Mirar la realidad
Mart¨ªn Caparr¨®s lo ha repetido con frecuencia: la cr¨®nica demanda la primera persona, pero no como un ¨¦nfasis del yo
Mart¨ªn Caparr¨®s lo ha repetido con frecuencia: la cr¨®nica demanda la primera persona, pero no como un ¨¦nfasis del yo, sino para conformar a un sujeto que mira. Una mirada posible, entre tantas, que implica una decisi¨®n pol¨ªtica, pues se desv¨ªa de la hegemon¨ªa informativa que promueven los medios desde un lugar desatendido o marginal -¡°la cr¨®nica ser¨¢ marginal o no ser¨¢¡±, insiste Caparr¨®s-, resisti¨¦ndose a la noticia para construir un relato, consecuencia de la extra?eza de llegar ¡°cargando con lo que creemos que vamos a ver y nos despierta lo que vemos¡±. Esto resulta evidente para el autor de Hambre, pero la cr¨®nica es un g¨¦nero h¨ªbrido que, dada su singular naturaleza -?es literatura, es periodismo?-, vive bajo sospecha del creador de ficciones y del reportero, y amenazada por lo ¡°interesante¡±, que se reduce a sensacional en detrimento de lo verdadero. Disyuntiva que Caparr¨®s desarma con sus cr¨®nicas enriquecidas con toda suerte de procedimientos, algunos derivados de la poes¨ªa. Son m¨¢s de veinte a?os recorriendo el mundo para contar ¡°lo que ve la mirada¡±, no para confirmar postales.
Este libro re¨²ne una sorprendente muestra de la pr¨¢ctica de la cr¨®nica, articulado a modo de ¡°cr¨®nica del cronista¡±, ya que no es solo un compendio de piezas selectas, sino un recorrido por la responsabilidad de la propia mirada y la adicci¨®n a la escritura, imposibles de desligar en un maestro del g¨¦nero, en la l¨ªnea de su admirado Kapuscinski y de la Poniatowska que escribi¨® La noche de Tlatelolco ¡°porque los medios silenciaban cosas¡±.
Caparr¨®s aprovecha con sa?gacidad, contradici¨¦ndose a veces, o m¨¢s bien resolviendo dudas con otra duda mayor, la pieza elegida para enmarcarla en su biograf¨ªa period¨ªstica, a la vez que desarrolla instrucciones que simulan una po¨¦tica. El libro logra as¨ª una s¨ªntesis formidable entre teor¨ªa y pr¨¢ctica que, entre otras virtudes, alecciona a la sobrevivencia de la cr¨®nica como un modo de conocimiento no enga?oso de la realidad, siempre que pueda obtener, claro est¨¢, una acogida m¨¢s comprometida en los medios. Pues este es el peligro que se cierne sobre la cr¨®nica en una ¨¦poca en que ¡°leer se relaciona cada vez m¨¢s con una cultura en v¨ªas de extinci¨®n¡±.
Aqu¨ª el lector podr¨¢ asistir a problemas concretos, de los que acaso sabe algo de o¨ªdas, pero que solo la cr¨®nica le permitir¨¢ ver. Problemas que mantienen una tenaz actualidad, porque siguen siendo un problema: el tr¨¢fico de coca en Bolivia, todo lo que se puede comprar en la obstinada Hong Kong, la prostituci¨®n infantil en Sri Lanka¡ Y realidades culturales como los muxes de Juchit¨¢n, al sur de M¨¦xico, no tratados como curiosidad sexual, sino con mirada de etn¨®grafo. Y mucho m¨¢s se descubre en este libro arrollador, plet¨®rico de historias, que abarca m¨¢s mundo que cien novelas.
Lacr¨®nica. Mart¨ªn Caparr¨®s C¨ªrculo de Tiza Madrid, 2015 620 p¨¢ginas. 23 euros
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