La obra sin fin
'El alma del pueblo' es un homenaje, un museo audiovisual y una reivindicaci¨®n del t¨ªtere
Si alguien pronuncia la palabra t¨ªtere la reacci¨®n inmediata es pensar en una marioneta, y la siguiente, en ni?os. Pero los t¨ªteres son mucho m¨¢s que mu?ecos movidos por hilos. Ya exist¨ªan en la Grecia Antigua y han evolucionado a lo largo de los siglos con las sociedades en las que nacieron, son objetos de culto en algunos puntos de ?frica y hay maestros de este g¨¦nero por todo el mundo. El proyecto de la compa?¨ªa T¨ªteres Etc¨¦tera, 'El alma del pueblo', es un viaje de encuentros y conocimientos, un banco de im¨¢genes y entrevistas que honra esta disciplina y? que pretende mantenerla viva compartiendo lo que ellos ya han aprendido
Estar hecho de madera, de fibra de carbono o de rollos de cart¨®n, medir cuatro metros o cinco cent¨ªmetros, ser un drag¨®n, un zapato o un jubilado, tener 3 pares de ojos o 50 dedos en los pies. Los t¨ªteres son poder ser cualquier cosa en otro cuerpo. Un alter ego perfecto. Quiz¨¢s por eso nacieron antes de Cristo, y desde entonces cambian, y a veces mueren, alrededor de todo el mundo. En Espa?a, y en casi cualquier otro pa¨ªs, son considerados un g¨¦nero menor frente al teatro. Menos atenci¨®n, menos inversi¨®n, menos apoyo, la idea equivocada ¡ªy extendida¡ª de que son m¨¢s para ni?os que para adultos y sobre todo, el desconocimiento del origen, la historia y su evoluci¨®n.
A contracorriente nada la compa?¨ªa T¨ªteres Etc¨¦tera desde que se cre¨® en Granada en 1981. Y a contracorriente y con refuerzos desde que comenz¨® el proyecto que ha acabado llam¨¢ndose El alma del pueblo y que puede verse este s¨¢bado 9 y domingo 10 en la Sala El Mirlo Blanco del Teatro Valle-Incl¨¢n, en la madrile?a plaza de Lavapi¨¦s. Enrique Lanz (Granada, 1964), la cabeza de la compa?¨ªa, se arremang¨® hace ya siete a?os y decidi¨® comenzar.
'El alma del pueblo'
Direcci¨®n: Enrique Lanz.
Dramaturgia: Enrique Lanz y Yanisbel V. Mart¨ªnez.
Actriz: Yanisbel V. Mart¨ªnez.
Titiriteros: Carlos Montes y ?scar Ruiz.
En la Sala El Mirlo Blanco del Teatro Valle-Incl¨¢n (plaza de Lavapi¨¦s, Madrid), el s¨¢bado 9 y domingo 10 de abril.
El alma del pueblo surgi¨® cuando el grupo afront¨® El retablo de maese Pedro: ¡°Buscando informaci¨®n nos dimos cuenta que no hab¨ªa apenas. Que casi quien m¨¢s informaci¨®n nos daba era Cervantes en textos como El retablo de las maravillas o Maese Pedro¡±. Lanz recuerda con resignaci¨®n la tristeza que sinti¨® al hurgar en la historia del t¨ªtere y no encontrar casi nada. Fue m¨¢s o menos entonces, durante la segunda mitad de los 2000, cuando viajaron a Mal¨ª. ¡°Las referencias all¨ª son incre¨ªbles, lo que Ibn Battuta cuenta en su libro A trav¨¦s del Islam en el siglo XIV es lo mismo que nos encontramos nosotros en el XXI¡±.
El nieto de Hermenegildo Lanz, titiritero, dibujante y pintor, grabador y fot¨®grafo, se lamenta de que las historias que han recopilado durante los ¨²ltimos a?os no se estudie, no se conozca, ¡°ni vaya a interesar a nadie desde un punto de vista cient¨ªfico¡±. Este es un proyecto a medio camino entre el cine documental, obra y conferencia. ¡°Una panor¨¢mica de los t¨ªteres casi a vista de p¨¢jaro. T¨¦cnicas, una visi¨®n amplia sobre qu¨¦ son los t¨ªteres tradicionales y cu¨¢nto hay de ellos en lo contempor¨¢neo¡±. En Espa?a, belenes que siguen mont¨¢ndose en iglesias con t¨ªteres desde el siglo XVII, procesiones de Semana Santa articuladas, un pasado prehist¨®rico y poco difundido en Cantabria. Un recorrido hist¨®rico sobre las tradiciones de t¨ªteres alrededor del mundo que tiene mucho de trabajo de investigaci¨®n: ¡°No solo de los t¨ªteres, sino de las sociedades que generan¡±.
Una historia de amor entre el ser humano y los objetos, as¨ª es como define la compa?¨ªa el espect¨¢culo. Objetos ¨²tiles, decorativos, religiosos, musicales, on¨ªricos¡ en cada rinc¨®n del mundo el t¨ªtere fue creado por una raz¨®n, y cumpli¨® funciones diferentes, desde la ense?anza, la cura o el simple entretenimiento. En algunas regiones de ?frica, como Nigeria o Mal¨ª, esta disciplina va m¨¢s all¨¢ del arte, hunde sus ra¨ªces en la tradici¨®n ancestral y sigue manteniendo en pie la moral y la ¨¦tica, sirven a las cosechas y los rituales, es un elemento social y religioso imprescindible para algunos de sus pueblos. Fue precisamente un maliense, Yaya Coulibaly, uno de los marionetistas vivos m¨¢s importantes del mundo, quien dio nombre al espect¨¢culo de T¨ªteres Etc¨¦tera: ¡°Nos dijo que en la tradici¨®n bamana se pod¨ªa discutir todo salvo los t¨ªteres, porque eran el alma del pueblo. En cuanto la escuchamos supimos que era el t¨ªtulo¡±.
M¨¢s de 700 horas de filmaci¨®n es lo que acumulan hasta ahora, para conservar la memoria, s¨ª, pero tambi¨¦n para reivindicar un proyecto que desde muchos lugares se est¨¢ dejando morir. En ocasiones por falta de voluntad, en otras por ignorancia, a veces porque quienes tiraban de los hilos han fallecido. ¡°Hemos entrevistado a gente que ha ido muriendo, maestros con pero a veces tambi¨¦n sin disc¨ªpulos¡±. Lanz habla de Marion Chesnais, marionetista e hija de Jacques Chesnais, un reconocido titiritero franc¨¦s e importante coleccionista; Pina Cazzaniga Ravasio, de la tradici¨®n de guante de Bergamo en Italia; o de Abdou Traor¨¦ dit Diop, de Mal¨ª, fundador del Festival de T¨ªteres de Markala. ¡°Tantas y tantas personas¡ nos hemos metido en rincones que nadie ha conocido, en Vietnam, por ejemplo, fuimos los primeros en grabar sus t¨ªteres debajo del agua¡±.
Y no han acabado. ¡°S¨¦ que esto es ya para lo que me quede de vida porque iremos a?adiendo nuevos personajes y artistas seg¨²n vayamos haciendo m¨¢s viajes y m¨¢s encuentros por todo el mundo¡±. Como siempre ha defendido Lanz, conocer la tradici¨®n para avanzar: ¡°Me interesa lo contempor¨¢neo, por eso tengo que conocer el pasado, es la base de lo que hacemos¡±. Lanz, como Yanisbel V. Mart¨ªnez, que comparte la dramaturgia con ¨¦l en este espect¨¢culo y adem¨¢s forma parte del mismo, llevan el m¨¦rito de quien da la batalla continua por un g¨¦nero que siempre parece ir varios pasos por detr¨¢s, convencidos, adem¨¢s, de que ser¨¢ as¨ª siempre.
Sinopsis
Yanisbel, una especialista y defen-sora de los t¨ªteres, entra en escena para hablar sobre tradiciones amenazadas, maestros sin disc¨ªpulos, coleccionistas, sobre las diferentes formas de construir los t¨ªteres, y de transmitir a los m¨¢s j¨®venes el oficio, seg¨²n las distintas culturas.
Comienza haciendo referencia a Don Crist¨®bal, el h¨¦roe popular espa?ol, t¨ªtere de guante pr¨¢cticamente desaparecido. Y recuerda aquella funci¨®n hist¨®rica llamada T¨ªteres de cachiporra, que hicieron Manuel de Falla, Federico Garc¨ªa Lorca y Hermenegildo Lanz en Granada, el 6 de enero de 1923.
Para ayudar a Yanisbel en estos menesteres, un miembro de la compa?¨ªa, JFJ, es el encargado de poner las im¨¢genes de v¨ªdeo. Pero este personaje, que es un titiritero de ¡°raza¡± quiere m¨¢s. ?l no se contenta con ¡°darle al bot¨®n¡±, sino que quiere actuar, jugar en directo...
Intentando ayudar a Yanisbel, JFJ comienza poco a poco a intervenir tocando el viol¨ªn, mostrando t¨ªteres de diferentes t¨¦cnicas. Pero ella prefiere que ¨¦l permanezca quieto tras la pantalla y que el p¨²blico preste m¨¢s atenci¨®n a los v¨ªdeos que se van proyectando; por eso reprime los gestos de su colega. Sin embargo JFJ consigue salirse con la suya -actuar en directo- saca un teatrito y hace una escena de guante, protagonizada por el inmortal Pulcinella.
De la pantalla van surgiendo tambi¨¦n t¨ªteres de diferentes lugares del mundo: un calao, marotte de la tradici¨®n maliense, llega de pronto a las manos de Yanisbel, un hada vietnamita que baila sobre el agua se coloca en el centro de la escena, y se crea una rica confabulaci¨®n entre unos planos de realidad y otros.
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