Muere George Martin, el ¡®quinto Beatle¡¯

De todos los candidatos posibles a ser el famoso quinto beatle, ese t¨ªtulo honor¨ªfico tan c¨¦lebre y antiguo como el propio legado m¨¢gico de los fabulosos de Liverpool, George Martin, fallecido a los 90 a?os de edad, era el que m¨¢s puntos ten¨ªa. Si bien es cierto que el manager Brian Epstein fue determinante para el despegue y la conexi¨®n de la banda m¨¢s importante de la historia, Martin, con su caracter¨ªstico estilo de oficinista elegante ingl¨¦s, fue esencial. No se puede explicar la mejor parte de la impactante frescura y fascinante inocencia del sonido original de los Beatles sin su contribuci¨®n.

En una entrevista publicada por el diario EL PA?S el pasado octubre, Paul McCartney reconoc¨ªa su trascendencia en el cancionero eterno del grupo: ¡°Era el mejor. Siempre lo hab¨ªa admirado y me hab¨ªa encantado lo que hab¨ªamos hecho juntos con los Beatles... Trabajar con ¨¦l era genial. Era el adulto de la habitaci¨®n. Nosotros ¨¦ramos los ni?os malos. Please, Please Me se la presentamos como una balada muy lenta al estilo de Roy Orbison, pero nos dijo que tal vez quedase mejor un poco m¨¢s r¨¢pida. Nos convenci¨® y dijo que ser¨ªa nuestro primer n¨²mero uno. Y as¨ª fue entonces y un mill¨®n de veces m¨¢s¡±. El consejo de Please, Please Me fue el primero de todo un cat¨¢logo entre las paredes de Abbey Road, donde invit¨® a grabar a los Beatles en junio de 1962 cuando hab¨ªan intentando tener su oportunidad en distintos sellos, incluido Decca, a la postre la discogr¨¢fica que cometi¨® la pifia m¨¢s conocida de la historia al descartar a los Beatles por un sonido que ¡°no era bueno¡± y, sobre todo, porque ¡°los grupos de guitarras ya hab¨ªan pasado de moda¡±, tal y como dijo Dick Rowe, jefe de Repertorio y Artistas de Decca.

No sucedi¨® con Martin, un tipo que se hab¨ªa ganado una reputaci¨®n en una filial de EMI conocida como Parlophone, grabando discos c¨®micos para Peter Sellers, Spike Milligan o Peter Cook, que a ¨¦l siempre le parecieron est¨²pidos. Mayor que aquellos teddy boys, con sus vestimentas de tejanos negros ajustados y zapatos de puntera estrecha que chocaban con su corte cl¨¢sico de traje y corbata, el productor y arreglista supo ver algo que ni los propios Beatles sab¨ªan que pose¨ªan con tanta determinaci¨®n. Martin, esc¨¦ptico en su nueva tarea de trabajar codo con codo con m¨²sicos, encontr¨® en ese conjunto de j¨®venes de una encantadora irreverencia una virtud inmaterial, un elemento que flotaba con ellos: el j¨²bilo.

Tanto fue as¨ª que, en un primer momento, Martin quer¨ªa hacer de Paul McCartney o John Lennon un solista con acompa?amiento al estilo de Cliff Richard y los Shadows, pero se dio cuenta que tener a ¡°su Cliff¡±, la gran estrella del momento en Reino Unido que EMI quer¨ªa emular, era imposible y est¨²pido. Los chicos de Liverpool guardaban algo especial en conjunto, inseparable y aut¨¦ntico. En la hist¨®rica primera sesi¨®n de grabaci¨®n de los Beatles en el estudio 2 de Abbey Road en junio de 1962, Martin, que la dirigi¨® acompa?ado del productor Norman Smith y el operador de cintas Chris Neal, qued¨® m¨¢s maravillado con aquellos j¨®venes por su modo de expresarse y su fabulosa presencia que por su sonido. De alguna forma, aquel gal¨¢n con acento t¨ªpico de locutor de la BBC y educados modales conectaba con los chavales rockeros porque compart¨ªa con ellos un origen humilde en el gris Liverpool. C¨¦lebre es el final de esa grabaci¨®n, en la que hubo que ajustar amplificadores a esos chicos, cuando se dirigi¨® al grupo y les dijo: ¡°Si hay algo que no les gusta, pueden dec¨ªrmelo¡±. A lo que George Harrison respondi¨®: ¡°Bueno, para empezar, no me gusta tu corbata¡±. La primera gran visi¨®n del productor fue comprender, por tanto, el humor y la alegr¨ªa radiante de esos reci¨¦n llegados llamados Beatles.

No fue la ¨²nica. Al quinto beatle se le debe de manera algo accidental la llegada del cuarto y, francamente, el m¨¢s alegre de todos. A Martin no le gustaba la forma de tocar la bater¨ªa de Peter Best, que hac¨ªa grupo con John Lennon, Paul McCartney y George Harrison. En la grabaci¨®n de Love Me Do en septiembre de 1962 lleg¨® Ringo Starr, aunque el productor ya hab¨ªa contratado al baterista de sesi¨®n, Andy White. Ringo toc¨® la pandereta y las maracas, pero, finalmente, por suerte para todos, tras tocar la bater¨ªa en Love Me Do, que acab¨® siendo el single, se termin¨® quedando como jefe de las baquetas.

El productor profesionaliz¨® a esos chicos de un talento descomunal. Su palabra val¨ªa su peso en oro en las sesiones de grabaci¨®n, aunque su mayor acierto fue embellecer el genio que brotaba de la rivalidad amistosa -aunque no siempre lo fue- entre Lennon y McCartney. Tal y como ha reconocido el propio Paul, su influencia se dej¨® notar en canciones sobresalientes como Penny Lane, She Loves You o Strawberry Fields Forever. Lleg¨® a tocar el piano en algunas grabaciones como en In My Life o Rubber Soul, pero, por encima de todo, mientras se mantuvo la cohesi¨®n en la banda, se?al¨® el camino del ¨¦xito mundial con detalles determinantes. Con ¨¦l, los Beatles pasaron de ser los abanderados del Mersey Sound,ese sonido directo y ruidoso, con patrones del rock¡¯n¡¯roll americano, el doo-wop y el skiffle brit¨¢nico, a convertirse en el gran fen¨®meno pop de la d¨¦cada prodigiosa de los sesenta.

El secreto de la f¨®rmula de inocencia y vitalidad infinitas de los Beatles tuvo en George Martin un condimento crucial. ?l innov¨® con el uso de magnet¨®fonos de dos pistas como medio para hacer mejores grabaciones monof¨®nicas, balanceando cuidadosamente las voces y los instrumentos. Abbey Road se convirti¨® en un laboratorio tecnol¨®gico de primer orden y, con?Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band,? se lleg¨® a trabajar con la t¨¦cnica conocida como reducci¨®n de mezclas, en la que las canciones se registraban en una grabadora de cuatro pistas, que permit¨ªa a los ingenieros de sonido darle m¨¢s libertad al grupo para grabar sus cada vez m¨¢s complejas canciones.

Con la fractura del grupo, y la muerte de Brian Epstein, Martin vio como le iban relegando a un segundo plano o le sustitu¨ªan directamente por Phil Spector, quien produjo Let It Be. Peor llev¨® los desplantes p¨²blicos de Lennon, que rest¨® su importancia tras la separaci¨®n de la formaci¨®n. Martin intent¨® reivindicar su papel, pero nada pod¨ªa competir con la verborrea de Lennon. En un acto de amistad, pero tambi¨¦n de venganza con la superestrella Lennon, McCartney le volvi¨® a llamar a filas de los mandos de producci¨®n en su disco en soliario, Tug of War, publicado en 1982 aunque grabado en su mayor¨ªa con John todav¨ªa vivo.

Fuera de los Beatles, Martin, quien en los sesenta tambi¨¦n defini¨® el sonido del rock brit¨¢nico con grandes trabajos como el que hizo con Gerry and Peacemakers, produjo grabaciones para otros grupos y artistas a lo largo de los a?os como a Elton John, Cilla Black, Kenny Rogers, Matt Monro, Jeff Beck, John Williams, Neil Sedaka y Ultravox, entre otros. Ha sido Ringo Starr quien ha informado de su fallecimiento a trav¨¦s de su cuenta en la red social Twitter. ¡°Que Dios bendiga a George Martin. Paz y amor para Judy y su familia. Amor de Ringo y Barbara. Le echaremos de menos. Gracias por todo vuestro amor y bondad. Paz y amor para George¡±.

Como en el f¨²tbol, donde todo el mundo afirma que el jugador n¨²mero 12 es la afici¨®n, tal vez a estas alturas el quinto beatle, simplemente, seamos todos los millones de oyentes de tantas generaciones que queremos participar del sue?o imborrable de la m¨²sica de la banda de Liverpool. Pero, a decir verdad, si alguien estuvo all¨ª, si alguien sale en las fotograf¨ªas en blanco y negro con esos chicos rodeados de instrumentos en Abbey Road, si alguien contribuy¨® a hacer de esa m¨²sica algo inmortal, aparte de sus cuatro creadores y protagonistas absolutos, fue George Martin. Se lo gan¨®, y, por tanto, tambi¨¦n se merece nuestro recuerdo.