Como aqu¨ª

Debido a mi naturaleza esnob y profundamente vac¨ªa solo me f¨ªo cuando alg¨²n yonqui de las series (no es una exageraci¨®n, pueden enganchar a¨²n m¨¢s que la hero¨ªna, el alcohol y el tabaco, y no les acompa?a la resaca) me asegura que ha visto una serie maravillosa producida por HBO. Vale, los dioses tienen competencia y a veces son tan ciegos o tan imb¨¦ciles que se permitieron el error de rechazar Breaking Bad o Mad Men porque no les ve¨ªan ni presente ni futuro a historias sobre un canceroso y honrado profesor de qu¨ªmica que se convierte en el fabricante de la metanfetamina m¨¢s pura para asegurar el futuro de su familia o al universo de la publicidad en la Nueva York de los a?os sesenta. Qu¨¦ gran intuici¨®n la de los ejecutivos de HBO, hacedores por otra parte del gran cine con formato de series que ha parido el nuevo siglo.

Y de vez en cuando, los amigos enganchados a las series me comentan su entusiasmo ante productos fabricados en Europa, incluso en Espa?a. Y me digo vade retro, con justificados prejuicios. De acuerdo, hay series espa?olas que est¨¢n bien como Crematorio (siempre echaremos de menos tu lucidez, tu desesperanza y tu sarcasmo, insustituible Rafael Chirbes) y ?Qu¨¦ fue de Jorge Sanz?, pero lo dejamos ah¨ª. Y cuando me recomiendan cosas n¨®rdicas, tampoco me asalta la prisa por disfrutarlas.

Pero veo de un tir¨®n los 10 cap¨ªtulos de la primera temporada de la danesa Borgen y flipo. Con su argumento, su credibilidad, su ritmo, sus actores. Es muy buena. Y me habla mod¨¦licamente de una realidad fatigosa que vive nuestro enfangado pa¨ªs. Despu¨¦s de las elecciones no hay forma de que los partidos lleguen a un acuerdo para gobernar el pa¨ªs. Y comienza el yo te doy si t¨² me das, el transfuguismo, las alianzas que parec¨ªan imposibles, los chantajes entre colegas. Da igual su ideolog¨ªa. Se trata de pillar poder. ?Les suena esta turbia movida?