Negra, criminal... y animal
En el documental Frank and Ollie, los hist¨®ricos animadores de la Disney Frank Thomas y Ollie Johnston recordaban los desaf¨ªos de la producci¨®n de Bambi (1942). La soluci¨®n pas¨® por transformar emociones y recuerdos personales en gestos canalizados a trav¨¦s de figuras animadas. Tambor encontr¨® su identidad bajo la forma del chico espabilado de barrio que ayudaba a su mucho m¨¢s c¨¢ndido compa?ero de juegos. Los hallazgos expresivos de esa edad dorada de Disney conforman algo as¨ª como el vocabulario est¨¢ndar de la animaci¨®n cl¨¢sica, que los profesionales del medio reviven ¡ªy, a veces, directamente plagian¡ª una y otra vez. En un momento de la divertid¨ªsima Zootr¨®polis, la conejita-polic¨ªa protagonista golpea reiteradamente el suelo con una de sus patas, en uno de los gestos identitarios de Tambor. No es pereza de nuevos animadores: es un gui?o intencionado que delata la naturaleza de esta pel¨ªcula, suma, discusi¨®n y giro ir¨®nico a la larga tradici¨®n de animales antropom¨®rficos del estudio. En otra escena, un grupo de ?us cruzando un paso de cebra prende la memoria de la m¨¢s aparatosa escena de El rey le¨®n.
ZOOTR?POLIS
Direcci¨®n: Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush.
Animaci¨®n.
G¨¦nero: comedia. EE?UU, 2016.
Duraci¨®n: 108 minutos.
Con un trazo m¨¢s anguloso del habitual en la casa, Zootr¨®polis acumula aciertos c¨®micos ¡ªdel juego con el tempo en la escena del perezoso al recital de gags visuales en la persecuci¨®n por el barrio roedor¡ª, pero tambi¨¦n se atreve a levantar un incisivo discurso, de atrevidas conclusiones, sobre la gesti¨®n social bajo un clima de correcci¨®n pol¨ªtica. Una comedia noir que renueva con imaginaci¨®n una herencia insoslayable.
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