surgi¨® en tierras mexicanas
Una colecci¨®n de dibujos sexuales recuerda el paso del genial cineasta ruso por el pa¨ªs
M¨¦xico es tierra de caminos extra?os. En ocasiones, sus rutas se dislocan y atrapan a personajes inesperados. Sergu¨¦i Eisenstein (1898-1948), el cineasta que hizo bella la revoluci¨®n rusa, fue uno de ellos. En diciembre de 1930, cuando Stalin ya hab¨ªa mostrado su m¨¦dula criminal, el genio ruso recal¨® al sur del R¨ªo Bravo con la intenci¨®n de rodar ?Que viva M¨¦xico!, un grandioso proyecto que buscaba captar la esencia del pa¨ªs que hab¨ªa asombrado al mundo con su ardiente y ca¨®tica revoluci¨®n.
Aquellos lejanos d¨ªas, que durante d¨¦cadas durmieron en el olvido, han levantado ahora un nuevo inter¨¦s y permitido desempolvar algunas facetas desconocidas del vanguardista ruso. Entre ellas, su fascinaci¨®n por el sexo. Una obsesi¨®n en Eisenstein que plasm¨® en una sorprendente serie de dibujos er¨®ticos que ahora se exponen en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de M¨¦xico y que revelan un alma irreverente y llena de vida.
Eisenstein lleg¨® a M¨¦xico marcado por un sonoro fracaso profesional en Estados Unidos. Ah¨ª, lejos de desplegar su inconmensurable talento, hab¨ªa sufrido los demonios del anticomunismo que ya bull¨ªa en Hollywood. Rechazado y humillado, el autor de El acorazado Potemkin quiso resarcirse en M¨¦xico con un nuevo rodaje. El proyecto, financiado por el escritor Upton Sinclair, pudo haberse convertido en una obra maestra, pero se qued¨® sin terminar. La incapacidad de Eisenstein de moderar su autoexigencia art¨ªstica agot¨® la paciencia y los fondos de su patrocinador. La pel¨ªcula acab¨® abruptamente. Fruto de aquel esfuerzo de casi dos a?os, fue un legado de 60.000 metros de pel¨ªcula que nunca llegaron a ser montados por el maestro ruso. Un tesoro virgen, bajo cuya luz de cuchillo se atisba un M¨¦xico abrasado e infinito. Al igual que su inacabada obra, el paso por M¨¦xico del creador ha sido objeto de todo tipo de reconstrucciones. Entre las ¨²ltimas figuran tanto la reci¨¦n estrenada pel¨ªcula Eisenstein en Guanajuato, del cineasta brit¨¢nico Peter Greenaway, quien indaga en la supuesta homosexualidad del director ruso; como la citada exposici¨®n de 33 dibujos er¨®ticos o pornogr¨¢ficos (seg¨²n se mire).
Fondos del Hermitage
Estas ilustraciones, procedentes de la colecci¨®n del Museo Hermitage, en San Petersburgo, fueron elaboradas en su mayor¨ªa durante su estancia mexicana y descubren la naturaleza blasfema del autor. Monjes y santas, ¨¢ngeles y profetas se ofrecen sin pudor en el caleidoscopio del sexo creado por Eisenstein durante uno de sus tramos vitales m¨¢s complejos: cuando se vio enclaustrado entre una Uni¨®n Sovi¨¦tica cada vez m¨¢s hostil y un M¨¦xico en el que nunca llegar¨ªa a arraigar.
Esta tensi¨®n se percibe en los dibujos. La lascivia desborda el trazo. El M¨¦xico de la muerte y los arquetipos religiosos se confunde con sus ra¨ªces europeas y cristianas. Los dioses ca¨ªdos se entremezclan con citas a Verlaine y Rimbaud. Hay calaveras y marineros. Erot¨®mano y m¨ªstico, Eisenstein dibuja compulsivamente, muchas veces sobre las hojas del Hotel Imperial, donde estaba alojado, para derramar una imaginaci¨®n que se sent¨ªa rechazada y sin hogar.
Finalmente, en 1932, regres¨® al continente ruso. Profundamente desencantado, jam¨¢s volver¨ªa a pisar M¨¦xico. Ni a tocar su inconclusa??Que viva M¨¦xico! A su muerte, las ilustraciones consideradas obscenas fueron ocultadas por su esposa en el domicilio de su productora. Pasar¨ªan d¨¦cadas hasta que volvieran a la luz.
Babelia
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