Sue?os y sinsabores de la era pop
?lex Cooper, una de las voces m¨¢s influyentes del ¡®indie¡¯ espa?ol, publica un disco que repasa su etapa solista y con Los Flechazos
?lex D¨ªez (Alicante, 1967), m¨¢s conocido en el mundo de la m¨²sica como ?lex Cooper, reconoce que la confecci¨®n del recopilatorio Popcorner. 30 a?os viviendo en la era pop¡ªrepaso a sus tres d¨¦cadas de actividad creativa al frente de Los Flechazos y Cooper¡ª ha tenido mucho de ¨¦xtasis, pero tambi¨¦n su peque?a dosis de tormento. Al reencontrarse con el juvenil repertorio de Los Flechazos, una banda que, a¨²n sin ning¨²n gran ¨¦xito, confeccion¨® en los noventa un sobresaliente cat¨¢logo de pop cantado en castellano, extrajo algunas conclusiones que permanec¨ªan ocultas en la zona oscura de la memoria. ¡°Me he encontrado conmigo cuando ten¨ªa 20 a?os¡±, admite. ¡°Con esa edad sue?as c¨®mo va a ser tu vida y, al escucharte con 45, te das cuenta de que no ha sido as¨ª. No he tenido la misma pareja toda mi vida ni he vendido 200.000 discos. No he tocado en Glastonbury, hay gente que estaba a mi lado y que ahora falta¡ Es lo normal, pero fue muy abrupto darme cuenta. Me afect¨®¡±.
Superado el shock inicial, D¨ªez pudo disfrutar de sensaciones mucho m¨¢s gratificantes y encarar los ensayos del concierto en que presentar¨¢ el recopilatorio ¡ª13 de febrero, en La Riviera madrile?a¡ª con el talante fiestero que la ocasi¨®n reclama. ¡°Me di cuenta de que el traje me sigue valiendo, que las canciones me siguen valiendo¡±, aclara. ¡°Y descubr¨ª que Los Flechazos es un grupo muy querido. Y no estamos sobrados de cari?o, de reconocimiento, de respeto. Pero, m¨¢s que el protagonista, me siento otro invitado, porque el verdadero protagonista es el repertorio¡±.
Conviene subrayar que en este primer concierto impulsado por Popcorner participar¨¢n dos compa?eros de Los Flechazos, la organista Elena Iglesias y el bajista H¨¦ctor Escobar. ¡°Me hace much¨ªsima ilusi¨®n que hayan querido venir. Es muy especial. Y la gente va a flipar¡±, asegura, con la sonrisa de oreja a oreja.
El fervor hacia el credo mod ¡ªla subcultura pop dominante en el Reino Unido durante los sesenta¡ª no le ha impedido desarrollar una trayectoria creativa de amplio espectro ni diversificar su actividad en diferentes campos. Tuvo una tienda de m¨²sica y ropa sixties y puso en marcha el festival Purple Weekend. Incluso fue t¨¦cnico de la concejal¨ªa leonesa de cultura durante ocho a?os. ¡°Ah¨ª aprend¨ª un mont¨®n y fue mi despertar al mundo real, porque hasta entonces hab¨ªa vivido en una burbuja¡±, concede. ¡°Fue una p¨¦rdida de inocencia dura en algunos aspectos, pero est¨¢ bien conocerlo y tambi¨¦n demostrarte que lo puedes hacer¡±.
Otro ejemplo de ese esp¨ªritu sincr¨¦tico ajeno a dogmatismos es Cooper, el grupo que activ¨® tras archivar el expediente Flechazos, el cual recoge en su colorido velamen influencias del power-pop setentero o el indie-rock norteamericano de los noventa. Siempre al margen de las grandes cifras, D¨ªez no ha dejado de ser un referente para toda una generaci¨®n de m¨²sicos.
Desde hace tres a?os regenta Chelsea, peque?a editorial con una colecci¨®n-estandarte, Mis documentos, en la que encontramos vol¨²menes firmados por compa?eros de profesi¨®n como Fernando Pardo (Sex Museum), Nani Casta?eda (Ni?os Mutantes), Xoel L¨®pez o Jorge Mart¨ª (La Habitaci¨®n Roja). ¡°La editorial me parec¨ªa un proyecto necesario que tiene un punto de auto-reivindicaci¨®n que debo reconocer¡±, matiza. ¡°Me gustar¨ªa que el reconocimiento hacia mi obra fuera distinto al que ha cosechado y me di cuenta de que no era solo yo, que hab¨ªa otra gente que se merec¨ªa ese foco en su actividad. Me da mucha felicidad, con una motivaci¨®n distinta a si se vende o no, que tambi¨¦n, porque soy bastante posibilista¡±.
En cualquier caso, la m¨¢xima de ¡°no dedicar m¨¢s de 10 minutos a algo que no me interese¡± que domina su d¨ªa a d¨ªa tiene un trasfondo nada caprichoso: ¡°La gente me dice que tengo mucha energ¨ªa, pero lo que tengo es miedo de que no me d¨¦ tiempo. Quiero hacerlo antes de que me encuentre con que no puedo o de que sea demasiado tarde¡±.
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