William Wyler, ¡®El creador de estrellas¡¯
El director argentino Juan Carlos Fauvety recrea en un documental la historia de uno de los grandes cineastas cl¨¢sicos de Hollywood
Un viaje al blanco y negro, cuando el celuloide era el presente. Un regreso a cuando la colina m¨¢s famosa de California luc¨ªa con la palabra Hollywoodland. A trav¨¦s de los testimonios de Gregory Peck, Henry Fonda o Audrey Hepburn, con im¨¢genes de los archivos de la Academia de Artes y Ciencias Cinematogr¨¢ficas y con la voz de Eugenio Zanetti ¡ªganador del Oscar a mejor dise?o de producci¨®n en 1995 por Restoration¡ª, Juan Carlos Fauvety (Buenos Aires, 1964) recuerda a uno de los m¨¢s grandes directores de cine de EE UU: William Wyler, El creador de estrellas.
Cuenta Fauvety que Wyler ¡ªque naci¨® en 1902 en Mulhouse, en la Alsacia alemana, hoy francesa¡ª dijo de joven: ¡°Ir a EE UU a trabajar era como un viaje a la Luna¡±. Al a?o siguiente de ver la Estatua de la Libertad por primera vez desde un barco con otros miles de migrantes, se subi¨® en un tren que, durante seis d¨ªas y viajando de pie, le llevar¨ªa a Los ?ngeles. All¨ª comenzar¨ªa como ¡°ayudante del ayudante del ayudante del director¡±.
El documental William Wyler-Starmaker (2015) brota de la adolescencia de Fauvety. ¡°Mi padre me dijo con 11 a?os ¡®F¨ªjate siempre en Wyler¡¯. Con 13 a?os me llev¨® a ver 2001: una odisea del espacio. 25 a?os despu¨¦s, me encontr¨¦ en la casa de Kubrick¡±, asegura el director argentino. Su admiraci¨®n por los directores cl¨¢sicos le llev¨® a leer y releer biograf¨ªas, entrevistas y a reunirse con actores y productores que hab¨ªan trabajado con ellos.
¡°Lo que diferencia a Wyler de otros es la profundidad psicol¨®gica de sus personajes¡±, apunta Fauvety. Es precisamente la voluntad de mostrar a personajes cre¨ªbles en sus pel¨ªculas la que hizo que Wyler se ganara el apodo de 55 tomas Wyler. El realizador insist¨ªa f¨¦rreamente a los actores para que hicieran creer a la c¨¢mara la verosimilitud de su interpretaci¨®n. No ten¨ªa problemas en repetir una y otra vez las escenas hasta que ¨¦l mismo se creyera a los Gregory Peck, Audrey Hepburn o Charlton Heston. ¡°En sus filmes todos los personajes cambian psicol¨®gicamente desde el inicio hasta el final. Como en la vida real¡±, a?ade el director argentino.
Para Fauvety, ¡°se le reconoce menos a Wyler su trabajo frente a otros como Hitchcock porque ¨¦l apostaba por los personajes antes que por las tomas. Por eso se habla de pel¨ªculas como Ben-Hur o Vacaciones en Roma, pero pocas veces se menciona que fue ¨¦l quien las dirigi¨®¡±. El propio Wyler descubri¨® la espontaneidad de una jovenc¨ªsima Audrey Hepburn y le dio la oportunidad de conseguir su primer Oscar por Vacaciones en Roma (1953).
El documental, de 70 minutos, que revive la carrera de aquel alem¨¢n que so?¨® con rodar en EE UU y termin¨® recibiendo en 1966 el Premio Irving Thalberg de la Academia de cine estadounidense, que reconoce a aquellos ¡°cuyo trabajo refleje una constante gran calidad de producci¨®n¡±, se podr¨¢ ver este martes en Casa de Am¨¦rica de Madrid. Fauvety est¨¢ negociando su proyecci¨®n en Londres y en Estados Unidos, as¨ª como su difusi¨®n a trav¨¦s de canales p¨²blicos o de documentales.
¡°Mi intenci¨®n es hacer revivir a Wyler a trav¨¦s de su propia historia y sus propias im¨¢genes. Que las generaciones que no lo disfrutaron comprendan su importancia¡±, afirma el director argentino, que tiene claro que ¡°los grandes directores ya no existen¡±.
Sin cabos sueltos
William Wyler no dejaba cabo suelto. En la escena de Ben-Hur en la que el protagonista (Charlton Heston) se reencuentra con el jefe militar Messala (Stephen Boyd) ambos intercambian un ¡°?M¨ªrate!¡±, debido al cambio f¨ªsico que han experimentado desde que se conocieron en la infancia. El tono de Heston y Boyd no es el mismo. ¡°En esos detalles se puede ver la mano de Wyler. Ben Hur y Messala no se miran igual el uno al otro. Cada uno ha vivido unas experiencias distintas y Wyler quiere que los actores lo hagan cre¨ªble¡±, dice Fauvety.
El cineasta alem¨¢n consigui¨® a lo largo de su carrera 127 nominaciones al Oscar para sus pel¨ªculas, 12 para ¨¦l mismo como director ¡ªregistro que no ha sido superado hasta la fecha¡ª y tres Oscar a mejor director por La se?ora Minvier (1943), Los mejores a?os de nuestra vida (1947) y Ben-Hur (1957).
La Segunda Guerra Mundial supuso un punto de inflexi¨®n en la trayectoria del mundo del cine. Wyler la vivi¨® desde el aire, pero no dej¨® de rodar. A bordo de la fortaleza a¨¦rea B-17 Memphis Belle ¡ªque completo 25 misiones de bombardeo entre Inglaterra y Alemania¡ª, film¨® el documental Memphis Belle (1943). En 1944 le toc¨® vivir los ataques contra las l¨ªneas de abastecimiento alemanas a bordo de los cazas P-47 Thunderbolt. Los cielos de Italia sirvieron de escenario para su segundo documental: Thunderbolt (1944).
Las ametralladoras y los motores de aquellos gigantes voladores le dejar¨ªan con solo el 50% de audici¨®n en uno de sus o¨ªdos. Pero Wyler rodar¨ªa sus filmes m¨¢s recordados con la influencia f¨ªsica y mental del conflicto. En Hollywood a¨²n resuena el ¡°No es suficientemente bueno¡± que dedicaba a los actores cuando no le convenc¨ªan.
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