Ugo Cornia: ¡°Escribir es una experiencia er¨®tica y compulsiva¡±
El autor italiano exhibe su dominio de la autoficci¨®n en 'Roma', una novela inspirada en sus experiencias laborales que cuestiona el papel del trabajo en la vida
Si quiere conocer bien al escritor italiano Ugo Cornia (M¨®dena, 1965), uno de los m¨¢s reconocidos de su generaci¨®n, mejor que perseguir una charla con ¨¦l, lea sus novelas. Si escoge Sobre la felicidad a ultranza, su ¨®pera prima en narrativa, sentir¨¢ que le presenta a su familia, los vivos y los que ya murieron pero viven en ¨¦l. Si se decanta por Casi amor, recorrer¨¢ su agitado historial amoroso con la sensaci¨®n de vivirlo en directo. Y si opta por Roma, que acaba de publicar en Espa?a la editorial Perif¨¦rica, sabr¨¢ que ha sido lavaplatos, empleado del fisco y repartidor de tarjetas del censo electoral, que prefiere evitar relaciones con mujeres que no fuman y que eso de que el trabajo realiza le parece una patra?a. ¡°Si uno que trabaja, a medida que trabaja se realiza, es decir, se vuelve m¨¢s real, entonces uno que no trabaja, a fuerza de no trabajar, deber¨ªa irrealizarse, es decir, volverse cada vez menos real, algo que resulta dif¨ªcil de imaginar respecto a un ser de carne y hueso¡±, escribe. ?l, por si acaso, se aferra a su empleo de maestro: ¡°Quiero tener un trabajo de verdad para escribir lo que me d¨¦ la gana¡±.
Cornia, premio Nacional de Literatura en Italia (PISA) en 2004 en la categor¨ªa de narrativa por Roma, es fil¨®sofo, profesor de italiano y una de las plumas m¨¢s visibles de la autoficci¨®n, ese g¨¦nero escrito en primera persona que parte de la experiencia vital del escritor y transita entre lo real y lo imaginario hasta despistar muchas veces al lector y dejarle con la intriga.
¡ª?Ha vivido todo lo que cuenta? ?O hay mucha fabulaci¨®n?
¡ªNo hay un episodio inventado ¡ªaclara tras dar buena cuenta de un plato de jam¨®n en el Hotel Iberostar Las Letras Gran V¨ªa de Madrid horas antes de participar en la Noche Italiana.
¡°Me siento m¨¢s c¨®modo con la primera persona; puede equivocarse. La tercera te ata a la tierra, salvo que seas Kafka¡±
¡ª?Y por qu¨¦ escogi¨® la autoficci¨®n?
¡ªMe siento m¨¢s c¨®modo si uso la primera persona. Ideas sobre el mundo tengo pocas, peque?as e inciertas. Ya me parece pretencioso hablar de nosotros¡ Pero la primera persona es subjetiva, puede equivocarse, solo desde el yo puedo decir si una persona est¨¢ loca o es normal. La tercera te ata a la tierra, salvo que seas Kafka.
¡ª?Le resulta placentero contar su vida?
¡ªEs que no me siento el protagonista. Me siento el protagonista de mi delirio emotivo [r¨ªe]. Cuando me vienen las ganas de escribir, me pongo y desaparezco. Es como una experiencia entre er¨®tica y compulsiva. Yo no s¨¦ bailar, pero imagino que cuando uno ha bebido dos cervezas y baila con una mujer que le gusta siente algo parecido. Escribiendo me libro de grandes tristezas. Escribir, para m¨ª que soy un poco claustrof¨®bico, es como huir y dar un paseo fuera de casa o fumar unos cigarrillos.
Cornia es un escritor tan vulnerable al tiempo meteorol¨®gico como el devenir de sus novelas a su estado an¨ªmico. Escribe a golpe de frases, de pensamientos que le cautivan, pero que pueden verse frustrados en su camino al papel por una buena o mala noticia que cambia su humor y tuerce su tono literario. Hay escritores disciplinados que se sientan horas cada d¨ªa en busca de la inspiraci¨®n, hay otros que cuando encienden el ordenador saben exactamente la historia que van a contar y han perge?ado hasta una detallada sinopsis. No es su caso. ¡°Si yo hiciera eso, acabar¨ªa tir¨¢ndolo todo porque se me habr¨ªa ido la pasi¨®n¡±.
Incapaz de escribir un diario ¡ª¡°la literatura es siempre un tono y la vida es otra cosa¡±¡ª, este amante del c¨®mic ahora embarcado en un doctorado sobre cinismo antiguo despert¨® a las letras en la Universidad de Bolonia en un taller de escritura c¨®mica junto a los escritores Ermanno Cavazzoni y Gianni Celati. Luego llegaron los art¨ªculos en la revista Il Semplice y, m¨¢s adelante, sus novelas llamativamente francas, vitales y descarnadas, en las que cada lector encontrar¨¢ una situaci¨®n o reflexi¨®n cotidiana con la que identificarse. ?Qu¨¦ persona que trabaja de cara al p¨²blico y se siente fulminada con la mirada cuando se ausenta para ir al ba?o pasar¨ªa por alto esta frase de Roma?: ¡°Dado que todo el mundo se considera uno cada vez, como una persona singular y no como el en¨¦simo de una serie de ochenta, nunca se percata de que se vuelve p¨²blico¡±.
"Cuando escribo, estoy en una esquina de mi casa y escribo todo lo que se me viene a la cabeza, no tengo pudor"
La obra de Cornia es la literatura del pensamiento y de la vida, la de las grandes cuestiones ¡ªla muerte, el amor, la soledad, la libertad, el miedo¡¡ª, pero tambi¨¦n la de las peque?as cosas, el feliz vagabundeo por las ciudades, el rayo de sol que penetra por la ma?ana en la habitaci¨®n¡ Desde que se iniciara en esta senda de la autoficci¨®n, el escritor ha dejado al descubierto en obras sin trama, en novelas que son casi un discurso mental, literatura hablada en voz alta, sus sentimientos hacia los muertos (Sobre la felicidad a ultranza): ¡°Todav¨ªa hoy mi madre sigue toc¨¢ndome los cojones de tal manera que me veo paseando y solt¨¢ndole unas imprecaciones tremendas dici¨¦ndole que ya es hora de que me deje en paz, que ya no quiero saber nada de ella, ni de ella ni de su ¨¦tica de mierda¡±. Y ha aireado tambi¨¦n sus desenga?os amorosos (Casi amor): ¡°Luego me dijo que ni siquiera nos hab¨ªamos acostado juntos, ni siquiera una vez, y que todav¨ªa ten¨ªa ganas de divertirse durante algunos a?os. Y visto que yo le dije que no comprend¨ªa por qu¨¦ si nos cas¨¢bamos no ¨ªbamos a poder divertirnos, me dijo que no y punto¡±.
¡ª?No siente pudor? ?Cu¨¢nto cuenta y cu¨¢nto se queda para s¨ª? ?Se impone l¨ªmites?
¡ªCuando escribo, estoy en una esquina de mi casa y escribo todo lo que se me viene a la cabeza, no tengo pudor.
Cornia, adem¨¢s de imp¨²dico, es un escritor pol¨ªticamente desencantado ¡ª¡°la iz?quierda es la misma mierda que la derecha¡±¡ª que deja asomar su malestar en los libros sin implicarse en exceso. ?No le interesa la literatura beligerante? ¡°Abiertamente, no¡±, dice. ¡°Aunque la existencia de uno siempre lo es porque tiene que lidiar con realidades y leyes con las que no est¨¢ de acuerdo. Yo fumo y la gente me mira con superioridad moral. Luego veo que Europa ha incrementado la posibilidad de contaminar de los autom¨®viles y me cabreo. Y suelo decir: ¡®M¨¦tete en un garaje con el coche en marcha o enci¨¦rrate con 50 fumadores. En el primer caso, tras 20 minutos habr¨¢s muerto; en el segundo, te doler¨¢ la cabeza. Ahora resulta que en Italia, si uno tira la colilla al suelo, puede ser multado con 300 euros. Pero creo que me estoy desviando¡¡±.
En efecto, Cornia tiende a irse por las ramas. Si quiere conocerle bien¡, lea sus novelas.
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