Sof¨ªa Gandarias, retratista de la literatura
La pintora de Guernica que empez¨® a pintar a los 12 a?os falleci¨® el s¨¢bado. Era patrona de la Fundaci¨®n Yehudi Menuhin Espa?a
Poco antes de morir, Jos¨¦ Saramago escribi¨® sobre la interpretaci¨®n que hizo Sof¨ªa Gandarias, pintora nacida en Guernica en 1957, que sus telas eran ¡°espejos pintados¡±. Lo que ella ve¨ªa era la imagen de la literatura, de los literatos, de los dramas a los que prest¨® tanta atenci¨®n. Era, por decirlo as¨ª, una retratista de la literatura, comprometida ante las tragedias del siglo XX, empezando por la que sucedi¨® en su propio pueblo durante la Guerra Civil. ¡°A nosotros nos dejaron con nuestro ¨¢rbol¡± los que vencieron. Sof¨ªa Gandarias muri¨® este s¨¢bado en Madrid. Ten¨ªa abierta ahora en Sevilla (en el Espacio Santa Clara) el resultado de su ¨²ltima obsesi¨®n pict¨®rica, la que se deriva de sus estudios de El coloquio de los perros, una de las extraordinarias y raras novelas ejemplares de Cervantes.
Fue modelo de Gyenes, el gran fot¨®grafo; y la tentaron Bu?uel y Ferreri para que interpretara pel¨ªculas. Pero su pasi¨®n fue la pintura, y aunque el dolor de los ¨²ltimos tiempos era fuerte y la vida le fue muy dif¨ªcil, hasta el ¨²ltimo momento sigui¨® pintando Sof¨ªa Gandarias. Ella era una mujer delicada, estudiosa; no era una mujer locuaz, escuchaba como si estuviera pintando, o le¨ªa como si estuviera escuchando. Primo Levi, cuya obra Si esto es un hombre le inspir¨® algunos de sus cuadros m¨¢s brillantes sobre la memoria que la ignominia de los fascistas dej¨® en el alma de Europa, dec¨ªa que ¨¦l viv¨ªa para contar; ella vivi¨® para contar qu¨¦ le produc¨ªa la lectura del tiempo que no conoci¨®. Su serie sobre Kafka inspir¨® aquel texto de su amigo Saramago, que tambi¨¦n fue su retratado; esa exposici¨®n kafkiana de Sof¨ªa Gandarias fue expuesta en Praga, la patria del autor de La metamorfosis, en 2010; antes hab¨ªa exclamado el papa Benedicto, ante la evidencia de la ignominia de Auschwitz: ¡°?D¨®nde estaba Dios?¡±. En uno de los t¨ªtulos de esos cuadros de Gandarias expuestos entonces en Praga, en los que conviv¨ªan las figuras de Kafka y del Papa, la pintora respond¨ªa a la pregunta del pont¨ªfice: Dios no est¨¢ aqu¨ª. A Saramago se le ocurr¨ªa que el Papa debiera ir a ver la exposici¨®n de Gandarias para compartir con ella esa simple (y escalofriante) respuesta.
Fue sin duda su origen, aquel pueblo vasco que fue devastado por la guerra, el que produjo en Sof¨ªa Gandarias ese grito com¨²n en su pintura, su retrato m¨²ltiple de escritores que de una u otra forma (Kafka, Levi, Saramago) fueron testigos, int¨¦rpretes o v¨ªctimas de unos tiempos de los que la propia villa de Guernica fue s¨ªmbolo inolvidable. Ella lo dijo: ¡°Este tr¨ªptico de Guernica es mi grito¡±.
Esa dedicaci¨®n suya a la literatura y al drama encontr¨® el entendimiento de grandes escritores, a los que ella misma pint¨®. Carlos Fuentes la sit¨²a en ¡°la gran tradici¨®n velazque?a, espa?ola, que es se?a de identidad, prueba de existencia y ejercicio ir¨®nico entra la fama infame y la invisibilidad invisible, entre el monarca y los anarcos¡¡±. Sof¨ªa Gandarias nos ofrece relatos en los que la figura y su tiempo son inseparables.
Estudi¨® en la Facultad de Bellas Artes de San Fernando. Su maestro fue Manuel Villase?or. Prolong¨® su conocimiento del arte, y del drama en el retrato, de artistas como Vel¨¢zquez, Goya y Francis Bacon. Kokoschka estuvo tambi¨¦n entre sus referencias, y a la relaci¨®n de este con Alma y Gustav Mahler le dedic¨® una de sus primeras series. El acad¨¦mico Francisco Rico escribi¨® sobre su ¨²ltima exposici¨®n, la que ya se cerrar¨¢ p¨®stumamente en Sevilla, y que inaugur¨® en el transcurso de la enfermedad silenciosa que acab¨® con su vida. En esos ¡°soberbios 28 lienzos¡±, dice Rico, ¡°triunfa la interpretaci¨®n del Coloquio como visi¨®n de visiones. Porque, como fueran en la novela, los que podr¨ªan no pasar de sucesos reales y puntuales atestiguados por Campuzano a trav¨¦s de Cipi¨®n y Berganza [los perros descritos por Cervantes], Sof¨ªa los traslada al dominio on¨ªrico, m¨¢gico y misterioso de la visi¨®n. Los fondos oscuros, los perfiles borrosos, las tonalidades que se entremezclan, los rasgos en fuga¡, las formas, en definitiva, y sustancialmente las formas, constituyen la aut¨¦ntica lectura que Sof¨ªa Gandarias nos ofrece del Coloquio de los perros¡±.
El acad¨¦mico resume, ante esta ¨²ltima exposici¨®n de Gandarias, la sustancia de su manera de retratar la literatura, de Kafka a Cervantes, en los que ella encontr¨® la continuidad de la que tambi¨¦n hablaba Augusto Monterroso.
Sof¨ªa Gandarias estaba casada con Enrique Bar¨®n, que fue presidente del Parlamento Europeo y ministro socialista. Tienen un hijo, Alejandro.
Babelia
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