Cantando a un dios cruel
Tom Waits, Lucinda Williams o Sin¨¦ad O¡¯Connor participan en el homenaje discogr¨¢fico a Blind Willie Johnson, el misterioso predicador tejano que usaba la guitarra slide
A primera vista, God don't never change (Alligator-Discmedi) podr¨ªa parecer un calculado producto de mercadotecnia: m¨²sicos contempor¨¢neos rescatando canciones de un nebuloso bluesman,buscando quiz¨¢s el nuevo Robert Johnson. Y no. El disco se hizo mediante micromecenazgo, respaldado por el compromiso de Tom Waits y Lucinda Williams: cada uno grab¨® dos temas del homenajeado, Blind Willie Johnson.
Los anales del blues est¨¢n repletos de m¨²sicos ciegos. Pero Johnson se diferenciaba radicalmente de Blind Lemon Jefferson o Blind Willie McTell: solo cantaba m¨²sica religiosa, con un vozarr¨®n ¨¢spero que contrastaba con la elocuencia de su guitarra cuando tocaba con slide (una navaja, el cuello de una botella). A¨²n hoy, su impacto es brutal. En las letras, ni rastro de las picard¨ªas o los lamentos caracter¨ªsticos del blues. Blind Willie, que muri¨® a los 48 a?os, esboza un mundo sombr¨ªo donde no hay m¨¢s esperanza que obedecer a Dios. Un Dios que castiga la soberbia del hombre: as¨ª explicaba Johnson el hundimiento del Titanic o la epidemia de la gripe espa?ola.
Famoso en su tiempo
A escala regional, Blind Willie Johnson fue un superventas en los a?os 20. Cuando los representantes de Columbia, viajaban al Sur de EE UU en busca de material fresco, era citado en Atlanta o Nueva Orleans; se sol¨ªa grabar en la habitaci¨®n de un hotel. Cuando el mercado se hundi¨®, le dejaron de llamar, aunque la compa?¨ªa reedit¨® algunos de sus n¨²meros. Su gospel blues resultaba problem¨¢tico: la m¨²sica sagrada evolucion¨® hacia arreglos corales mientras que los cantantes con guitarra se centraron en el repertorio profano.
Su propia biograf¨ªa podr¨ªa ilustrarnos sobre la futilidad de los afanes humanos. Johnson fue relativamente famoso: grab¨® unos 30 temas entre 1927 y 1930; la depresi¨®n acab¨® con su carrera discogr¨¢fica y solo se conserva una foto suya. Eso era todo lo que se conoc¨ªa sobre ¨¦l cuando Dylan, Led Zeppelin o Clapton se acercaron a su cancionero.
La pieza m¨¢s difundida de Johnson es un escalofriante instrumental, Dark was the Night, Cold was the Ground, difundido a trav¨¦s de un disc¨ªpulo, Ry Cooder: se podr¨ªa arg¨¹ir que toda la banda sonora de Paris, Texas es una extensi¨®n de la obra de Blind Willie. M¨¢s adelante, el director de la pel¨ªcula, Wim Wenders, rodar¨ªa un documental sobre su universo, The Soul of a Man.
El librito de God Don't Never Change resume lo que se ha descubierto sobre Johnson en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Nacido en Tejas en 1897, pronto se qued¨® hu¨¦rfano, un trauma que retrat¨® en Motherless children have a hard time. Dicen que perdi¨® la vista por una venganza: su madrastra, furiosa ante las infidelidades de su padre, le ech¨® lej¨ªa a la cara. Para un ciego, actuar en la calle era una opci¨®n razonable. Necesitaba, eso s¨ª, un acompa?ante; posteriormente, sus sucesivas esposas le servir¨ªan de lazarillo (una de ellas hace segunda voz en muchos de sus discos). Es posible que Johnson, como si obedeciera a la leyenda negra de los predicadores sure?os, tuviera una vida secreta nada ortodoxa. Hay un documento que localiza su residencia, durante la Gran Guerra, en la zona de los prost¨ªbulos de Houston. Su muerte, ocurrida en 1945, pudo ser consecuencia de un tratamiento contra la s¨ªfilis. Lo ¨²nico seguro es que fue popular: hasta toc¨® en el teatro Hippodrome de Nueva York, entre partidos de jai-alai. M¨¢s habituales debieron ser los bolos en iglesias: se reproduce el anuncio de una aparici¨®n en la localidad tejana de Shiner, con entradas a 10 centavos y ¡°asientos reservados para blancos¡±.
Con la excepci¨®n de los Blind Boys of Alabama, los participantes en God Don't Never Change son blancos y no necesariamente creyentes. As¨ª que se esfuerzan: los Cowboy Junkies le samplean; Luther Dickinson recupera la ancestral f¨®rmula del fife and drum (p¨ªfano y tambor); Tom Waits se transforma en un evangelista en compa?¨ªa de su esposa e hijo; Rickie Lee Jones a?ade aires de Nueva Orleans a su versi¨®n cantada de Dark was the Night. Podemos vivir en un valle de l¨¢grimas, sugieren, pero la m¨²sica siempre servir¨¢ como medicina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.