Lucecitas
En 'Toma partido', la evidente banalizaci¨®n de los temas no se debe tanto al uso de lucecitas verdes o rojas como a ese discutible aserto de que ¡°el tiempo es oro¡± en televisi¨®n
Cuatro estren¨® el lunes Toma partido, programa que se suma al carro de las tertulias pol¨ªticas a la vez que, por el horario, competir¨¢ con El intermedio. Un reto dif¨ªcil. Presentado por Miguel ?ngel Oliver, tratar¨¢ de analizar los temas de la actualidad pol¨ªtica y econ¨®mica del d¨ªa con la colaboraci¨®n de cuatro periodistas o expertos en la materia. En el programa inaugural se trataron cuestiones como las de la posibilidad de que Pedro S¨¢nchez sea presidente del Gobierno; si existe, o no, una cacer¨ªa judicial al PP; si Rajoy merece ser persona non grata en Pontevedra, y si Francisco Camps tiene raz¨®n al decir que est¨¢ harto de tantas filtraciones judiciales.
Lo que pretende diferenciarle del resto de las tertulias es la exigencia de una definici¨®n radical, un ¡°s¨ª¡± o un ¡°no¡±, por parte de los expertos y un puls¨®metro repartido entre los 100 espectadores presentes en el plat¨®. Es decir, incorporar un cierto sentido del espect¨¢culo, al estilo de programas como La Voz, al ¨¢mbito de la pol¨ªtica. Y, sin embargo, la evidente banalizaci¨®n de los temas no se debe tanto al uso de lucecitas verdes o rojas como a ese discutible aserto de que ¡°el tiempo es oro¡± en televisi¨®n: 4 temas, 4 expertos, varias votaciones y 50 minutos de programa suponen, a grandes rasgos, unos tres minutos por tema y experto, y de ese modo se igualan opiniones sobre las condecoraciones a las V¨ªrgenes por parte del ministro del Interior, con una referencia al accionariado de la planta de celulosa que un Gobierno en funciones ha decidido prorrogar por 60 a?os m¨¢s cuando la licencia actual no acababa hasta 2018. Una urgencia no explicada, muy pol¨¦mica, y que desemboc¨® en la calificaci¨®n de non grato al presidente Rajoy, que, sin embargo, no mereci¨® m¨¢s tiempo que la sobreactuaci¨®n de un expresident Camps quej¨¢ndose de las filtraciones y manifestando su hartazgo de los rumores e insinuaciones, aunque no de los desastres de una gesti¨®n trufada de corrupci¨®n.
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