Tom McCarthy, autor del ¡®Quijote¡¯
El galard¨®n de las letras hispanas deber¨ªa abrirse a escritores en lengua extranjera
Para el a?o pr¨®ximo, hago una modesta propuesta: que el premio Cervantes vaya a parar al brit¨¢nico Tom McCarthy, narrador plenamente cervantino. Darlo a un escritor de lengua extranjera ser¨ªa una buena forma de ser quijotescos. No estar¨ªa mal abrir el juego, salir del pozo local, tener m¨¢s altas miras y tantear una ¡°pol¨ªtica cultural de acogida¡± como la que practicaron durante a?os, con geniales resultados, los franceses. De paso, nos sentir¨ªamos mejor en casa, hasta bajar¨ªa la bilis.
Hay tantas formas de volver a casa como de explicar por qu¨¦ Cervantes es radicalmente moderno. Para Tom McCarthy, Alonso Quijano es alguien que quiere ser aut¨¦ntico (la obsesi¨®n precisamente de nuestro tiempo: ¡°s¨¦ fiel a ti mismo, compra zapatillas Nike¡±) y descubre que para lograrlo ha de sumergirse en ficciones, volviendo a escenificar los mitos de las novelas de caballer¨ªa.
Un d¨ªa, se escribir¨¢ un cap¨ªtulo rar¨ªsimo de la historia del g¨¦nero ¨¦pico, que incluir¨¢ a todos aquellos escritores ¡ªde Sterne a Kafka y de Flaubert a Beckett¡ª que lucharon con un esfuerzo tit¨¢nico contra toda forma de fingimiento o de impostura. Una lucha de evidente acento parad¨®jico, pues quienes as¨ª combatieron fueron escritores que vivieron anegados hasta el cuello en el mundo de la ficci¨®n. Nada que sea de lamentar, al contrario: de esa tensi¨®n han nacido las mejores p¨¢ginas de la historia de la literatura, escritas desde la conciencia de que s¨®lo a trav¨¦s de la ficci¨®n se puede uno aproximar a la realidad.
McCarthy, apasionado de las falsificaciones, duplicaciones e imposturas, es de los que piensan que la literatura empez¨® con esa toma de conciencia de la inautenticidad radical: ¡°Escribir no es originar una se?al, sino recibir, remezclar y retransmitir varias al mismo tiempo. John Cage compon¨ªa montando veinte radios en el escenario y sintoniz¨¢ndolas en tiempo real; entend¨ªa que, para crear, el artista tiene que encontrar una zona en la que pueda ser radicalmente no original¡±.
Hasta esa zona ha llegado el virtuoso McCarthy en Satin Island (editorial P¨¢lido Fuego), novela sobre un ¡°antrop¨®logo empresarial¡± al que encargan escribir un Gran Informe que resuma nuestra era. Cervantes y Joyce parecen sus escuderos en ella, lo cual no es nada extra?o. Para McCarthy ¡ªen declaraciones a In¨¦s Martin Rodrigo¡ª la novela siempre ha estado muerta, y de eso en realidad habla el Quijote cuando nos dice ¡ªlo dir¨¦ en un lenguaje actualizado¡ª que las novelas no acaban de funcionar porque hay una serie fatal de fallos t¨¦cnicos en el software que subyace tras cada una de ellas: ¡°La novela est¨¢ jodida de antemano y la conciencia de Cervantes de este hecho da lugar a la novela moderna¡±.
De ah¨ª quiz¨¢s provenga esa sensaci¨®n de que tanto una lectura como una novela nunca est¨¢n completas. Y es que en realidad la novela siempre es solo posibilidad. Dicho de otro modo: para que la novela no muera hay que escribir sabiendo que est¨¢ jodida y no ignorando que la novela muere cada d¨ªa a campo abierto, gracias al eterno fracaso que la mantiene viva.
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