Novela para la recta final de una vida
La escritora Eva Blanch, cu?ada de Esther Tusquets, reconstruye en ¡®Coraz¨®n amarillo sangre azul¡¯ los ¨²ltimos meses de la m¨ªtica editora
¡°Como puedes imaginar, he venido aqu¨ª a morir¡±. La escritora y editora septuagenaria, en silla de ruedas, est¨¢ flanqueada por dos asistentas sudamericanas. La piscina, quiz¨¢, de por medio. El Hermano haci¨¦ndose repetir la frase por su esposa, m¨¢s por sordera que por incredulidad o sacudida emocional, algo que probablemente pesa m¨¢s en la esposa / cu?ada; el matrimonio, a lo mejor, en las escalinatas¡ Es f¨¢cil de imaginar la escena real en la espectacular villa de la zona alta de Barcelona porque las dos columnas d¨®ricas que sustentan el frontispicio le dan aire de escenario teatral. Justo as¨ª, como pieza dram¨¢tica, concibi¨® y escribi¨® la historia la fot¨®grafa, dise?adora y novelista Eva Blanch (Barcelona, 1969).
¡°Los espacios y los personajes, los roles, estaban muy delimitados, pero quedaba todo muy fr¨ªo; y una historia as¨ª ped¨ªa implicarse, algo m¨¢s subjetivo¡±, reflexiona. El relato es el de los ¨²ltimos meses de un personaje que es ¡°un hurac¨¢n¡±, de inteligencia excepcional, que mientras arrasa va dejando un rastro de perlas y que zarandea la de por s¨ª en ese momento inestable cu?ada, Clara, donde es f¨¢cil entrever a la autora como lo es reseguir el car¨¢cter de la editora Esther Tusquets, la de su hija escritora Milena Busquets (Ginebra en la obra) y la de su hermano, el dise?ador Oscar Tusquets (Hermano). Y as¨ª sali¨® la novela Coraz¨®n amarillo sangre azul (Tusquets).
Eva Blanch califica a la gran editora barcelonesa como ¡°un hurac¨¢n¡±
?¡°No s¨¦ lo que es verdad y ya no quiero mirar atr¨¢s y desentra?arlo¡±, resume Blanch su segunda novela tras Esto no est¨¢ pasando (2011). Pero ella misma, en alg¨²n momento, pronuncia Esther en lugar de Emma, la Escritora de la ficci¨®n, a la que el calificativo de ¡°hurac¨¢n¡±, como le ocurr¨ªa al modelo real, queda corto: a Emma los m¨¦dicos ya no le cogen el tel¨¦fono, apenas lo hace el psic¨®logo argentino al que le pasaba un tanto fijo al mes; pero aceptar¨¢ ingresar en un centro m¨¦dico para controlar un incipiente P¨¢rkinson, esa desasosegante imposibilidad de dormir y alguna alucinaci¨®n fruto de una medicaci¨®n tomada de manera ca¨®tica.
Clara se volcar¨¢ en su cuidado muy por encima de lo que le corresponder¨ªa, ante cierta delegaci¨®n de hermano e hija. Para saber m¨¢s de Emma, ir¨¢ entrevistando a viejos amigos (donde se entrev¨¦ al primer gran amor de Esther Tusquets, el fot¨®grafo Oriol Maspons; a su amiga Ana Mar¨ªa Moix, que habla de una Emma ¡°caprichosa, mandona y manipuladora¡±; al poeta Pere Gimferrer, con quien mantuvo una relaci¨®n¡) cuyos testimonios, intercalados con la cr¨®nica cotidiana de esos meses finales, ir¨¢n desvelando aspectos de un personaje que acaba haciendo de espoleta de la inestabilidad emocional de la cu?ada-narradora. ¡°Clara es una buena chica que intenta ayudarla pero no da abasto con el personaje, un car¨¢cter imprevisible, de gran inteligencia y que rompe todos los esquemas¡ La narradora se siente descolocada, no sabe si vive una realidad o un sue?o y ante la vejez y la muerte de su cu?ada huye hacia adelante, una manera de escapar que se concentra en la figura salvadora del psiquiatra; una aventura que es una huida¡±.
Oriol Maspons, Pere Gimferrer y Ana Mar¨ªa Moix pululan por el relato
Aflora en muchos momentos la figura de una suicida inteligente, o quiz¨¢ una mujer de gran carencia emocional¡ En cualquier caso, con la suficiente fuerza como para desencadenar tanto la escritura de Blanch como la de la propia hija real, Milena Busquets, que hace apenas un a?o public¨®, con ¨¦xito internacional inopinado, la novela Tambi¨¦n esto pasar¨¢, donde tambi¨¦n emerge el impacto que le dej¨® el personaje tras su muerte, en julio de 2012.
Ni en la ficci¨®n ni en la vida real ha habido fricciones entre ellas por el papel m¨¢s activo de la cu?ada/autora en esos ¨²ltimos meses. ¡°Me le¨ª el libro de Milena y me gust¨®¡ Ella me empuj¨® a hacer el m¨ªo, si bien hablamos de teatro por las escenas de vodevil que se estaban generando y los personajes-tipo; la posible actitud ambigua del hermano o de la hija en la novela se ha de entender porque ya llevan mucho tiempo sosteniendo esa tensi¨®n, arrastran un cansancio fruto de no poder controlar la situaci¨®n: Emma est¨¢ cuerda pero est¨¢ enferma y eso la enerva porque es consciente de que est¨¢ perdiendo tambi¨¦n ella el control de su vida¡ Y eso le hace mucho da?o¡±.
Blanch est¨¢ de acuerdo en la definici¨®n que Busquets hizo de su madre como ¡°bruja burlona y hada patosa¡±: ¡°Las relaciones entre madre e hija son siempre complejas, hay una competencia y un verse reflejada una en la otra y no gustarse¡ Emma tiene un punto maquiav¨¦lico, cierto, que en la novela puede detectarse cuando se insin¨²a sexualmente a una de sus asistentas para sac¨¢rsela laboralmente de encima¡ Pero ella quiere mucho a su hermano y a su hija; entre ellas hubo, sin duda, un juego intelectual de seducci¨®n¡±.
Admite Blanch en Coraz¨®n amarillo sangre azul el influjo de El desencantado, de Budd Schulberg, donde un guionista intenta sacar adelante, no sin dolor y esfuerzo, un guion con un escritor (en realidad, Francis Scott Fitzgerald) en sus estertores f¨ªsicos e intelectuales. No es f¨¢cil sacarse la vida de encima. El t¨ªtulo del libro de Blanch responde a unos versos de Ana Mar¨ªa Moix, que acaban as¨ª: ¡°Dejad en paz a los alcoh¨®licos y no olvid¨¦is que los cisnes cantan antes de morir¡±, que la autora cree que Moix igual escribi¨® pensando en Esther Tusquets. La portada es un cuadro de su hermana Cristina, pespunteado por las ilustraciones que Charles Robinson hizo para una edici¨®n inglesa de 1907 de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas,una de esas delicadezas bibliogr¨¢ficas que la editora coleccionaba y que compraba en Inglaterra muchas veces acompa?ada de su hija. Milena Busquets se la regal¨® a Blanch. El rastro perlado del hurac¨¢n.
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