Doble aprendizaje
Hosoda es el gran autor fundamental de la nueva animaci¨®n japonesa surgido al margen del Studio Ghibli
En el a?o 2006, dos grandes talentos de la animaci¨®n japonesa coincidieron en adaptar sendas obras del escritor Yasutaka Tsutsui, llamado ¡°el gur¨² de la metaficci¨®n¡± ¨Cno se pierdan sus tres trabajos traducidos al castellano por Jes¨²s Carlos ?lvarez Crespo en Atalanta: Hombres salmonela en el planeta porno, Estoy desnudo y?Paprika-. La chica que saltaba a trav¨¦s del tiempo fue el segundo largometraje de Mamoru Hosoda, pero el primero en el que pudo empezar a desarrollar su est¨¦tica personal.?Paprika, en cambio, marc¨® la temprana despedida de Satoshi Kon, que muri¨® en 2010 v¨ªctima de un c¨¢ncer sin poder terminar su siguiente proyecto, en un momento en el que todos los aficionados al anime le consideraban uno de los autores m¨¢s visionarios de la especialidad. Da la impresi¨®n de que esa coincidencia puntual en el universo imaginario del irreverente Tsutsui hizo posible un simb¨®lico traspaso de poderes: tras sucesivos trabajos de progresiva brillantez -Summer Wars (2009) y Wolf Children (2012)-, podr¨ªa afirmarse que Hosoda ocupa hoy la posici¨®n de privilegio y s¨®lida promesa cumplida que encarn¨® entonces Kon. Hosoda es el gran autor fundamental de la nueva animaci¨®n japonesa surgido al margen del Studio Ghibli y su sobresaliente?El ni?o y la bestia, que particip¨® en la competici¨®n por la Concha de Oro en el pasado festival de San Sebasti¨¢n, lo confirma a golpe de invenci¨®n visual, riqueza narrativa y acusada identidad estil¨ªstica.
EL NI?O Y LA BESTIA
Direcci¨®n: Mamoru Hosoda.
Animaci¨®n
G¨¦nero: fantas¨ªa. Jap¨®n, 2015.
Duraci¨®n: 120 minutos.
Un laberinto de angostos callejones conecta en?El ni?o y la bestia dos universos aparentemente irreconciliables: el denso cruce peatonal de Shibuya y el espacio m¨ªtico donde reside una comunidad de deidades animales. Un brusco, desastrado, col¨¦rico y holgaz¨¢n guerrero de ese mundo encontrar¨¢ en la figura de un ni?o hu¨¦rfano, que ha huido de sus tutores, al disc¨ªpulo que podr¨ªa ayudarle a cambiar de estatus tras la jubilaci¨®n del jerarca divino. Ese es el punto de partida en un relato de invenci¨®n constante, donde el trazo de Hosuda pasa del extremo detallismo ¨Clos fondos, el movimiento de c¨¢mara alrededor de la multitud de peatones en Shibuya- a la extrema s¨ªntesis ¨Cel cineasta deja sin rellenar, por ejemplo, facciones que no necesita- mientras formula un l¨²cido discurso sobre la educaci¨®n como proceso en doble direcci¨®n: esta bestia que parece canalizar los registros m¨¢s bufos de Toshiro Mifune madurar¨¢ en sincron¨ªa con su alumno, en pleno proceso de neutralizar su sombra interior. Una fantas¨ªa gloriosa, de peso.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.