Quique Gonz¨¢lez, Remate y Lissie
Tres discos, tres cr¨ªticas, tres puntuaciones de los nuevos lanzamientos
EL DISCO DE LA SEMANA: Quique Gonz¨¢lez - Me mata si me necesitas
Quique Gonz¨¢lez no tiene prisa por grabar, y solo cuando entiende que de la nueva cosecha de composiciones puede seleccionar una colecci¨®n en la que no haya material accesorio, entra en el estudio y, utilizando un s¨ªmil propio de sus canciones, dispara. De ese modo, evita tropiezos y esquiva los temidos discos irregulares. Asume, por tanto, la importancia de la obra grabada. Por ello, el nivel medio de sus ¨¢lbumes es alt¨ªsimo.
Artista: Quique Gonz¨¢lez
Disco: Me matas si me necesitas
Sello: Cultura Rock
Calificaci¨®n: 8 sobre 10.
Esa sensaci¨®n de que no da pasos en falsos sobrevuela constantemente la escucha de Me mata si me necesitas, su noveno de estudio, poniendo dif¨ªcil valorar si, como uno intuye, estamos ante el mejor que ha registrado hasta la fecha. Seguramente en pocos casos como en este har¨¢ falta perspectiva, porque si obviamos la grata sorpresa y el impacto que produjeron sus primeros ¨¢lbumes, el irrepetible punto de inflexi¨®n que supuso Kamikaces enamorados, el tiempo de consolidaci¨®n de su escritura en el periodo de inmersi¨®n completa en la m¨²sica estadounidense y el airear ideas y reformular conceptos (pese a la grabaci¨®n en Nashville) de Delantera m¨ªtica (el disco anterior), queda la impresi¨®n de que ahora ha logrado recuperar parte del impulso de los comienzos de su carrera pero sumando la sabidur¨ªa que la solera aporta al creador de largo recorrido, con voz propia desde hace mucho. O dicho de otro modo, si parec¨ªa que en Delantera m¨ªtica iniciaba un nuevo periodo (m¨¢s luminoso, y libre de ataduras estil¨ªsticas), aqu¨ª se confirma plenamente. Tanto que ha cambiado de director sonoro, apostando por Ricky Falkner, productor aparentemente indie que ha ido abri¨¦ndose a otros estilos y que consigue mantener la esencia del artista con el que trabaja pero ayud¨¢ndole a que brillen nuevos matices, a la vez que dota al sonido de corporeidad y sentimiento. A lo que ha contribuido decisivamente la grabaci¨®n junto a la banda de directo de Gonz¨¢lez, que enriquece constantemente con matices y detalles, destacando el color y calor que aporta el viol¨ªn de Edu Ortega, que nos retrotrae a algunas grabaciones can¨®nicas del folk rock.
Quique Gonz¨¢lez incide en estas canciones en su escritura cl¨¢sica, ahondando en la reflexi¨®n personal en unas letras intrigantes que son invitaci¨®n a que el oyente discierna su sentido, con estrofas sin aparente continuidad y versos que se clavan como pu?ales. En lo musical oscila entre lo ¨ªntimo y el gran rock el¨¢stico, ese que se deja querer por la cadencia sutil y que sabe que para noquear no hace falta recurrir al ritmo contundente. Buenas muestras de ello son Se estrechan en el coraz¨®n (con un ¨²ltimo tercio, a modo de larga coda, glorioso), Sangre en el marcador (un tema para mirar al sol con los ojos abiertos), Orqu¨ªdeas, Rel¨¢mpago (con citas en la letra a Dylan y The Band, y un final casi sprinsteeniano). En el lado m¨¢s calmado, destacan Detectives (con el oficio de m¨²sico como trasfondo), Charo (a d¨²o con Caroline Morgan), el recogimiento de Cerde?a o la bluseada No es lo que hab¨ªamos hablado. Pero la pieza mayor, una de las m¨¢s intensas escritas por Gonz¨¢lez en toda su carrera es La casa de mis padres, la ¨²ltima, absolutamente estremecedora, escalofriante (el clima musical electrizante se torna sublime en el crescendo de la ¨²ltima recta), una de esas canciones en las que se evidencia que el autor se ha dejado mucho m¨¢s que piel y coraz¨®n al escribirla. Un di¨¢logo interior que mira al pasado, al tiempo en que la madre falleci¨® y el padre y el hijo quedaron solos (¡°Papa, la casa huele a mama, necesita una mano de pintura¡±), pero este necesitaba salir adelante (¡°volar con mis propias alas¡±), mientras se debate entre el miedo profundo y el amor incondicional (¡°Luchar con la puta culpa, saber si necesitas ayuda¡±). Pocos temas en el rock espa?ol se han aproximado a tem¨¢ticas de padres e hijos, o lo han hecho con tal sinceridad y sensibilidad (viene a la cabeza Extra?o, de Juli¨¢n Infante, grabado por Los Rodr¨ªguez): eriza la piel y obliga a regresar inmediatamente a ¨¦l.
?Un disco de nueve o de diez? Seamos moderados y dej¨¦moslo en ocho, el tiempo y las emociones calmas nos har¨¢n valorar tanta belleza en su justo lugar. Juan Puchades.
Remate - Cabello de ¨¢ngel, tocino de cielo
En lo que llevamos de siglo, Remate ha publicado una docena de ¨¢lbumes. Eso sin contar sus trabajos en colaboraci¨®n con ilustres compa?eros de oficio como Muni Cam¨®n ¨Cla voz de los inolvidables Maddening Flames¨C o Israel Marco, cincuenta por ciento del inclasificable grupo barcelon¨¦s Cuchillo, con quien public¨® bajo el estimulante pabell¨®n de Escarlata. Una obra extensa y distintiva, ajena a categorizaciones o lugares comunes, en la que el madrile?o ha tocado palos de todo tipo. Aproximaciones al latido r¨ªtmico de la m¨²sica negra, fabulaciones pop ¨Csin moralina¨C sobre la industria cinematogr¨¢fica adulta, confecci¨®n de bandas sonoras para pel¨ªculas perdidas o reconstrucciones chatarreras del libro de estilo folk son algunas de las inusuales muescas acumuladas en su culata. Cabello de ¨¢ngel, tocino de cielo incorpora la ¨®pera musical a tan heterog¨¦neo historial creativo, acudiendo a esa inagotable y a veces agotadora fuente de inspiraci¨®n que es la familia.
Artista: Remate
Disco: Cabello de ¨¢ngel, tocino de cielo
Sello: Rel¨¢mpago
Calificaci¨®n: 9 sobre 10.
La paternidad reci¨¦n estrenada fue el veh¨ªculo, la licencia, que le permiti¨® exponer su punto de vista sobre el mundo que le toca vivir en Nelson es perfecto (2014). Pero aqu¨ª no hay estrategia formal ni pirueta discursiva. Aqu¨ª se narra en primera persona del singular, a calz¨®n quitao, llamando a las cosas por su nombre y haciendo un inclemente inventario consangu¨ªneo en el que encontramos a nost¨¢lgicos del III Reich, a partidarios del nacionalcatolicismo o a defensores de las armas y la caza. ¡°Tambi¨¦n Aute y El Ch¨¦¡±, tal y como recita en la tremenda Reparto, momento cimero en un trabajo estupendamente planteado y mejor resuelto, que prorroga la asombrosa racha creativa que su autor disfruta desde los tiempos de Superluv. Por lo que tiene de rom¨¢ntico (2011).
La crudeza con que Remate exhuma su bestiario familiar no esta exenta de humor. Tampoco de lirismo. En estas partituras encontramos algunos de los pasajes instrumentales m¨¢s bellos de su nutrida discograf¨ªa, algunas de las melod¨ªas m¨¢s conseguidas de todo su cancionero. La delicada arquitectura de Coreograf¨ªa es buen ejemplo de ello: cristalina secuencia de acordes de piano a la que se suman un palpitante patr¨®n de electr¨®nica y un precioso arreglo de guitarra sobre el que cae una delicada llovizna de glockenspiel, mientras nuestro hombre se gusta frente al micro, aunque se mantiene a salvo de excesos expresivos.
Grabado con la complicidad de su camarada Carlos Toronado ¨Cex de los siempre reivindicables PAL, quien asume la tarea de producir y mezclar y acompa?a con la guitarra de 12 cuerdas cuando es menester¨C, autoeditado en vinilo con un esmero de los que hacen verdadera afici¨®n, el nuevo ¨¢lbum de Remate viene a confirmar su condici¨®n de verso suelto en un poema ¨Cel del pop independiente espa?ol¨C dominado por la rima consonante. Pero, m¨¢s all¨¢ de su naturaleza insumisa, est¨¢n las canciones. Y cualquiera puede darse por aludido ¨Csentir la poderosa sacudida de la emoci¨®n o, al menos, de la empat¨ªa¨C al escuchar estas nueve. C¨¦sar Luquero
Lissie - My Wild West
Como a tantos otros, a Lissie mucha gente la descubri¨® en Europa en 2010 a trav¨¦s del programa de Jools Holland. El popular presentador de la BBC tocaba el piano a sabiendas de que all¨ª ten¨ªa una perla, ella cantaba Oh Mississippi (escrita a medias junto a Ed Harcourt) con total naturalidad y un gran desparpajo. Su interpretaci¨®n no pas¨® desapercibida, aquella chica desinhibida de Rock Island suscit¨® comentarios positivos, con una imagen casual, tejanos y camiseta de manga corta, esa presentaci¨®n en sociedad le hizo bien. En Estados Unidos, ya se hab¨ªa hablado de su indie folk, Lenny Kravitz la fich¨® de telonera, algunas de sus canciones sonaban en series de televisi¨®n, la mayor¨ªa de m¨¢xima audiencia. Se hab¨ªa estrenado con un EP, Why you runnin? mientras estaba en curso su debut largo Catching a tiger. Y aunque el ¨¢lbum capt¨® el inter¨¦s de Fat Possum, un sello especializado en rescatar a personajes an¨®nimos de blues que puso tambi¨¦n en el mapa a The Black Keys, ese disco no colmaba a los que masivamente, se hab¨ªan quedado anonadados tras verla como invitada de Jools Holland, a pesar de que conten¨ªa joyas con el talante de When I?m alone. Se esperaba una matr¨ªcula de honor y aquello como nota ten¨ªa un notable raspado, un consuelo agridulce.
Artista: Lissie
Disco: My Wild West
Sello: Cooking Vinyl
Calificaci¨®n: 6,5 sobre 10.
Sin embargo, con Lissie nunca se puede bajar la guardia, al cabo de un a?o grababa otro EP con versiones, Covered up the flowers, pasaba del esplendor del momento con una euf¨®rica adaptaci¨®n de Bad romance de Lady Gaga a repasar con sutileza el cat¨¢logo sonoro de Metallica, Fleetwood Mac o Nick Cave. Posteriormente repetir¨ªa la operaci¨®n con ¨¦xito con Cryin? to you, como sorpresa la revisi¨®n de Mother de Danzig, en el mismo paquete tambi¨¦n estaban el rapero Drake y una leyenda viva como Bob Dylan. En 2013 cambia de estrategia musical, algo que va a ser una constante durante su carrera, Back to forever es un muestrario de pop moderno con brisa californiana, completamente impredecible y con mucho brillo. Lissie captura el optimismo contagioso de Brandi Carlile, se anticipa con tino a lo que van a proponer Haim de inmediato. Entre actos, ella hab¨ªa madurado colaborando con Snow Patrol y Robbie Williams, ser la mano derecha de grandes artistas tambi¨¦n se le da bien, se siente c¨®moda con ese rol.
En My wild west busca otra orientaci¨®n, consigue un sonido nuevo. De productor cambia como de modelo de zapatillas, para cada temporada uno nuevo. La responsabilidad recae sobre los hombros de Curt Schneider (Bill Reynolds de Band of Horses es otro habitual en las grabaciones de Lissie), un hombre bregado, acostumbrado a trabajar para m¨²sicos de distinta consideraci¨®n. De ese modo ¨¦l se asegura no asustarse por muy estramb¨®tico que sea el plan, est¨¢ preparado para lo que lo echen, incluso para moldear un material que en la mente de Lissie remite al de la torturada Lana del Rey. Narc¨®tica e introspectiva, en las canciones de My wild west las guitarras ac¨²sticas toman otra vez el protagonismo que ten¨ªan cuando se le asociaba a otros estilos de ra¨ªz americana. Desenga?ada por vivir en una urbe como Los Angeles, habla en Hollywood sobre c¨®mo le rompi¨® el coraz¨®n el ritmo y las costumbres de esa ciudad. De hecho, las letras son el reflejo de su desencuentro vital, en Go for a walk a?ora recuperar las buenas sensaciones de anta?o, pero no puede, est¨¢ confusa y presa del miedo. Cuanto menos minimalista son, mejor resueltas est¨¢n las canciones de My wild west, Don?t you give up on me es un single efectivo para las FM, la ¨¦pica de Daughters demuestra que por desconcertante que sea, ella es capaz de resolver cualquier situaci¨®n con mano maestra. Lissie no nos da opci¨®n, no hay m¨¢s remedio que seguir la acci¨®n, sus movimientos son siempre un est¨ªmulo. Toni Castarnado.?
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