La chica cargada con tres mochilas
Que a esta vida no has venido a bailar el mambo si eres ni?a, lo supo muy pronto Isabel Coixet al tener que afirmar su personalidad en el patio de las Escuelas Betsaida
Le hubiera gustado no tener otra identidad que la huella digital y ser reconocida solo por su talento, pero Isabel Coixet lleva a cuestas tres pesadas mochilas, las tres recibidas en herencia, el doble pecado original de haber nacido mujer en un pa¨ªs de machistas, la de verse obligada a demostrar cada d¨ªa que es una buena catalana y la de dar cuenta tambi¨¦n de que es una buena espa?ola. Su lucha consiste en que esta triple carga no le reste energ¨ªa para hacer cine, pero, aunque quisiera, no podr¨ªa evitar el haber nacido en Sant Adri¨¢ de Bes¨®s, el 9 de abril de 1960, en una familia obrera en la que conflu¨ªan antepasados de uno y otro bando de la guerra civil, con diversos encastes de inmigrantes, entre los cuales el que procede de la rama valenciana ha conformado gran parte de su car¨¢cter.
Se plante¨® el dilema de luchar contra la adversidad o limitarse a so?ar
La mujer de un labrador de Beniopa, por tierras de Gand¨ªa, ten¨ªa la costumbre de parir una criatura al a?o y as¨ª lo hizo hasta diecinueve veces. El labrador trabajaba una peque?a heredad cerca del pueblo cultivando alcachofas, berenjenas, pimientos y por ah¨ª todo seguido hasta la ¨²ltima cebolla. Cuando su mujer daba a luz, alguna vecina llegaba por una vereda de la huerta a darle la noticia. Desde lejos le gritaba: ¡°?Eeeh, ven a casa que tu mujer acaba de parir!¡±. El labrador se ergu¨ªa y preguntaba qu¨¦ hab¨ªa sido. Si era ni?o, este hombre corr¨ªa lleno de entusiasmo hasta el pie de la cama de la reci¨¦n parida, le preparaba ¨¦l mismo un caldo de gallina y luego invitaba a los amigos a una copa en el bar. Si era ni?a torc¨ªa el gesto, volv¨ªa a doblar el espinazo sobre los terrones y continuaba trabajando. ?Qu¨¦ era m¨¢s importante una ni?a o una cebolla? Para aquel labrador, una cebolla. La abuela valenciana de Isabel Coixet fue, entre aquellas diecinueve criaturas salidas del mismo vientre, una por la que el labrador no se molest¨® en abandonar la azada. Este repudio lo lleva Isabel Coixet en la sangre como la mochila m¨¢s pesada. La repulsa innata del machismo constituye en ella una actitud militante recibida como una vacuna desde que su madre le cont¨® esta historia de familia.
Demasiado lista
Que a esta vida no has venido a bailar el mambo si eres ni?a, lo supo muy pronto Isabel Coixet al tener que afirmar su personalidad en el patio de las Escuelas Betsaida contra los compa?eros de colegio que se burlaban de ella, lo de siempre, por llevar gafas o por ser demasiado lista. Puede que por este motivo Isabel Coixet sea una mujer fuerte e insegura, inteligente y complicada, libre y obsesiva en el trabajo, con salidas de pata de banco producto de una timidez, que unas veces la paraliza y otras la obliga a mont¨¢rselo de rara para que la dejen ir a su bola.
Para Coixet ser feminista, catalana o espa?ola es tan natural como llevar gafas de pasta
A muy temprana edad ella tambi¨¦n se plante¨® el dilema de ser o no ser, luchar contra la adversidad o limitarse a so?ar. ? Y por qu¨¦ no las dos cosas a la vez?, pudo haberse preguntado mientras dilu¨ªa sus turbulencias de adolescente en la pantalla del cine Texas, en el barrio de Gr¨¤cia, adonde su padre, un el¨¦ctrico de FECSA, la llevaba a ver pel¨ªculas de Visconti y de Losey. Tal vez en la oscuridad fantasmag¨®rica del cine, ante la visi¨®n de tantos h¨¦roes derrotados pero invencibles, ella so?¨® con medir sus fuerzas frente a una vida aperreada.
Deja que estudie Historia en la universidad de Barcelona, que escriba en la revista Fotogramas, que se meta en el mundo de la publicidad, que cree una agencia de prestigio con anuncios de las primeras marcas, que imponga su oficio rodando documentales, que sea con 26 a?os la primera directora de cine catalana desde la Rep¨²blica, que fracase su ¨®pera prima, pero el caso de esta mujer es que emergi¨® a la superficie como una cineasta de ¨¦xito. ?Qui¨¦n es esa chica catalana, que, de pronto, rueda en ingl¨¦s sus pel¨ªculas en Canad¨¢, en Estados Unidos, en Tokio, en una plataforma petrol¨ªfera y aceptan sus guiones los mejores actores del momento, Tim Robbins, Sarah Polley, Ben Kingsley, Juliette Binoche? Isabel Coixet demuestra una extraordinaria sensibilidad a la hora de analizar las pasiones complejas, los sentimientos envenenados de los personajes, siempre a una distancia ¨ªntima, como la que va despojando las sucesivas capas hasta llegar al coraz¨®n de la cebolla, muy distinta de aquellas que cultivaba el huertano machista. Es una carga muy pesada tener que conquistar cada d¨ªa tu libertad como mujer. No es el caso. Para Isabel Coixet ser feminista, catalana o espa?ola es tan natural como llevar gafas de pasta, porque por fortuna hoy el talento comienza a ser la ¨²nica y verdadera patria sin fronteras.
Babelia
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