Manuel Toharia: ¡°La ciencia va segando la hierba a la religi¨®n¡±

Este f¨ªsico tiene una larga trayectoria como divulgador cient¨ªfico en prensa y televisi¨®n y ha dirigido instituciones como la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el Museo de las Ciencias Pr¨ªncipe Felipe. En Historia m¨ªnima del cosmos (Turner), Manuel Toharia (Madrid, 1944) explica c¨®mo ha cambiado nuestra concepci¨®n del universo a lo largo de la historia pese a chocar una y otra vez con el prejuicio religioso.

PREGUNTA. Hawking concluy¨® que Dios no es necesario para explicar el universo. Dawkins ve la religi¨®n como una superstici¨®n m¨¢s. ?El avance de la ciencia hace retroceder a la religi¨®n?

RESPUESTA. Mucho antes que Hawking, cuando Napole¨®n le preguntaba el papel de Dios en la mec¨¢nica celeste al importante astr¨®nomo Laplace, ¨¦ste le respondi¨®: ¡°Sire, esa hip¨®tesis no es necesaria¡­¡±. La palabra superstici¨®n resulta agresiva, yo no la utilizar¨ªa. Las religiones se basan en creencias sin posibilidad alguna de demostraci¨®n, lo que llamamos fe. La ciencia es otra cosa, se basa en las evidencias. A medida que la ciencia explica cosas que antes se atribu¨ªan a creencias, va seg¨¢ndole la hierba a la religi¨®n.

P. Algunos dicen que los cient¨ªficos se exceden al entrar en el terreno de lo espiritual. Lo llaman ¡°imperialismo cient¨ªfico¡±.

R. Un cient¨ªfico no debe entrar en el dominio de lo religioso; al menos no como cient¨ªfico (como persona, claro que tiene todo el derecho de hacerlo). Son planos completamente diferentes de pensamiento. En uno, la ciencia, se aplica la racionalidad y la l¨®gica; en el otro, la religi¨®n, se cultiva el seguidismo acr¨ªtico de creencias indemostradas e indemostrables.

P. Usted describe la Edad Media como un periodo en que el poder de la Iglesia impidi¨® cualquier avance cient¨ªfico durante todo un milenio. ?Fue as¨ª?

R. La historia es la que es; quemar por hereje en la hoguera a Giordano Bruno, o encarcelar de por vida a Galileo s¨®lo por decir que la Tierra no era el centro del universo (porque en ella hab¨ªa nacido el hijo de Dios) es un ejemplo brutal, de la sinraz¨®n religiosa y los obst¨¢culos que le ha puesto al pensamiento cr¨ªtico y racional.

¡°Es c¨®mico argumentar que Galileo o Cop¨¦rnico no ten¨ªan las pruebas de lo que dec¨ªan. ?Es que la Iglesia s¨ª las ten¨ªa?¡±

P. Ha escrito Alister McGrath que el caso de Galileo fue tergiversado, y que es un mito que la religi¨®n y la ciencia hayan estado siempre enfrentadas¡­

R. Hay tantos ejemplos que hasta suena rid¨ªculo, dicho as¨ª, que la ciencia y la religi¨®n no han estado enfrentadas. Otra cosa es que hasta tiempos recientes, y quiz¨¢ todav¨ªa hoy, las religiones hayan ganado siempre por goleada. Resulta c¨®mico ver a la Iglesia cat¨®lica, o a gente como ?McGrath, decir que Galileo y Cop¨¦rnico no ten¨ªan en sus manos todas las pruebas de lo que afirmaban. No es cierto, pero aunque lo fuese, ?quiere eso decir que la Iglesia s¨ª ten¨ªa pruebas de que la Tierra era el centro del universo? Suena a broma.

P. El darwinismo sigue siendo contestado desde sectores fundamentalistas. La teor¨ªa del dise?o inteligente ?es solo una cara m¨¢s amable del creacionismo?

R. Lo del dise?o inteligente es una creencia m¨¢s que intenta adaptarse al progreso de la ciencia. Lo malo es que el dise?o de las cosas m¨¢s complejas de los seres vivos dista mucho de ser inteligente; lo m¨¢s que puede decirse es que funciona. Pero a menudo de forma ineficiente, imperfecta, llena de fallos¡­ Un ejemplo un poco b¨¢sico: ?de verdad alguien cree que la forma de conseguir descendencia humana mediante el parto es la m¨¢s inteligente posible? Puestos a hacer bromas, me parece m¨¢s inteligente lo de las aves: pones el huevo, y luego lo incubas fuera, en lugar de incubarlo dentro del organismo femenino¡­

P. ?Le preocupa la persistencia de ideas anticient¨ªficas en el siglo XXI?

R. Me asombra. No puedo comprender c¨®mo tantas personas inteligentes pueden aceptar dogmas muchas veces absurdos que suelen conducir a comportamientos contradictorios. Alguien dijo, y estoy de acuerdo, que las religiones siempre consiguen lo contrario de lo que predican.