Baile, cante y olor a pescado
El Festival de Jerez celebra su 20? cumplea?os presentando el flamenco en espacios de la ciudad
Las caballas del golfo de C¨¢diz, a cuatro euros el kilo, miran de reojo a Anamarga mientras que Manuel de la Curra le canta clavando sus ojos en los de la bailaora, como si los cientos de personas que los circundan hubiesen desaparecido. Solos, el cantaor, la bailaora y ese intenso olor a pescado. El mercado de abastos de Jerez de la Frontera se convirti¨® ayer en uno de los 20 escenarios en los que el Festival de Jerez, el m¨¢s importante de los dedicados al baile flamenco, celebra su vig¨¦simo cumplea?os. ¡°?A d¨®nde va tanta gente aqu¨ª?¡±, pregunta un vecino despistado. ¡°Es lo del Teatro Villamarta¡±, le contesta uno de los pescaderos que, aunque a rega?adientes, no puede dejar de hacer palmas para seguir el comp¨¢s de la compa?¨ªa. Frente a las huevas de merluza, a cinco euros el kilo, Anamarga y sus bailaoras taconean en una tarima de un escaso metro cuadrado. Hay tanta gente en el mercado que la actuaci¨®n apenas puede verse en las pantallas de los m¨®viles de los que, felices con su posici¨®n en primera l¨ªnea, est¨¢n dispuestos a grabarlo todo y no dejar nada para la memoria.
El cumplea?os del Festival de Jerez, que esta edici¨®n ofrece m¨¢s de 70 espect¨¢culos y 44 cursos de baile, palmas y comp¨¢s a los que asisten 1.050 personas de una treintena de pa¨ªses, comenz¨® a celebrarse ayer y, hasta el lunes, tiene como invitados a grandes del baile como Isabel Bay¨®n, Rub¨¦n Olmo, Rosario Toledo, Bel¨¦n Maya, Antonio El Pipa o La Moneta.
Antes de zambullirse en la secci¨®n de pescader¨ªa del mercado, donde venden su g¨¦nero familias de rancio abolengo del flamenco jerezano como los M¨¦ndez -sobrinos de la desaparecida Paquera de Jerez, tan buena pescaera como irrepetible cantaora-, los Flores o los Zarzana, arranc¨® entre las columnas del claustro de Santo Domingo.
La guitarra de Pepe del Morao, en la que se intuye el toque del gran Mora¨ªto Chico, el cante de Manuel de la Nina y el baile de Fernando Jim¨¦nez fue la primera de las 20 citas que el Festival de Jerez, organizado Isamay Benavente, directora del Teatro Villamarta, ofreci¨® a su p¨²blico. Hasta el lunes, el festival presenta peque?as y exclusivas perlas flamencas -algunos de los espect¨¢culos han sido realizados exprofeso para los espacios en los que se presentan- en una veintena de enclaves patrimoniales de la ciudad.
Rincones secretos de bodegas como la sala Montegilillo, en la Bodega Lustau, donde hoy actuar¨¢ Daniel Mu?oz; o la escondida sala La Campana, en el mismo complejo, donde Rosario Toledo presentar¨¢ El pulso, se suman a otros espacios desconocidos por el p¨²blico como la Bodega Plaza Quem¨¢, el convento de San Agust¨ªn o La Ssacrist¨ªa de la Bodega Faustino Gonz¨¢lez.
Esta edici¨®n ofrece m¨¢s de 70 espect¨¢culos y 44 cursos
Tambi¨¦n se han sumado a la celebraci¨®n espacios abiertos al p¨²blico, pero en los que no se suelen ofrecer espect¨¢culos, como la mezquita del Alc¨¢zar, un recogido espacio en el que resonaron las potentes voces de Ana de los Reyes y Juan Lara, o el patio del Museo Arqueol¨®gico, donde Rub¨¦n Olmo present¨® Arquitectura de luz y sombras.
Una vez superado el escollo econ¨®mico -Jerez es de los Ayuntamientos m¨¢s endeudados de Espa?a y ha peligrado la continuidad tanto del Teatro Villamarta como del festival flamenco-, el Ayuntamiento ha anunciado que crear¨¢ la Fundaci¨®n Municipal de Artes Esc¨¦nicas y Flamenco de Jerez, que aglutinar¨¢ todo lo relacionado con el flamenco durante todo el a?o.
¡°Durante muchos a?os, la ciudad ha exportado su talento; pero los beneficios econ¨®micos apenas se dejaban sentir aqu¨ª. Desde que naci¨®, el festival trata de revertir esa relaci¨®n. Queremos atraer al p¨²blico a Jerez y, como hemos hecho desde el principio, acompa?ar a muchos artistas en su carrera¡±, apunta la directora.
¡°Nos hemos propuesto que Jerez se convierta en una especie de Meca para los aficionados del flamenco, que sea una ciudad que tienen que visitar al menos una vez en su vida¡±, resume Isamay Benavente.
Babelia
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