¡°He cogido miedo a defraudar a los lectores con Alatriste¡±

Ejerciendo de periodista en los Balcanes, Arturo P¨¦rez-Reverte entabl¨® conversaci¨®n con un empresario y cocinero espa?ol que le solicit¨® permiso para llamar a su restaurante con el nombre del popular espadach¨ªn creado por el escritor y acad¨¦mico. Lo comentaba hoy, jueves, el propio autor, sentado en la Taberna de Alatriste, enclavada en el Madrid de los Austrias, donde ha presentado, precisamente, Todo Alatriste, una edici¨®n limitada y numerada que re¨²ne los siete libros protagonizados por el mercenario del Siglo de Oro que el escritor defini¨® en 15 palabras: "No era el hombre m¨¢s honesto ni el m¨¢s piadoso, pero era un hombre valiente¡­".

Era el capit¨¢n Alatriste y ya ha cumplido veinte a?os. En ese tiempo ha logrado concitar el inter¨¦s de m¨¢s de 20 millones de lectores y ha sido traducido a 40 idiomas. La gente se ha hecho idea de ¨¦l y se han multiplicado las interpretaciones y tambi¨¦n las complicaciones. Hasta el punto de derivar en un problema, al menos para su autor. "Mucha gente lo ha hecho suyo y me reprocha cosas", coment¨®. Necesita un poco de espacio y tiempo ¡ª¡°dos, tres, cuatro a?os¡±, sugiri¨®¡ª para concluir la saga del personaje, de la que quedan todav¨ªa dos entregas. "Naci¨® como un divertimento y se ha convertido en una responsabilidad. Y ahora es demasiado peso. He cogido miedo a defraudar a los lectores con Alatriste".

Se ¡°ha cerrado el primer ciclo¡±, a?adi¨® el autor de El capit¨¢n Alatriste, el primer t¨ªtulo de la serie, que empez¨® para ense?ar historia de Espa?a a la hija del autor, porque, reiter¨®, el principal problema de Espa?a es la falta de educaci¨®n, la ignorancia con su propio pasado. Por eso, P¨¦rez-Reverte (Cartagena, 1951) manifest¨® que su mayor satisfacci¨®n por el ¨¦xito de estos libros es que son lectura obligatoria o recomendada en numerosos colegios e institutos dentro y fuera de Espa?a.

El pasado que retrata la serie no es, precisamente, esplendoroso, explic¨® el autor, aunque ¡°algunos tontos del culo¡± despreciaran en un principio los libros de Alatriste por considerar que desprend¨ªan un aroma a ¡°nostalgia de la Espa?a imperial¡±, a?adi¨®. Nada que ver con la Espa?a desencantada, esc¨¦ptica y "llena de infamia" que se dibuja en los siete libros de aventuras. ¡°Somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos¡±, apostill¨® al final de la comida de presentaci¨®n, entrados ya en temas diversos, en educaci¨®n, en pol¨ªtica, sobre todo; en cuestiones de actualidad que suele tratar en sus art¨ªculos de opini¨®n.

Insisti¨®, en cualquier caso, en que el objeto de la convocatoria era presentar la cuidada edici¨®n de 1.800 p¨¢ginas y 15.150 ejemplares publicada por Alfaguara (del grupo Penguin Random House). Tambi¨¦n destac¨® la labor clave de Juan Cruz, en el lanzamiento de esta serie, cuando el hoy adjunto a la direcci¨®n de EL PA?S era el responsable de Alfaguara en 1996. La responsable actual de la editorial, Pilar Reyes, apunt¨® que los numerosos contactos directos con los lectores prueban el gran impacto de Alatriste.