Caliwood: el cine que cambi¨® Colombia desde una provincia
El cineasta colombiano Luis Ospina, fundador del grupo de Cali, estrena el documental 'Todo comenz¨® por el fin'
Hubo un momento, hace menos de una d¨¦cada, en el que el cineasta colombiano Luis Ospina se empez¨® a cruzar con j¨®venes disfrazados de su amigo Andr¨¦s Caicedo: mismo corte de pelo, gafas parecidas, tatuajes con su cara. El joven y talentoso artista que se suicid¨® a los 25 a?os, el mismo d¨ªa que recibi¨® el primer ejemplar de su libro ?Qu¨¦ viva la m¨²sica!, se hab¨ªa convertido en un mito. O en una mala versi¨®n de lo que realmente fue. Algo parecido le sucedi¨® al propio cineasta. ¡°Caminando por Bogot¨¢, unos amigos se encontraron a un tipo vendiendo carteras con mi cara¡±, dice Ospina. Se levanta del sill¨®n tapizado con el actor John Wayne que tiene en el sal¨®n de su casa en la capital colombiana, se acerca a una librer¨ªa y vuelve con un monedero plastificado: ¡°Mira qu¨¦ cosa tan cutre¡±.
El malditismo hab¨ªa empezado a devorar el legado del grupo de Caliwood. La obra de unos amigos que cambiaron la historia del cine colombiano durante los setenta y los ochenta se tergiversaba en forma de merchandising, de pel¨ªculas ¡°no autorizadas¡±, incluso de telenovelas. ¡°Tomaron lo m¨¢s superficial¡±, dice Ospina, uno de los impulsores de este movimiento. Caicedo era una mezcla de Jim Morrison y Holden Caulfield idealizado por una muerte temprana y por su libro ?Qu¨¦ viva la m¨²sica!, convertido en la biblia de varias generaciones. El director de cine Carlos Mayolo, una l¨ªnea de coca¨ªna y una botella de vodka. Cuando el cad¨¢ver se volvi¨® demasiado bonito, el cineasta espa?ol Juan Luis Guerin, amigo y admirador de los de Cali, apareci¨® en el momento adecuado. ¡°Que otros no cuenten vuestra historia¡±, recuerda Ospina que le dijo. La frase fue el empuj¨®n definitivo para que se pusiera en marcha Todo comenz¨® por el fin, el documental de m¨¢s de tres horas que cuenta el verdadero relato de lo que crearon en una ciudad de provincia Luis Ospina, Andr¨¦s Caicedo y Carlos Mayolo, con la ayuda de otros colegas y artistas.
El autorretrato recorre dos d¨¦cadas de amistad y de pasi¨®n por el cine. ¡°Muchos artistas de Cali ten¨ªamos la misma preocupaci¨®n por el cambio de la ciudad con los Juegos Panamericanos y m¨¢s adelante con el narcotr¨¢fico y la destrucci¨®n total del patrimonio arquitect¨®nico¡±, dice. El mundo se derrumbaba y estos j¨®venes de clase acomodada se enrumbaban, como se dice en Colombia a entregarse a la fiesta. ¡°No nos casamos, no tuvimos hijos, no asistimos a las reuniones familiares en el club¡±, cuenta Ospina. ¡°Se nos hac¨ªa una irresponsabilidad llenarnos de responsabilidades¡±. Se empe?aron en ser siempre j¨®venes. O como escribi¨® Caicedo casi como un epitafio: ¡°Nunca permitas que te vuelvan persona mayor, hombre respetable. Nunca dejes de ser ni?o¡±.
El esp¨ªritu de los sesenta cre¨® una inesperada uni¨®n entre Nueva York (The Factory de Andy Warhol), Par¨ªs (mayo del 68), Madrid (La movida) y Cali. ¡°El hippismo, el uso recreacional de las drogas, el movimiento musical del rock, un inter¨¦s pol¨ªtico muy fuerte precedido por la ilusi¨®n de la revoluci¨®n cubana¡ El hombre y su circunstancia¡±, resume Ospina. Y detr¨¢s de este tel¨®n siempre estaba el cine. ¡°Nos inventamos una manera de estar en la ciudad, interpret¨¢ndola, sin tener que salir de ella¡±. Les gustaba Hollywood ¨C¡°Me refiero a John Ford, Jerry Lewis, Billy Wilder¡±, apunta- y no dejaban de mirar a Europa. ¡°En aquel momento estaban vivos Antonioni, Bu?uel, Bergman, Kurosawa¡±. Trabajaron con Herzog y Klaus Kinski en Cobra verde (1987). Fundaron el primer Cine Club de Cali ahora convertido en un centro religioso. Se inventaron la revista Ojo al cine. Mayolo cre¨® el g¨¦nero G¨®tico tropical, firm¨® m¨¢s de 30 producciones entre cortometrajes, largos y series. Az¨²car, tal vez la m¨¢s exitosa, trastoc¨® la televisi¨®n colombiana con una radiograf¨ªa de la sociedad del Valle del Cauca.
Y en su intento de contar el mundo desde una provincia le sacaron los colores a Occidente. ¡°Nuestra primera pel¨ªcula con un poco de repercusi¨®n en el exterior fue Agarrando pueblo¡±, dice Ospina. El filme era una parodia de lo que el Grupo de Cali denomin¨® la pornomiseria. ¡°Un g¨¦nero miserabilista que hac¨ªan directores europeos, pero tambi¨¦n latinoamericanos, para conseguir fondos y subvenciones contando la pobreza en el tercer mundo¡±.
Cinco a?os de trabajo
Los cinco a?os que ha tardado en armar el documental los ha dedicado a indagar en el exhaustivo archivo de documentos sobre sus amigos que lleva toda la vida almacenando. ¡°Vivo la angustia por el paso del tiempo, los materiales de aquellos a?os locos me llevaron a creer que todo instante no captado es un instante no vivido, y por tanto, un anuncio de la muerte¡±.
La otra tarea que ha tenido en este tiempo el director ha sido la de lidiar con ella, con la muerte. El d¨ªa que Luis Ospina reuni¨® a los integrantes de Caliwood en su casa de Bogot¨¢ para una comida -que despu¨¦s se convertir¨ªa en ¡°la columna vertebral¡± del filme-, llevaba varios d¨ªas enfermo sin saberlo. ¡°Acab¨¦ en urgencias con anemia por una p¨¦rdida de sangre terrible que termin¨® en un c¨¢ncer. Yo que hab¨ªa hecho una pel¨ªcula de vampiros pens¨¦ que era un bumer¨¢n¡±, rememora. ¡°La enfermedad ten¨ªa que cambiar la pel¨ªcula y la posibilidad de la muerte tambi¨¦n. Ten¨ªa que incorporar mi presente al recuerdo de los 20 a?os que vivimos juntos¡±.
Entre los testimonios de los que a¨²n mantienen vivo el legado y los materiales de archivo se cuelan los d¨ªas que el cineasta pas¨® en un hospital de Bogot¨¢ esperando a una operaci¨®n y despu¨¦s luchando por su vida. Son estas im¨¢genes, mezcladas con las de Andr¨¦s Caicedo afrontando el paso del tiempo a los 25 a?os o las de Carlos Mayolo retando a los d¨ªas con las drogas y el alcohol, las que convierten al documental en un ejercicio de duelo. ¡°La ruina era nuestro honor m¨¢s alto¡±, se lee en la pel¨ªcula. Hasta que la muerte se asom¨® por la esquina. Entonces Todo comenz¨® por el fin se convirti¨® en ¡°el relato de un sobreviviente¡±. En el del autor y el del cine de Caliwood.
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