?msterdam estrena un nuevo museo de arte moderno
Situado entre las salas de Rembrandt y Van Gogh, dedica la primera exposici¨®n a Banksy y Warhol
¡°?Todas las obras expuestas son aut¨¦nticas?¡±, le pregunta un visitante a Kim Logchies, promotora junto con su esposo, Lionel, del nuevo Museo de Arte Moderno y Contempor¨¢neo (MOCO) de ?msterdam. La duda es comprensible. Ubicado en un hermoso edificio de 1904, en su interior conviven techos artesonados y vidrieras con obras de Banksy y Warhol. En teor¨ªa, una mezcla imposible. En la pr¨¢ctica, un feliz maridaje que requiere un ajuste r¨¢pido de la pupila. Para completar el efecto, la casa, dise?ada por Ed Cyupers, primo del arquitecto del Rijksmuseum, se encuentra entre este y el de Vang Gogh. Todos en plena ¡°milla de oro¡± de la capital holandesa.
M¨¢s que un museo al uso, MOCO es un centro privado surgido del entusiasmo de los Logchies, due?os de la LionelGallery. Especializados en grandes firmas, de Picasso a Koons, y de Hirst a Basquiat, ¡°a la vista del volumen de visitas que recib¨ªamos, pensamos que era el momento de brindar a la ciudad obras como las de Banksy, que de otro modo permanecen fuera del circuito cl¨¢sico¡±, asegura Kim. Plantada entre los turistas de los primeros d¨ªas, que fluyen sin parar, la apuesta parece ir por buen camino. El misterio que rodea al brit¨¢nico Banksy, a la vez un artista del grafiti y un activista pol¨ªtico, contribuye seguramente a tirar de un p¨²blico m¨¢s joven que el de sus grandes vecinos consagrados. Y en esta primera antol¨®gica no autorizada, entre las 50 piezas hay verdaderas joyas.
Una de las m¨¢s conocidas es Ni?a que abraza un misil, y representa a la vez la pureza y la destrucci¨®n. Tambi¨¦n el mono que le dice al espectador R¨ªete ahora, recordando el temor a la teor¨ªa de la evoluci¨®n. La Ni?a con un globo, evocadora de la necesidad de la esperanza. O bien Reina Vic, la soberana inglesa Victoria, que aprob¨® leyes contra los homosexuales y aparece sentada encima de otra mujer. Y, desde luego, Beanfield, la pintura de 3x4 metros que lo lanz¨® y no se ve¨ªa desde 2009. Los polic¨ªas que aparecen, vestidos con uniforme antidisturbios, corren de la mano y portan flores.
Las obras de ambos creadores proceden de colecciones particulares y se ver¨¢n hasta septiembre. ¡°Despu¨¦s de 18 a?os en el negocio del arte, disponemos de una buena agenda, pero ni siquiera nosotros hemos podido hablar con Banksy. Su entorno s¨ª nos ha dicho c¨®mo le gustar¨ªa que lo present¨¢ramos¡±.
Con Warhol es distinto. La planta baja est¨¢ dedicada al brit¨¢nico, y el s¨®tano al estadounidense. Una propuesta doble como esta permite comparar algunas de sus ideas m¨¢s llamativas. Donde Banksy retrata a la modelo Kate Moss, Warhol ofrece a Marilyn Monroe. Luego, claro, a sus reinas (Margarita de Dinamarca, Beatriz de Holanda, la princesa Grace de M¨®naco) las latas de sopa Campbel, la actriz Elizabeth Taylor y el cantante Mick Jagger.
Al final del recorrido, en la tienda de recuerdos, hay un par de cuadros aut¨¦nticos para bolsillos reforzados y propuestas m¨¢s asequibles: una lata Cambell con l¨¢pices de colores, el globo rojo de la ni?a o bolsas de papel con su imagen. La pr¨®xima muestra estar¨¢ dedicada a Dal¨ª. La siguiente, a la colecci¨®n privada de un artista pop famoso que Kim prefiere no mencionar.
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