El Museo Ruso de M¨¢laga recorre dos siglos de paisajes y las prevanguardias
La pinacoteca renueva su colecci¨®n permanente y abre una muestra dedicada al grupo que se rebel¨® contra la pintura de sal¨®n
El Museo Ruso de M¨¢laga, abierto al p¨²blico hace 10 meses, renueva su colecci¨®n permanente con 88 cuadros consagrados al paisaje y con las cuatro estaciones del a?o como hilo conductor. La visita incluye tambi¨¦n una muestra temporal dedicada al desconocido y controvertido grupo Sota de Diamantes, formado por artistas de toda ¨ªndole que se rebelaron contra la pintura de sal¨®n que se hac¨ªa en Rusia a finales del siglo XIX y principios del XX y origen de las futuras vanguardias.
La primera exposici¨®n de esta corriente art¨ªstica se celebr¨® en diciembre de 1910. La propuesta, de estilo figurativo, mezclaba su pasi¨®n por el postimpresionismo europeo y por la cultura popular rusa. ¡°Son obras de tem¨¢tica f¨¢cil, pero tambi¨¦n brutales, duras¡±, ha explicado este mi¨¦rcoles Evgenia Petrova, directora art¨ªstica del Museo Estatal Ruso de San Peterburgo, del que es filial la pinacoteca malague?a, durante la presentaci¨®n de los dos montajes.
La aparici¨®n del grupo caus¨® un aut¨¦ntico revuelo ¡°por su temeridad¡±. Mija¨ªl Lari¨®nov fue el ide¨®logo de la Sota de Diamantes junto a su compa?era Natalia Goncharova. Los miembros del colectivo cambiaron constantemente durante su d¨¦cada de existencia, pero pr¨¢cticamente todos los artistas de las vanguardias rusas participaron en la iniciativa. Un irreconocible y desconocido Mal¨¦vich, admirador de Paul C¨¦zanne, est¨¢ presente en la muestra temporal con Naturaleza muerta (1910) y Autorretrato (1910-1911). Tambi¨¦n Aleksandra Ekster con su obra futurista Naturaleza muerta con huevos (1914).
¡°No representaba una corriente ¨²nica, englobaba embriones de nuevos grupos¡±, aclara Petrova sobre las peculiaridades del fen¨®meno. Surgido en contestaci¨®n a la pintura de retrato de la burgues¨ªa rusa, un ejemplo del descaro del movimiento es el cuadro Autorretrato y retrato de Piort Konchaloski (1910), de Ili¨¢ Mashkov, uno de los grandes nombres de las vanguardias del pa¨ªs. En el lienzo, ambos artistas aparecen semidesnudos, con una est¨¦tica y una postura que recuerdan a las de los boxeadores. Sus gustos quedan claros por los objetos que los rodean, entre ellos, un piano, un viol¨ªn y aparentes libros sobre C¨¦zanne y Matisse.
Otros nombres destacados del grupo que se pueden contemplar en M¨¢laga son Mija¨ªl Lari¨®nov, Iv¨¢n Puni y R¨®bert Falk. En total hay medio centenar de obras. Aunque la Sota de Diamantes mantuvo una actividad puntual hasta 1927, dej¨® de existir en 1917 (a?o en que triunf¨® la Revoluci¨®n Rusa), despu¨¦s de una exposici¨®n colectiva en la que las propuestas de arte abstracto y el suprematismo de Mal¨¦vich no recordaran en nada a las pinturas figurativas de los or¨ªgenes.
La muestra temporal se puede visitar desde este jueves hasta el pr¨®ximo julio. Un a?o permanecer¨¢ instalado el montaje Las cuatro estaciones, que renueva los fondos permanentes del museo. Las 88 pinturas recorren dos siglos de arte (1792-1987), con estilos muy distintos y visiones individuales de la naturaleza y su estado. Cada estaci¨®n se ha completado con una videocreaci¨®n de artistas locales y tiene como banda sonora la suite para piano compuesta por Chaikovski alrededor de esta tem¨¢tica.
El paseo se inicia en invierno, con paisajes y bosques nevados y estampas de la vida cotidiana en medio de temperaturas que pueden descender hasta menos 30 grados. No s¨®lo se muestra lo m¨¢s crudo del fr¨ªo, sino los juegos de los ni?os y el d¨ªa a d¨ªa en las calles. Tambi¨¦n la belleza y los contrastes de luz, como hace Arjip Kuindzhi en Manchas de luz de luna en el bosque (1898-1908).
La primavera fue un tema recurrente para los artistas rusos de la segunda mitad del siglo XX, durante los a?os del deshielo, tras la muerte de Stalin. El verano es retratado en la muestra por Iv¨¢n Shishkin, un artista de finales del siglo XIX muy reconocido en Rusia, Aleksandr Deineka (Vastedad, 1944) y Arkadi Pl¨¢stov (Ba?o de los caballos, 1938). Aqu¨ª vuelve a aparecer Mal¨¦vich con Manzanos en flor (1930).
En el oto?o, donde predominan los rojos y amarillos propios de la estaci¨®n, destaca la pintura Cuenca del r¨ªo (1896), de Isaak Levit¨¢n, ¨ªntimo amigo de Ch¨¦jov. ¡°Casi se pueden transmitir sus cuentos¡±, subraya Petrova sobre el lienzo.
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