De la necesidad surgi¨® el primer editor
Venecia recuerda al precursor del libro de bolsillo, Aldo Manuzio, con una exposici¨®n en la Academia
Su vida podr¨ªa definirse en tres adjetivos: visionario, astuto, intuitivo. Aldo Manuzio (Bassiano, 1449-Venecia, 1515) invent¨® el libro de bolsillo y est¨¢ considerado el primer editor literario. El humanista lleg¨® a Venecia con 40 a?os, ya mayor para la ¨¦poca, pero decidido a imprimir los cl¨¢sicos de la literatura griega, cuando apenas eran ya le¨ªdos. En la ciudad de los canales ¡ªepicentro de las editoriales europeas de los siglo XV y XVI¡ª fund¨® una empresa e impuls¨® la circulaci¨®n del patrimonio de las ideas, contribuyendo a crear una cultura europea com¨²n, que supo integrar el mundo cl¨¢sico al mundo moderno y contempor¨¢neo y al mismo tiempo, ilumin¨® las artes figurativas y sus protagonistas: Bellini, Carpaccio, Tiziano, Giorgione, Barbari, Lotto, Lombardo. Lo cuenta con gran rigor cient¨ªfico la exposici¨®n, Aldo Manuzio, el renacimiento de Venecia, abierta desde el 19 de marzo y hasta 19 de junio, en las salas reci¨¦n restauradas de Galer¨ªa de la Academia, anta?o sede de la prestigiosa escuela de arte.
Desde la primera sala, el espectador capta que, no se trata de una exposici¨®n concentrada solo en libros: hay un centenar de esculturas, pinturas, objetos producidos hace 500 a?os en la ciudad lacustre, y que, ahora retornan gracias a los pr¨¦stamos de museos ingleses, franceses, italianos, alemanes y estadounidenses. La exposici¨®n deb¨ªa coincidir con el quinto centenario de su fallecimiento, el 6 de febrero de 1515. Sin embargo, la celebraci¨®n llega un a?o m¨¢s tarde debido a una serie de lamentables tropiezos de la burocracia italiana. La Biblioteca Nacional de Espa?a s¨ª cumpli¨® y el pasado a?o ya le dedic¨® una exposici¨®n a Manuzio.
Los dos comisarios de la muestra, Guido Beltramini y Davide Gasparotto, muestran el exquisito planeta Manuzio. Delante del gigantesco Encuentro de pelegrinos con el papa Ciriaco, de Carpaccio, el primero explica el viaje de Manuzio a Venecia: ¡°Aldo era maestro y no confiaba en la calidad de los libros que utilizaba para ense?ar gram¨¢tica latina. Su trabajo nace de la necesidad de dar a sus estudiantes textos precisos, que el mismo hace y corrige. Por eso public¨®, en 1493 Instrucciones gramaticales latinas, libro especial porque el contenido es impecable y el dise?o, nuevo¡±.
El primer libro sali¨® tan bien, que, un a?o m¨¢s tarde, naci¨® el taller del artista-artesano. Considerado un prototipo del Renacimiento, Manuzio tard¨® tres a?os en imprimir 1.792 p¨¢ginas de Arist¨®teles; una copia, en pergamino, de El Escorial se expone en una vitrina apenas iluminada. Inevitablemente, el ojo se detiene delante de una obra due?a de una belleza particular, en cuya portada destaca un retrato de Julio C¨¦sar. El comisario Gasparotto se detiene ante el que fue conocido entonces como el libro m¨¢s hermoso jam¨¢s impreso: El sue?o de Polifilo, escrito en italiano por Francesco Colonna, una novela ilustrada con referencias a la arqueolog¨ªa y las tradiciones griegas.
El Steve Jobs del libro de bolsillo
El comisario Guido Beltramini compara a Aldo Manuzio con otro innovador: "Era una especie de Steve Jobs, que transform¨® un ordenador grande en un telefonino que ahora llevamos en el bolsillo". Su mayor ¨¦xito fueron las ediciones de libros de bolsillo, en formato de octavo, con lomos de un palmo. As¨ª se abandon¨® la lectura en atril y transport¨® el libro a la vida cotidiana de los lectores. La exposici¨®n exhibe la primera edici¨®n de bolsillo: Virgilio (1501). Esos libros se pusieron de moda entre la nobleza europea, as¨ª como las ediciones piratas, que Manuzio contest¨® con un cat¨¢logo de los errores.
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