Una buena muerte

Si algo caracteriza la larga vida y la extensa obra del te¨®logo suizo Hans K¨¹ng son la coherencia y la autenticidad, como ha demostrado en su conflicto con la jerarqu¨ªa cat¨®lica romana, que desemboc¨®, a finales de la d¨¦cada de los setenta del siglo pasado, en la retirada de la licencia eclesi¨¢stica por cuestionar la infalibilidad del Papa y que su colega en Tubinga Joseph Ratzinger, al llegar al papado, no le devolvi¨®.

A punto de cumplir 88 a?os, ha vuelto a demostrar coherencia y autenticidad al defender el derecho a la eutanasia, como ya adelantara en el ¨²ltimo volumen de sus memorias: Humanidad vivida (Trotta, 2014), donde expone detalladamente c¨®mo le gustar¨ªa morir. Tal posici¨®n no debe considerarse aisladamente. Ha de entenderse teniendo en cuenta las cuestiones antropol¨®gicas y religiosas que le han ocupado y preocupado intelectual y vitalmente: la verdad, la veracidad y la confianza b¨¢sica; el problema de Dios, su existencia y su sentido; la figura de Jes¨²s de Nazaret, sus actitudes y opciones; la existencia cristiana; la Iglesia y su necesaria reforma; el estudio de las religiones en la historia y en la actualidad; el ecumenismo, el di¨¢logo interre?ligioso e intercultural; la esperanza y la pregunta por la vida eterna.

Quiz¨¢ el programa m¨¢s ambicioso de su vida es el Proyecto de una ¨¦tica mundial, en torno a cuatro ¨¢mbitos vitales de la convivencia humana: compromiso a favor de una cultura de la no violencia y respeto a toda vida, de la solidaridad y de un orden econ¨®mico justo, de un estilo de vida honrada y veraz, y de una cultura de la igualdad entre hombres y mujeres, y a tres principios: no hay supervivencia sin una ¨¦tica global; no hay paz mundial sin paz religiosa; no hay paz religiosa sin di¨¢logo entre religiones.

En este nuevo y esperanzador libro, Una muerte feliz, reitera y fundamenta el derecho a la eutanasia: ¡°Me gustar¨ªa morir consciente y despedirme digna y humanamente de mis seres queridos. Morir feliz para m¨ª significa una muerte sin nostalgia, ni dolor por la despedida, sino una muerte con una completa conformidad, una profund¨ªsima satisfacci¨®n y paz interior¡±. K¨¹ng quiere morir con la dignidad que ha vivido, siendo plenamente un ser humano y sin verse reducido a una existencia vegetativa. Todos tenemos una responsabilidad sobre nuestra vida. ?Por qu¨¦ vamos a renunciar a ella en la etapa final?, se pregunta.

En la consideraci¨®n del principio y del final de la vida humana se est¨¢ produciendo un cambio de paradigma bajo el signo de la autonom¨ªa personal. Una opci¨®n por la eutanasia no requiere apelar a la dimensi¨®n religiosa del ser humano, reconoce K¨¹ng, quien aporta, adem¨¢s, como argumento a favor su fe religiosa: la convicci¨®n de que no termina en la nada, sino que va hacia una ¨²ltima realidad, hacia la realidad m¨¢s profunda donde encontrar¨¢ una nueva vida. El te¨®logo suizo da un s¨ª fundamentado a la vida eterna como consecuencia de su fe en Dios eternamente vivo y como confianza racional en ¨¦l. Para ¨¦l, el seguimiento de Jes¨²s y eutanasia no se excluyen. La misi¨®n de las personas cristianas y de las Iglesias es luchar contra la pobreza, el hambre, el sufrimiento, las injusticias sociales, la enfermedad, la muerte.

Con su definici¨®n p¨²blica favorable a la eutanasia, lo que pretende K¨¹ng es contribuir al desarrollo de un debate permanente en torno a la cuesti¨®n, aportar la voz de un te¨®logo cristiano afectado existencialmente por esta problem¨¢tica y conseguir el cambio de actitud de la Iglesia oficial.

La obra termina con una referencia elogiosa al libro La eutanasia, una opci¨®n cristiana, del fil¨®sofo espa?ol Antonio Moncl¨²s (GEU, Granada, 2010), recientemente fallecido, que, a trav¨¦s de un amplio recorrido por la historia de la Iglesia cristiana, demuestra la existencia de diferentes formas de eutanasia, sancionadas incluso con la aureola de la santidad, y ofrece numerosos ejemplos de ¡°buena muerte¡±, de aut¨¦ntica ¡°conducta eutan¨¢sica¡±, desde los m¨¢rtires, las cruzadas o las guerras de religi¨®n hasta la aplicaci¨®n de principios como la guerra justa o la pena de muerte. ¡°Los complejos temas expuestos en el libro de este fil¨®sofo espa?ol ¡ªconcluye K¨¹ng¡ª merecer¨ªan ser estudiados y debatidos con m¨¢s detalle¡±. Yo tambi¨¦n lo creo.

Una ¡°buena vida¡± bien merece una ¡°buena muerte¡± (eso significa etimol¨®gicamente ¡°eu-tanasia¡±). La ¡°humanidad vivida¡± con plena conciencia por Hans K¨¹ng tambi¨¦n merece ¡°una muerte feliz¡±.

Una muerte feliz. Hans K¨¹ng. Traducci¨®n de Jorge Seca. Trotta. Madrid, 2016. 108 p¨¢ginas. 15 euros