La historia no es para c¨ªnicos
'Orden mundial', de Henry Kissinger, no es un libro de historia, pero s¨ª un magn¨ªfico ensayo sobre el desorden internacional
Este no es un libro de historia. No lo era tampoco Diplomacia, antecedente y primera gran incursi¨®n hist¨®rica y pol¨ªtica a la idea de un orden global por parte de Henry Kissinger, publicada hace 20 a?os. El viaje de la academia a la pol¨ªtica no suele tener billete de vuelta. Y menos cuando la acci¨®n es tan intensa y controvertida como es el caso. Es dif¨ªcil que el regreso transcurra por los caminos de la objetividad y del rigor acad¨¦mico, cuando hay pecados a justificar, cuentas a pagar e inc¨®modos escollos a rehuir.
La reflexi¨®n que surge de la acci¨®n encuentra en las memorias su camino m¨¢s adecuado e incluso su aportaci¨®n m¨¢s honesta, en forma de testimonio y en casos singulares como ocasi¨®n de confesi¨®n y arrepentimiento. A pesar de la dificultad, no se le puede reprochar a Kissinger que no lo haya intentado y con ¨¦xito. Ah¨ª est¨¢n, impresionantes e imprescindibles, discutibles tambi¨¦n, sus tres vol¨²menes memorial¨ªsticos: Los a?os de la Casa Blanca (1979), A?os de convulsi¨®n (1982) y A?os de renovaci¨®n (1999).
Dos son sus ideas centrales: La necesidad de un mundo gobernado a trav¨¦s de un equilibrio de poderes, y el car¨¢cter excepcional de EE UU
S¨ª se le puede reprochar y se le han reprochado, en cambio, las deficiencias historiogr¨¢ficas y elipsis de su Diplomacia, libro de 1994, escrito al terminar la Guerra Fr¨ªa, y ahora se le podr¨ªan hacer los mismos o an¨¢logos reproches por su Orden mundial, de 2014, que acaba de publicarse en una traducci¨®n (algo descuidada) al espa?ol y que en buena parte recorre por segunda vez id¨¦nticos problemas y conceptos con id¨¦ntica sagacidad e inteligencia. No lo har¨¢ el autor de estas l¨ªneas y bastar¨¢ para ello con retomar dos frases de un eminente historiador de Harvard, la misma universidad donde Kissinger se hizo como intelectual y acad¨¦mico.
¡°Leyendo Crisis mundial 1914-1918, de Winston Churchill, Arthur Balfour la llam¨® ¡®una autobiograf¨ªa disfrazada de historia del mundo¡¯. Diplomacia, de Henry Kissinger, es un libro de m¨¢ximas disfrazado de historia del arte de gobierno. Las m¨¢ximas con frecuencia son espl¨¦ndidas. La historia no lo es¡±. As¨ª empezaba la cr¨ªtica del profesor Ernest May, ya desaparecido, en el New York Times (3 de abril de 1994). Y a?ad¨ªa: ¡°Diplomacia recuerda los Discursos de Maquiavelo. Maquiavelo tambi¨¦n hac¨ªa comentarios de historia ¡ªla de la rep¨²blica romana¡ª. Pero se equivocaba en detalles y distorsionaba ampliamente la historia de Roma (¡). Sin embargo, no leemos los Discursos para saber de Roma. Leemos el libro ahora por lo que nos cuenta sobre Maquiavelo mismo y su sabidur¨ªa. Las futuras generaciones leer¨¢n Diplomacia por razones an¨¢logas¡±.
La actual incursi¨®n ensay¨ªstica seguro que es menos desabrochada que la primera en los detalles hist¨®ricos, probablemente porque es mayor el trabajo de equipo movilizado detr¨¢s de un gran hombre que bordea los 90 a?os cuando se decide a tomar de nuevo la pluma. Pero tambi¨¦n tiene menos atractivos. Diplomacia estaba mejor escrita, quiz¨¢s escrita con m¨¢s br¨ªo, o simplemente m¨¢s escrita. Tambi¨¦n fue una aportaci¨®n m¨¢s fresca e innovadora, que atrajo la atenci¨®n del gran p¨²blico y divulg¨® unos conceptos sobre la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos que actualmente ya forman parte de la cultura period¨ªstica general.
Dos son las ideas centrales de Orden mundial, libro basado todo entero en el paradigma de orden europeo surgido de la Paz de West?falia (1648), tan apreciado por el autor. La primera, la necesidad de un mundo gobernado a trav¨¦s de un equilibrio de poderes en el que rigen los intereses nacionales y no los ideales y valores. La segunda, el car¨¢cter excepcional de EE UU, que debe seguir uniendo el poder como fuerza geopol¨ªtica indispensable y la legitimidad como modelo de sociedad libre. Ambas ideas, perfectamente kissingerianas, se ven ahora atemperadas por la globalidad multipolar o incluso apolar y tambi¨¦n por la melancol¨ªa de la ancianidad: ¡°En mi juventud, yo ten¨ªa el descaro de creerme capaz de pronunciarme sobre el ¡®sentido de la historia¡¯. Ahora s¨¦ que el sentido de la historia es algo que debemos descubrir, no proclamar¡±.
Orden mundial no es un libro de historia, pero es un magn¨ªfico ensayo sobre el desorden pol¨ªtico internacional, m¨¢s valioso e incluso emocionante si se tiene presente que la voz que nos habla, ahora m¨¢s esc¨¦ptica que c¨ªnica, es la de uno de los diplom¨¢ticos e intelectuales que han dejado una huella m¨¢s perceptible en la forma de nuestro mundo.
Orden mundial. Reflexiones sobre el car¨¢cter de los pa¨ªses y el curso de la historia. Henry Kissinger. Traducci¨®n de Teresa Arij¨®n. Debate. Barcelona, 2016. 448 p¨¢ginas. 24,90 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.