Qu¨¦ rollo
El escenario es el Parlamento y aleda?os, pero el sainete se propaga en las infinitas tertulias, debates y entrevistas que dedica la tele a esas elocuentes movidas
Constato el excesivo vac¨ªo en el que flota mi existencia al descubrir que me paso horas entre amodorrado y estupefacto viendo y escuchando pel¨ªculas cochambrosas que se desarrollan en un mismo escenario, con actores mayoritariamente horrorosos que repiten un guion mon¨®tono, cuya ¨²nica originalidad es repetir veinte veces la misma consigna (o matraca, seamos precisos con la ling¨¹¨ªstica), en su seguridad de que el p¨²blico sufre deficiencias mentales y que acabar¨¢n crey¨¦ndose algo, que adem¨¢s de falso y hueco, se expresa con gestualidad de comicastro. El escenario es el Parlamento y aleda?os, pero el sainete se propaga en las infinitas tertulias, debates y entrevistas que dedica la tele a esas elocuentes movidas para ver qui¨¦n pilla el poder absoluto o relativo en el gobierno o desgobierno de la naci¨®n.
Y cuentan que ese espect¨¢culo entre hist¨¦rico y dormitivo tiene mucha audiencia, que podr¨ªa competir con esos templos de la inteligencia, el buen gusto, el inter¨¦s human¨ªstico e incluso metaf¨ªsico que constituyen los inenarrables Gran Hermano, S¨¢lvame y en general todo lo que lleva la firma de ese prodigio de imaginaci¨®n y de respeto al cerebro del receptor de una productora llamada La F¨¢brica de la Tele.
Solo me relaja un poco en ese trascendente sainete que protagonizan los aspirantes a salvar Espa?a un tal Albert Rivera, el mejor actor, el m¨¢s natural, entre histriones lamentables, involuntarias caricaturas, discos rayados, loritos de repetici¨®n, gente que deber¨ªa recibir clases de voz y de expresi¨®n corporal de un revivido Lee Strasberg. Y disponer de guionistas con cierto talento e inspiraci¨®n. Pero saben que independientemente de las chorradas, las promesas incumplibles o las mentiras que salgan de su boca todos ellos recibir¨¢n el aplauso enfervorizado de los suyos. Podr¨ªas creer ligeramente si al final de sus discursos, alguien de su partido gritara: ¡°Lo que ha dicho usted es una tonter¨ªa y una trola¡±.
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