Alexis Ravelo: ¡°No s¨¦ escribir sobre triunfadores. De eso se encargan ¡®Forbes¡¯ y ¡®Hola¡±
El escritor canario publica 'La otra vida de Ned Blackbird', una incursi¨®n en la novela intimista tras su triunfo en el g¨¦nero negro
Esta es la historia de un ni?o que le¨ªa bolsilibros, que se pasaba la vida cambiando esos peque?os tesoros de la literatura popular escritos por autores bajo seud¨®nimos anglosajones. El ni?o creci¨® y sigui¨® devorando libros, otros libros. Escritor tard¨ªo de vida azarosa, tras su paso triunfal por la novela negra, Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) publica La otra vida de Ned Blackbird (Siruela), una bella historia, un juego sobre los l¨ªmites de la ficci¨®n y de la cordura, sobre el amor, sobre el sentido de la vida. "Mi padre conoci¨® a mi madre gracias a esas novelas, de las que era cambista, casa por casa. Luego, me le¨ªa novelitas del oeste cuando me echaba la siesta. En mi casa hab¨ªa pocos libros, una Biblia y bolsilibros. Otros presumen de la biblioteca del padre, pero ese fue mi primer contacto con la literatura", cuenta Ravelo a EL PA?S, cerveza IPA en la mano, para explicar el paso de las novelas de golfos y perdedores a este homenaje a los escritores de novelas populares.
"La carrera del escritor es buscar esa novela que nunca va a escribir. Eso lleva a una frustraci¨®n positiva, porque siempre falta algo"
El libro cuenta la historia de Carlos Ascanio, profesor de Filosof¨ªa que se obsesiona con la vida de la mujer que viv¨ªa en el apartamento que ahora ocupa ¨¦l y que inicia una investigaci¨®n de consecuencias imprevisibles. Celia Andrade, maestra de primaria con un secreto inconfesable, llev¨® una existencia llena de situaciones dif¨ªciles, luchas, amor y literatura. La novela queda lejos de las historias de canallas como La ¨²ltima tumba (Edaf, premio Getafe Negro 2013); La estrategia del pequin¨¦s (Alrev¨¦s, Premio Hammett 2014), o Las flores no sangran (Alrev¨¦s). O no tan lejos. ¡°Todos los personajes son unos perdedores. Incluso el narrador. Yo no s¨¦ escribir sobre triunfadores, eso se lo dejo al Hola y a Forbes¡±, se defiende.
?Y d¨®nde queda el tono cr¨ªtico de las obras anteriores? ¡°No es una novela menos cr¨ªtica. Mis textos son pol¨ªticos porque soy un hombre profundamente pol¨ªtico. No hay nadie menos privilegiado que una mujer sola, hija de un rojo en pleno franquismo. Eso s¨ª, no hay bajos fondos, es un ambiente burgu¨¦s, que no hab¨ªa retratado hasta ahora¡±, sentencia, sin olvidar nunca su tono comprometido y a la vez jovial.
"No he huido de la novela negra. S¨®lo huyo de la polic¨ªa antidisturbios"
Parad¨®jicamente, un autor que no busca en sus novelas la vertiente autobiogr¨¢fica ¡ª¡°es lo peor que se le puede hacer al lector¡±¡ª se han encontrado en esta protagonista femenina m¨¢s similitudes de las que buscaba. ¡°Es una novela de c¨®mo un lector se convierte en escritor. Es una mujer que renuncia a muchas cosas para ser libre, para escribir. Es la obra que me muestra m¨¢s como lector, qu¨¦ duda cabe. Con la novela negra tienes que domesticar los gui?os porque hablas de personajes que no leen demasiado. Pero en esta, eran cultos y fue como una fiesta. Me encanta eso de que el libro es el amante que exige promiscuidad¡±.
"La labor de los escritores populares en el franquismo fue tremenda. Mucha gente no habr¨ªa le¨ªdo un libro si no fuera por ellos, pero se les ha menospreciado"
La otra vida de Ned Blackbird tiene un tono intimista, extra?o en la obra de Ravelo. ¡°Lo saqu¨¦ de los cuentos. Es el tono que uso como cuentista. Lo que pasa que en Espa?a nadie lee cuentos¡±, aclara. Su inter¨¦s por la identidad del autor incide en uno de los temas que m¨¢s le gusta y con el que ya jug¨®, y de qu¨¦ manera, invent¨¢ndose la figura de M.A. West para publicar El viento y la sangre (Navona).
Autor que vive la vida, la literatura y la pol¨ªtica con una pasi¨®n similar, Ravelo contesta con un tono que esquiva la vehemencia gracias a su bonhom¨ªa, tan bien acompa?ada de una sonrisa de ojos algo achinados. ¡°La carrera del escritor es buscar esa novela que nunca va a escribir. Eso lleva a una frustraci¨®n positiva, porque siempre falta algo. Eso no hace que se venda la novela, pero las cosas son as¨ª¡±. Con un poco de aliento exterior, entra de lleno en la pol¨¦mica: ¡°Lees textos de autores consagrados y ves que no ser¨ªan capaces de hacer lo que hacen los que tienen oficio¡±, afirma en recuerdo de los Silver Kane y Marcial Lafuente Estefan¨ªa. ¡°Muchos eran tipos de izquierdas, que no pod¨ªan publicar con su nombre. Su labor en el franquismo fue tremenda. Mucha gente no habr¨ªa le¨ªdo un libro si no fuera por ellos, pero se les ha menospreciado¡±.
Sandor Marai ocupa un lugar preferente en su conversaci¨®n literaria: ¡°Trabajaba muy bien el tri¨¢ngulo amoroso; es muy burgu¨¦s, luego llega la Revoluci¨®n sovi¨¦tica y se tiene que ir de su pa¨ªs, empezar de cero en EE UU, un sitio donde no era nadie. Es un rebelde, un outsider absoluto¡±, cuenta sin esconder su admiraci¨®n por el autor de El ¨²ltimo encuentro. La conversaci¨®n sigue por un enorme caudal de autores y citas en el que aparecen en poco tiempo Kant, Borges, Banville o Mars¨¦ y que Ravelo consigue con habilidad que no suene a gafapastismo, sino a verdadera pasi¨®n lectora. Una ¨²ltima aclaraci¨®n antes de partir bajo la lluvia. ¡°No he huido de la novela negra. S¨®lo huyo de la polic¨ªa antidisturbios, de la otra no porque no tengo motivos. Todav¨ªa¡±.
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