Carta de Ortega a su amigo Fernando Vela
En esta misiva, el fil¨®sofo propone editar 'Revista de Occidente' en Portugal y lanzar una editorial, Azar
Jos¨¦ Ortega y Gasset y Fernando Vela, secretario de Revista de Occidente, mantuvieron correspondencia desde el momento en que se conocieron en el verano de 1914 hasta poco antes del fallecimiento del fil¨®sofo en 1955.
Cuando Ortega escribe esta carta el 4 de octubre de 1942, llevaba siete meses en Portugal a donde hab¨ªa llegado tras su exilio argentino y de donde hab¨ªa regresado exhausto y deprimido por las dificultades que encontr¨® para desarrollar su trabajo y mantener unos ingresos m¨ªnimos. El regreso a Europa, la cercan¨ªa de sus hijos y la visita de amigos desde Espa?a le animaron hasta el punto de creer posible volver a editar la publicaci¨®n peri¨®dica Revista de Occidente en Portugal y poner en marcha una nueva editorial, Azar, donde ver¨ªan la luz los t¨ªtulos de la serie Biblioteca del conocimiento del hombre. A tenor de lo que dice la carta, ten¨ªa previsto publicar dicha Biblioteca en Espa?a o, por lo menos, no solo en Portugal. En Espa?a, en 1939 la editorial Revista de Occidente hab¨ªa vuelto a publicar libros con la orientaci¨®n de Ortega y las gestiones de su hijo Jos¨¦ Ortega Spottorno, quien emprender¨ªa en el futuro, entre otras empresas culturales, la fundaci¨®n del peri¨®dico EL PA?S.
Por su lado, Fernando Vela estaba pasando por un momento personal y profesional dif¨ªcil. En 1938, el cr¨ªtico taurino de Abc, Gregorio Corrochano, le propone la jefatura de la redacci¨®n de un peri¨®dico a punto de fundar en T¨¢nger, el Espa?a. Vela hizo malabares durante a?os para mantener econ¨®micamente a su familia (su mujer Mar¨ªa Vignier y su hija Mar¨ªa Victoria Vela) como articulista y traductor. Trabaj¨® para Ediciones Espa?olas, pero en 1942, su mentor y director literario, Joaqu¨ªn Arrar¨¢s, discute con el Consejo de Administraci¨®n y dimite. Vela se ve impelido a hacer lo mismo, a pesar de que los ingresos que le proporcionaba el trabajo editorial le eran necesarios. Al contar a Ortega su situaci¨®n de p¨¦rdida individual ante el nuevo giro de las circunstancias, ¨¦ste, que por primera vez en m¨¢s de un lustro siente posible volver a recuperar la labor editorial conjunta del pasado, escribe a Vela proponi¨¦ndole una nueva colaboraci¨®n. Est¨¢ seguro del resultado: "Volver a trabajar juntos ser¨ªa lo ¨²nico que me faltaba para tener plena seguridad del ¨¦xito".
Pero la realidad es tozuda y ni Revista de Occidente se public¨® en Lisboa, ni lo hizo hasta 1963 en Madrid. Vela no parece que aceptara la generosa oferta de Ortega o, si lo hizo, la empresa no lleg¨® a materializarse. Azar s¨®lo public¨® un libro en Lisboa, la obra de Johan Huizinga, Homo ludens: el juego como elemento de la Historia (1943), y la colecci¨®n Biblioteca del conocimiento del hombre hubo de posponerse unos a?os m¨¢s, para salir en Madrid con el sello de la editorial Revista de Occidente.
Transcripci¨®n de la carta de Ortega a su amigo Antonio Vela
Lisboa, 4 [de] octubre [de] 1942
Querido Vela: en este momento me llega su carta tangitana del 26. Excuso decirle cu¨¢nto me duele este nuevo descarrilamiento de sus cosas. Claro que hoy es forzoso considerar estos accidentes ferroviarios de nuestra privada existencia como la forma normal. No ser¨¢ posible en bastante tiempo consolidaci¨®n de ning¨²n destino personal. Debo hacerle notar que desde hace seis a?os mi vida es un permanente descarrilamiento, es decir, que yo no he gozado ni siquiera de esas transitorias sedimentaciones.
Ahora bien, su centrifugaci¨®n viene m¨¢gicamente a coincidir con el momento de estar yo constituyendo el proyecto en que desde hace dos a?os ando y de que los chicos le hablar¨ªan. Vamos a empezar con excelentes medios. Yo puedo ofrecerle a usted lo siguiente: 2000 escudos mensuales, a los que puede usted a?adir muy c¨®modamente 500 de traducciones para la misma casa. Si a esto a?ade usted algo de sus otras colaboraciones pueden ustedes dos vivir aqu¨ª excelentemente. Esto est¨¢ ¡ªno lo olvide¡ª a dos horas en avi¨®n de Madrid. Su venida no supondr¨ªa compromiso alguno. Vendr¨ªa usted a prueba con absoluto albedr¨ªo para marcharse. Me es demasiado claro que hoy el que una situaci¨®n convenga o no depende de un pelo porque ninguna puede ser sustancialmente satisfactoria. En ¨¦sta, la mayor ventaja inmediata es que no implica da?o imaginable ninguno. Claro es que se le pagar¨ªa con toda holgura el viaje de ambos y quince d¨ªas de hospedaje para que tuviese tiempo de instalarse de la forma m¨¢s recomendable.
Volver a trabajar juntos ser¨ªa lo ¨²nico que me faltaba para tener plena seguridad en el ¨¦xito. Los proyectos de publicaciones son m¨¢s bonitos que los habidos nunca. Crea que merece la pena. El Instituto del Libro Nacional, Halc¨®n[,] etc. nos ayudan y ¡ªcomo dicen en Am¨¦rica¡ª nos propician.
La proposici¨®n que le hago, en su dimensi¨®n cremat¨ªstica, es la m¨ªnima porque dada la incertidumbre presente sobre el modo de reaccionar del p¨²blico hay que iniciar las cosas poni¨¦ndose en lo peor. Pero si apenas salgamos con los primeros libros se ve que los lectores prenden, la mejora de sueldo ser¨ªa inmediata.
Pi¨¦nselo usted, ahora que las circunstancias le han dejado libre por fuerza. ?Qui¨¦n sabe si es providencial este traspi¨¦s de sus asuntos y va en ¨¦l preformada una esencial mejor¨ªa!
Saludos cari?osos a Mar¨ªa [Vignier].
Un abrazo de
[Jos¨¦] Ortega [y Gasset]
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.