Salvad al soldado Salinger
'Oona y Salinger' es la novela menos autobiogr¨¢fica de Beigbeder y la m¨¢s enjundiosa: un biopic sobre el autor de 'El guardi¨¢n entre el centeno' y un ejercicio de ficci¨®n hist¨®rica
Insolente, brillante e imprevisible, Beigbeder es un jugador empedernido que arriesga siempre en la ruleta de la literatura, dispuesto a reventar la banca a cualquier precio, incluso el del striptease moral en el que convirti¨® Una novela francesa (2009), escrita con el diablo en el cuerpo y en forma de proclama antisistema con aspecto de memorias-de-un-chico-malo. Ya hab¨ªa sido provocador y se hab¨ªa emborrachado de egotismo en 13,99 euros (2000), y su obra parec¨ªa destinada a ser sin¨®nimo de atentado premeditado contra el establishment.
Pese a que la voz que narra es la de Beigbeder y a cada p¨¢gina se asoman su iron¨ªa, su autoconsciencia, su mitoman¨ªa y su complicidad con un lector al que se lleva de juerga, Oona y Salinger es la novela menos autobiogr¨¢fica del autor, y seguramente la m¨¢s enjundiosa. En realidad es su apuesta m¨¢s fuerte. Nada menos que un biopic de J. D. Salinger y un ejercicio de ficci¨®n hist¨®rica (como los de Philip Roth en La conjura contra Am¨¦rica o Doctorow en Ragtime) que contamina con imaginaci¨®n y mentiras veros¨ªmiles la verdadera historia de la frustrada relaci¨®n entre el autor de El guardi¨¢n entre el centeno y una hermosa flapper llamada Oona O¡¯Neill.
Hija del dramaturgo Eugene O¡¯Neill y una habitual en las p¨¢ginas de Life, Oona conoci¨® a Orson Welles y el alcohol y se cas¨® con el maduro Charles Chaplin, con el que tuvo ocho hijos y una vida regalada; Salinger combati¨® en el desembarco de Normand¨ªa, alcanz¨® la fama como novelista y m¨¢s tarde se eclips¨®; y Beigbeder propone una estimulante reconstrucci¨®n de esa relaci¨®n entre ambos, escribiendo las cartas ap¨®crifas que un Salinger enamorado le escribi¨® a Oona y que no han salido a¨²n a la luz. ?Oona y Jerry Salinger o Zelda Fitz?gerald y el soldado Ryan convertidos en 300 p¨¢ginas en Mrs. Chaplin y Mr. Ghostwriter! ?Y en medio? Un plat¨® de cine de los cuarenta, una fiesta de papel en la que bailan Truman Capote ¡ªinventor de la non fiction novel, a la que adscribe Beigbeder su novela en el preliminar¡ª, Mae West, Patton, Scorsese, Bernanos, Michael Jackson, Hemingway, Rihanna o Kim Novak, breves tratados de amor senex-puer y de hero¨ªsmo y banalidad, un bouillon de culture preparado con cine cl¨¢sico americano, fotograf¨ªas evocadoras, fetichismo literario, comentarios ir¨®nicos de un autor entrometido e historia del siglo XX en im¨¢genes verbales, y una historia de amor cort¨¦s muy bien escrita. De la playa de Utah y los nightclubs del Nueva York canalla a esa Suiza chic de celebridades como Nabokov y Coco Chanel.
Todo constituye un feliz pretexto para que el autor exhiba sus plumas de pavo real y juegue a ser el primero de la clase de literatura. Quiere siempre ser el perejil de todas las salsas, escribe su novela escribiendo a la vez c¨®mo la escribe, y seduce con sus pastiches y sus manipulados clich¨¦s, con sus di¨¢logos de Hollywood, sus cartas inventadas, sus listas a lo Perec, sus mistificaciones y su humor de vodevil. Siempre embaucador, en Conversations d¡¯un enfant du si¨¨cle (Grasset, Par¨ªs, 2015), Beigbeder conversa consigo mismo, sue?a con entrevistar a Salinger y acaba entrevistando a Scott Fitzgerald a t¨ªtulo p¨®stumo. Aqu¨ª se ha documentado a fondo, demuestra ser un maestro del simulacro y es capaz de convertir un episodio marginal en una recreaci¨®n period¨ªstica tan ucr¨®nica como adictiva.
Oona y Salinger. Fr¨¦d¨¦ric Beigbeder. Traducci¨®n de Franc¨¦s Rovira Anagrama Barcelona, 2016. 291 p¨¢ginas. 19,90 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.