Los Coen reciben silencios y risas desperdigadas en la Berlinale
¡®?Ave, C¨¦sar!¡¯ inaugura el festival de cine con una colecci¨®n de an¨¦cdotas sin fuerza
Silencios, caras largas, y una triste sensaci¨®n de que todo pod¨ªa haber sido mejor. Tras estrenarse la semana pasada en Estados Unidos, y no fue mal, entrando segunda en taquilla, ?Ave, C¨¦sar!, de los hermanos Coen, inaugura hoy, fuera de competici¨®n, la secci¨®n Oficial de la 66? Berlinale. El pase matinal para prensa ha sido un buen reflejo de lo que muestra la pel¨ªcula: sonrisas, t¨ªmidos comentarios¡ Pero son los Coen, Ethan y Joel, los cineastas que indagaron en la parte m¨¢s triste del Hollywood feliz de los grandes estudios con Barton Fink. De ellos se pod¨ªa esperar algo m¨¢s que un entretenimiento, un desfile rutilante de estrellas, una sucesi¨®n de buenas secuencias y una cuidadosa plasmaci¨®n de c¨®mo eran las majors en 1951. El mismo Ethan ha incidido en que separar ambos trabajos este mediod¨ªa en la rueda de prensa en Berl¨ªn de su pel¨ªcula: ¡°Ambas tienen lugar en Hollywood, pero son tan distintas en tono y hechos que no hay relaci¨®n entre ellas¡±.
En ?Ave, C¨¦sar!, el protagonista, Eddie Mannix (Josh Brolin), se dedica a resolver problemas del estudio, Capitol Pictures ¨Cexactamente el mismo para el que escrib¨ªa Barton Fink-, a desfacer entuertos que lastran las pel¨ªculas y enturbian el trabajo de las estrellas. Una de ellas, la m¨¢s grande, Baird Whitlock (George Clooney), ha sido secuestrada a dos d¨ªas de finalizar un peplum religioso (justo el que da t¨ªtulo a la comedia de los Coen). Mannix tiene que resolver este y otros problemas, mientras decide si quedarse en un trabajo que se le da bien, pero en el que no deja de ser un empleado m¨¢s, o aceptar una jugosa oferta de la industria aeron¨¢utica.
Toda la pel¨ªcula transcurre en un terreno en el que parece que va a echar a volar. Se queda en el parece. Como cuando Whitlock-Clooney se pone a actuar de verdad, a interpretar con drama y sensibilidad su papel de preboste romano, y el p¨²blico desea que les pase lo mismo a los Coen: remontad el vuelo. No ocurre, y el souffl¨¦ acaba qued¨¢ndose sin aire.
Para cocinar el guion, los Coen, que estaban en Berl¨ªn escoltados por Tilda Swinton, Josh Brolin, George Clooney, Channing Tatum y Alden Ehrenreich, aseguran que no se basaron en hechos reales. Rechazaron, por ejemplo, que la relaci¨®n homosexual mencionada de pasada entre Whitlock y un director de gusto exquisito encarnado por Ralph Fiennes fuera un gui?o a Clark Gable-George Cuckor. ¡°De verdad que nos centramos m¨¢s en reflejar el cine que amamos, en desarrollar el personaje de Mannix. No nos mueve la nostalgia a aquel Hollywood, sino m¨¢s bien el cari?o y la admiraci¨®n. Sencillamente nos apetec¨ªa rendir ese homenaje¡±. Por mucho que diga Joel Coen, en ?Ave, C¨¦sar! se esconden un mont¨®n de bromas cin¨¦filas, como que el actor especializado en pel¨ªculas de vaqueros se ponga a jugar con un spaguetti como si fuera un lazo de rodeo. O los n¨²meros musicales, que Channing Tatum ha aclarado en Berl¨ªn tienen mucho que ver con el claqu¨¦ de un maestro de este g¨¦nero: ¡°Mi core¨®grafo me ense?o videos de Donald O¡¯Connor. He aprendido mucho y me gustar¨ªa volver al claqu¨¦ en un futuro¡ lejano. Desde luego, no ahora¡±.
La Berlinale est¨¢ marcada por su amor a un cine pol¨ªtico, y m¨¢s en esta edici¨®n. En la rueda de prensa apareci¨® el tema de los refugiados. Clooney se enzarz¨® en una discusi¨®n sin sentido con una periodista mexicana sobre qui¨¦n ayudaba m¨¢s a los emigrantes, pero s¨ª dej¨® claro su compromiso con la sociedad actual: ¡°Hay desde luego muchas noticias por contar, cosas que deber¨ªan tener m¨¢s visibilidad en Estados Unidos. Pero en este momento estamos en el inicio de la campa?a presidencial y no se habla tanto de eso. Por supuesto que tenemos que incidir en que las pel¨ªculas hablen de los temas candentes actuales, pero con buenos guiones. Porque sin son filmes malos has perdido una gran oportunidad¡±. Y lastrado el inter¨¦s del p¨²blico por ulteriores aproximaciones f¨ªlmicas. Joel Coen entr¨® en el debate: ¡°Claro que es importante hablar de los refugiados. En Cannes presidimos el jurado que premi¨® a Dheepan [el drama del franc¨¦s Jacques Audiard], que fue una manera indirecta de apoyar su plasmaci¨®n en pantalla. Sin embargo, es absurdo decir que cualquier figura p¨²blica deber¨ªa contar una historia particular sobre el tema¡±.
La rueda de prensa se perdi¨® entre chistes sobre comunistas, sobre el mejor pelo de Bernie Sanders en comparaci¨®n con Donald Trump, la obligatoriedad de abofetear una vez en la vida con Clooney, o su capacidad para parar flirteos (¡°?Estoy casado!¡±) y darle la vuelta a las preguntas. En realidad, se parec¨ªa a la pel¨ªcula: una colecci¨®n de an¨¦cdotas graciosas que una vez sales de la sala, olvidas.
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