¡°Y ah¨ª lo dejo¡±
Los pol¨ªticos parecen ocurrentes comentaristas y los comentaristas se convierten en los que centran la br¨²jula de la pol¨ªtica
?En Los desayunos que Mar¨ªa Casado condimenta con sentido com¨²n en La 1 fue donde Cristina Cifuentes lanz¨® esta semana su ilusi¨®n de Reyes: traerse a Madrid (o llevarse a Madrid: este es un diario global) el festival del m¨®vil que tiene lugar en Barcelona. Como si reclamara para esta modalidad de la comunicaci¨®n mundial un Bar?a-Madrid y viceversa a la encargada de enderezar al PP en Madrid se le ocurri¨® (pues fue una ocurrencia) iniciar esta nueva cruzada. No se rasgu?¨® dici¨¦ndolo: decir es gratis; lo dec¨ªa y ah¨ª lo dejaba.
Ocurrencias as¨ª son muy comunes en la vida pol¨ªtica ahora, pues decir es gratis y todo el mundo est¨¢ diciendo todo el rato, los pol¨ªticos parecen ocurrentes comentaristas y los comentaristas se convierten en los que centran la br¨²jula de la pol¨ªtica. Sin salir de esos Desayunos de Mar¨ªa, un ubicuo comentarista que trabaja de tal de la ma?ana a la noche (por la noche estaba en la cadena de los obispos, dictando doctrina tambi¨¦n) lanz¨® la idea (una ocurrencia, de nuevo) de que el pacto actual entre socialistas y ciudadanos se va a hacer fosfatina por esto y por lo otro. Cuando Mar¨ªa lo mir¨® para que prosiguiera con el argumento para que se le terminara de entender ¨¦l dijo: ¡°Y ah¨ª lo dejo¡±.
Ese y ah¨ª lo dejo tiene su reino en Twitter, que es la prolongaci¨®n abreviada de las tertulias en las que los desavisados tiran la piedra y esconden todo lo dem¨¢s. En este caso, el y ah¨ª lo dejo de esta semana lo protagoniz¨® a mi parecer un tambi¨¦n ubicuo senador de Podemos a quien se le ocurri¨® narrar este mensaje de Pedro S¨¢nchez a Albert Rivera: ¡°Me han llamado del Ibex 35: que t¨² gobiernes y que yo presida¡±. Por supuesto, ese mensaje nunca tuvo lugar, pero al senador le pareci¨® una bonita ocurrencia, y ah¨ª la dej¨®.
Y ah¨ª lo dejo puede ser muy buen eslogan para esta nueva manera de tirar la piedra y esconderlo todo; es un periodismo (y una pol¨ªtica) que se hace por se?as, como dando a entender, para que el telespectador (o el lector, o el usuario, o el seguidor) se admire de lo que sabe el pol¨ªtico o de lo que es capaz de deducir (de la nada, generalmente) el comentarista cuyo oficio ya no se entiende si al d¨ªa no dice como 24 ocurrencias. Y ah¨ª lo dejo.
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