El rejoneo tambi¨¦n pierde los papeles
El onubense Andr¨¦s Romero cort¨® dos orejas excesivas tras una actuaci¨®n animosa


En esta bendita fiesta de los toros va a perder los papeles hasta el apuntador. Ayer, por ejemplo, los perdi¨®, y de qu¨¦ manera, la se?ora presidenta, que le concedi¨® las dos orejas a Andr¨¦s Romero tras una actuaci¨®n animosa, apasionada y violenta, deficiente con los rejones de castigo, brillante con las banderillas y un rejonazo trasero a un animal moribundo que se hab¨ªa echado tres veces en la arena cuando Romero intentaba clavar banderillas cortas. Fue la del caballero onubense una actuaci¨®n tan aceptable como mejorable, pero en modo alguno acreedora de los m¨¢ximos trofeos en esta plaza.
Pero as¨ª est¨¢n las cosas¡
En este festejo sevillano ha vuelto a quedar el entredicho el m¨¢s que discutible arte del rejoneo; discutible cuando lo ejecutan seis caballeros que no conocen el clasicismo, permiten un espect¨¢culo lento y premioso, carecen del m¨ªnimo sentido de la innovaci¨®n, pierden el tiempo en trotes insulsos y, sobre todo, parecen incapaces de emocionar en el encuentro con el toro.
Ben¨ªtez Cubero-Pallar¨¦s/Seis rejoneadores
Toros despuntados para rejoneo de Ben¨ªtez Cubero-Pallar¨¦s, bien presentados, mansos, descastados y parados; destac¨® el cuarto por su movilidad.
Rui Fernandes: medio rejonazo (ovaci¨®n).
Andy Cartagena: rej¨®n trasero (oreja).
Leonardo Hern¨¢ndez: rej¨®n ca¨ªdo, dos descabellos y el toro se echa (palmas).
Roberto Armend¨¢riz: rej¨®n trasero (silencio).
Manuel Manzanares: pinchazo y rej¨®n trasero (ovaci¨®n).
Andr¨¦s Romero: rej¨®n trasero (dos orejas).
Plaza de la Maestranza. Primera corrida de feria. 3 de abril. Media entrada.
Un espect¨¢culo el de ayer pesado, anodino y carente de esa pasi¨®n inherente al toreo a caballo. Hubo de casi todo, claro est¨¢, pero predomin¨® la soser¨ªa, que impusieron, primero, los toros descastados de Ben¨ªtez Cubero y, despu¨¦s, las maneras toscas y poco ortodoxas de los caballeros.
El portugu¨¦s Rui Fernandes parece el mismo de hace unos a?os. No ha evolucionado o, al menos, no se le nota. Sus formas toreras son rudas, y lo que transmite es una profunda inseguridad, producto de su evidente imprecisi¨®n. Implora aplausos, pero el p¨²blico calla expectante y preocupado. No tuvo suerte Cartagena con su petrificado oponente, pero clav¨® tan despegado como sus compa?eros y fue el ¨²nico que innov¨®: uno de sus caballos ha aprendido a morder a los toros. ?Qu¨¦ bonito¡! Mat¨® pronto y le concedieron una oreja de poco peso.
Templ¨® con torer¨ªa Leonardo Hern¨¢ndez, y se luci¨® en el tercio de banderillas. Suyo fue, quiz¨¢, el mejor par, citando cerca de los pitones, dando el pecho del caballo y cuadrando en la cara. Todo se desinfl¨® en el tercio final y el caballero sali¨® a saludar sin que nadie se lo pidiera. ?Papeles perdidos¡!
Silenciada fue la labor de Armend¨¢riz, que se enfrent¨® al mejor toro y no supo sacarle partido. Arriesg¨® en exceso a los caballos y no dijo nada. Le falt¨® serenidad y le sobr¨® violencia en las formas.
Ha mejorado las suyas Manuel Manzanares, ha ganado experiencia y torer¨ªa, se le ve m¨¢s seguro y confiado sobre los caballos, y templ¨® con conocimiento en banderillas, si bien clav¨® despegado y a la grupa.
Y Andr¨¦s Romero triunf¨® por decisi¨®n, y las dos orejas fueron consecuencia de los papeles perdidos de la presidenta. Toda su actuaci¨®n estuvo regida por el hambre de triunfo, lo cual est¨¢ muy bien; el excesivo premio, sin embargo, es un empacho. Sobre todo, porque esta plaza, la Maestranza, ha ganado su prestigio con algo m¨¢s de exigencia.
Y la guinda: hac¨ªa un fr¨ªo de mil demonios; y solo Andr¨¦s Romero fue capaz de calentar un poco los deca¨ªdos ¨¢nimos del generoso y bendito p¨²blico de rejoneo.
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