Indulto a ¡®Cobradiezmos¡¯, en Sevilla tuvo que ser

La Maestranza, uno de los templos sagrados de la tauromaquia, fue ayer mi¨¦rcoles protagonista y testigo de un hecho hist¨®rico y trascendental para la fiesta: la vuelta a la vida de un toro de la ganader¨ªa de Victorino Mart¨ªn. En Sevilla tuvo que ser, y era de justicia que as¨ª fuera; en esta plaza, escenario de triunfos, sangre derramada, fracasos y sue?os; prestigiada por la historia y vituperada por la modernidad descafeinada; en esta plaza, referente de grandezas y heroicidades, sali¨® el toro, ese Cobradiezmos de Victorino, nacido para glorificar su especie y dar brillo a la fiesta y ser aclamado como uno de los m¨¢s grandes que en este mundo hayan sido.

Merec¨ªa Sevilla un triunfo as¨ª. Cobradiezmos pod¨ªa haber salido por la puerta de toriles de cualquier otra plaza, pero sali¨® al amarillo albero sevillano. Como ten¨ªa que ser. ?Bendita casualidad¡­!

A medida que pasan las horas y se despeja la mente, se engrandece la figura del toro indultado. Sin duda, Cobradiezmos es uno de los toros m¨¢s bravos, encastados, nobles, completos y redondos que haya salido nunca en la Maestranza. Uno de los toros que, quiz¨¢, solo salgan una vez en la vida. Espectacular y deslumbrante desde que embisti¨® al capote de su lidiador, que lo esperaba de rodillas en los medios, hasta que sigui¨® todo ufano a los cabestros camino de los corrales. Un animal, emblema de bravura y nobleza, que embriag¨® de felicidad a esos pocos aficionados que estaban en los tendidos, necesitados de alg¨²n milagro que les hiciera renovar su fe en la tauromaquia. Y Cobradiezmos les devolvi¨® la alegr¨ªa para siempre. M¨¢s de uno con raz¨®n dir¨¢ que ya puede morir tranquilo.

Y el toro le toc¨® en suerte a un torero modesto, Manuel Escribano, que, quiz¨¢, todav¨ªa, no sea consciente de lo que le ha ocurrido. De momento, ha escrito su nombre con letras de oro en la historia de la Maestranza, que no es poca cosa.

Y protagoniz¨® algo m¨¢s hermoso: estuvo a la altura de su oponente, con un toreo largo, hondo, sentido y emocionant¨ªsimo. Escribano se proclam¨® ayer figura del toreo. Y el t¨ªtulo se lo concedi¨® Cobradiezmos con todos los honores.

Escribano se anunci¨® con Victorino Mart¨ªn y a¨²n le queda Miura; y no como otros, figuras ellos, que prefieren corderitos lechales y ositos de peluche. As¨ª les va, mientras la gloria la pasean los h¨¦roes.

Para triunfar a lo grande hay que arriesgar.

En fin, que el aficionado de verdad, esos de los que tan pocos quedan, vivi¨® ayer uno de los d¨ªas m¨¢s felices de su vida. Y quien estuvo en Sevilla nunca olvidar¨¢ el 13 de abril de 2016, porque corridas como la de ayer se quedan para siempre en el alma. En Sevilla tuvo que ser¡­