Una soluci¨®n en el enga?o

La obra de Lino Lago (Redondela, Pontevedra, 1973) atrapa por el doble juego de sus propuestas: modelos de relatos en los que conviven el arte cl¨¢sico y lo cotidiano para descubrir, en un giro de lo pr¨®ximo, que su verdadera intenci¨®n es servir de cr¨ªtica a los relatos de esos modelos. Un artista descre¨ªdo. Un pintor impostor que, desde un cuestionamiento de la pintura, la utiliza en su m¨¢xima definici¨®n, con un realismo exacerbado que vuelca sobre el espectador. Una narrativa convertida en m¨¢scara, en disfraz de verg¨¹enzas, injusticias y, sobre todo, en aquello que de absurdo tienen las relaciones sociales y personales que construye la humanidad: ¡°Somos el 99 por ciento pasado y tradiciones. No lo digo en sentido metaf¨®rico¡±. El ser humano es el punto focal de su diana, una interlocuci¨®n directa con un ¡°mal bicho¡±, en una exposici¨®n, la primera individual en una instituci¨®n espa?ola, que, a modo de campo de discusi¨®n cr¨ªtica concentra en la tem¨¢tica el maltrato animal, una denuncia que comparte con el comisario de la muestra Rafael Doctor, y que se complementa, reafirmando lenguajes y narrativas, con una selecci¨®n de obras que itineran por sus 15 a?os de trayectoria.

El montaje se divide en dos bloques enfrentados, distintos personajes pero con el mismo trasfondo sat¨ªrico, con la misma mirada cr¨ªtica respecto a la funci¨®n del arte: ¡°La idea que principalmente me mueve es un 'anti-originalismo'. Creo que es fundamental que todos dejemos de inventar cosas nuevas y nos pongamos a poner orden en el caos que tenemos¡±. El artista propone una soluci¨®n en el enga?o de la evidencia; crea un estilo pr¨®ximo para comprender, interrogar directamente el gusto estereotipado del gran p¨²blico, con im¨¢genes subvertidas que se valen de artificios para desencajar al espectador: omitiendo algunas de sus partes, introduciendo planos de color, textos o arrojando manchas de pintura amarilla, enfrentando distintas escalas de valores, tambi¨¦n subjetivos, de las figuras, en un sistema, como ¨¦l define, imperfecto y cambiante. La persuasiva instalaci¨®n Matanza (vivir cada d¨ªa) acaba por convencernos de que esta exposici¨®n, como el cuadro de Magritte, no va de pintura. Lo que se muestra es una mirada introspectiva acerca de un mundo en el que nada resuena verdad. Se compone una incertidumbre, tambi¨¦n cr¨ªtica, abierta; sentencia el artista: ¡°El arte, la pintura, es eso, un color chillante, una decoraci¨®n que esconde algo m¨¢s profundo¡±.

Esto no es una pipa. Lino Lago. MAC. A Coru?a. Hasta el 28 de febrero.