La edici¨®n cr¨ªtica de ¡®Mi lucha¡¯ es objeto de deseo en todo el mundo

El mundo editorial alem¨¢n sufri¨® una peque?a revoluci¨®n el a?o pasado. El anuncio de que Mein Kampf (Mi lucha)¡ªel libro maldito que hab¨ªa permanecido durante 70 a?os fuera del circuito comercial¡ª estaba a punto de ser reeditado gener¨® un apasionado debate. A un lado estaban los que defend¨ªan el proyecto de presentar de una forma cr¨ªtica las tesis que Adolf Hitler comenz¨® a escribir desde su cautiverio en M¨²nich en 1924. Al otro lado, los que tem¨ªan que sirviera de inspiraci¨®n a los nuevos cachorros de la ultraderecha. La pol¨¦mica lleg¨® hasta los servicios secretos alemanes, que concluyeron que el inter¨¦s en los c¨ªrculos ultras por la obra fundacional del nacionalsocialismo hab¨ªa ca¨ªdo en las ¨²ltimas d¨¦cadas.

Lo que nadie pod¨ªa anticipar era c¨®mo iban a reaccionar los lectores y editoriales internacionales. Pasados casi dos meses de su salida a la venta por 59 euros, se puede decir que los resultados son espectaculares.

No se trata solo de que Hitler, Mein Kampf. Eine kritische Edition se haya encaramado esta semana al segundo puesto en la lista de libros m¨¢s vendidos de la revista Der Spiegel. El Instituto de Historia Contempor¨¢nea de M¨²nich-Berl¨ªn ¡ªel centro de investigaci¨®n responsable de la minuciosa edici¨®n con 3.500 notas que explican, matizan o simplemente desmienten las tesis del l¨ªder nazi¡ª ha recibido en las ¨²ltimas semanas una avalancha de peticiones de editoriales internacionales deseosas de publicar la obra en sus pa¨ªses.

Varias espa?olas lo han intentado tambi¨¦n, seg¨²n confirman a EL PA?S en el organismo alem¨¢n. Pero tras recibir una treintena de peticiones ¡ªalgunas de pa¨ªses tan lejanos como Corea, China o Jap¨®n¡ª el instituto prefiere por ahora permitir tan solo una edici¨®n en ingl¨¦s.

¡°No podemos asumir el trabajo que supondr¨ªa asegurar que todas las traducciones se hicieran con nuestros est¨¢ndares cient¨ªficos. Cada pa¨ªs, adem¨¢s, tiene sus particularidades. No son las mismas explicaciones necesarias para un lector coreano que para uno europeo, por ejemplo¡± asegura una portavoz del instituto. Dada la complejidad del proyecto, los historiadores alemanes prefieren centrarse por ahora tan solo en la versi¨®n inglesa. No hay nada cerrado a¨²n con las editoriales interesadas, pero los investigadores del instituto creen que el trabajo podr¨ªa alargarse durante este a?o; para que la nueva versi¨®n llegara al mercado anglosaj¨®n en 2017.

El libro del que hasta 1945 se imprimieron 12 millones de ejemplares ha sobrevivido en los ¨²ltimos a?os gracias a ediciones antiguas, a Internet o a su sorprendente popularidad en pa¨ªses como India. Es ahora, tras vencer los derechos de autor que estaban en manos del Estado alem¨¢n de Baviera, cuando se hace evidente el inter¨¦s en Europa.

Adem¨¢s del proyecto alem¨¢n, la editorial francesa Fayard anunci¨® el a?o pasado su propia versi¨®n de Mi lucha, que, al igual que la del otro lado del Rin, contara con anotaciones que contextualicen un texto que en Francia se public¨® en 1934. Esta edici¨®n, acompa?ada por un breve aviso del contenido de las p¨¢ginas, era la ¨²nica disponible hasta ahora en el mercado franc¨¦s.

Perfil del comprador

Al mismo tiempo, muchos se preguntan en Alemania por el ¨¦xito del libro que sirvi¨® para prender la llama del odio y la violencia por todo el mundo. Tras subir en las listas de ventas, el mamotreto de 2.000 p¨¢ginas se ha agotado en todas las tiendas. Pero el perfil del comprador no responde al del simpatizante hitleriano, sino a investigadores o a personas interesadas en la historia, dicen los responsables de la edici¨®n. Tras distribuir a las librer¨ªas 24.000 ejemplares, ya han encargado nuevas impresiones.

¡°El gran inter¨¦s que suscita Mein Kampf est¨¢ relacionado con su aura de misterio, especialmente despu¨¦s de que Baviera hiciera todo lo posible para evitar su reproducci¨®n. Y este gran inter¨¦s ha hecho que los editores no hagan una obra destinada solo a los especialistas, sino que hayan buscado un p¨²blico m¨¢s amplio¡±, se?alaba hace unas semanas a la radio p¨²blica alemana el historiador y bi¨®grafo de Hitler Peter Longerich.