La Sard¨¤
Cultiva un divertido aire de mujer despistada que habita en su nube personal. Lo ha desarrollado en numerosas comedias, y muy especialmente en sus inolvidables presentaciones de los premios Goya, insuperables. En realidad ese aparente despiste encierra una l¨²cida iron¨ªa, como volvi¨® a demostrar el pasado martes al recibir el Feroz de Honor de los informadores cinematogr¨¢ficos ante un p¨²blico que le aplaud¨ªa en pie. ¡°Sentarse, que no veo el momento de salir a fumar un cigarrillo¡±, orden¨® bromista, felicit¨¢ndose de estar participando en una fiesta como esa: ¡°Somos afortunados porque no cruzamos el mar en una patera, ni tenemos que pasar de un pa¨ªs a otro porque nos echan del nuestro, ni estamos en un campo de refugiados; y debemos felicitarnos porque seguimos haciendo pel¨ªculas pensando que nuestro cine puede ayudar a un mundo mejor¡ aun teniendo todas las fuerzas en contra, porque mira que no nos lo pueden poner peor¡±. Los gobernantes, se entiende, a quienes el pasado mayo, al recibir el Max de honor del teatro, envi¨® un regalo que entre ellos pod¨ªan compartir, ¡°una bona butifarra y que les aproveche en las vacaciones que pronto van a disfrutar y que deseo sean muy largas¡±¡
Rosa Maria Sard¨¤ es una caja de sorpresas y tan pronto nos hace re¨ªr (El efecto mariposa, en cine) como nos encoge el alma (Madre coraje y sus hijos, en teatro), por no hablar de sus trabajos en la televisi¨®n. Su profesionalidad est¨¢ a prueba de todo. En un festival de San Sebasti¨¢n deb¨ªa presentar la ceremonia de inauguraci¨®n. Discuti¨® algunos aspectos del guion, lo matiz¨® y mejor¨®, y una vez acordado luego ya no cambi¨® ni una sola coma en los ensayos. Y cuando por fin sali¨® al escenario la noche de gala repiti¨® el texto con una singular energ¨ªa, dici¨¦ndolo, para sorpresa de todos, como si se le acabara de ocurrir en ese momento. Algo que muchos creyeron as¨ª. Por ejemplo, cuando un efecto que consist¨ªa en que se interrump¨ªa una proyecci¨®n como si se hubiera averiado, se coment¨® ¡°Menos mal que estaba ah¨ª la Sard¨¤ para resolver el entuerto¡±.
Los premios que este a?o est¨¢ recibiendo se a?aden a los muchos obtenidos durante su larga trayectoria. ¡°La raz¨®n para que te los den es haber sobrevivido, no es cuesti¨®n de talento¡±, coment¨® antes de fumarse el ansiado cigarrillo. Entra?able, combativa, admirable y divertida. La Sard¨¤.
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