Canto a la vida de una mujer de coraz¨®n salvaje
Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n protagoniza ¡®La rosa tatuada¡¯, el cl¨¢sico teatral de Tennessee Williams que dirige Carme Portaceli
¡°Hagamos una plegaria por todos los corazones salvajes que viven encerrados en jaulas¡±. Las palabras escritas por Tennessee Williams explican mejor que nadie los anhelos de los corazones reprimidos que laten en su obra La rosa tatuada. Es m¨¢s que una plegaria, es un grito por la vida, un canto a la b¨²squeda de la felicidad, a la capacidad del ser humano por sobrevivir. Es Serafina, una mujer siciliana emigrante en Estados Unidos, la que da vida en La rosa tatuada a ese coraz¨®n salvaje y libre. Aitana S¨¢nchez Gij¨®n, Max a mejor actriz por Medea, se enfrenta de nuevo a un hurac¨¢n de mujer excesiva en el montaje que, dirigido por Carme Portaceli, se estrena el pr¨®ximo viernes en el teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid.
Sin haberse despojado todav¨ªa de la tragedia griega de Medea, esa madre que asesina a sus hijos desquiciada de celos y amargura, Aitana S¨¢nchez Gij¨®n (Roma, 1968) se topa con Serafina, otro ejemplo de mujer devastada por el amor a un hombre, dolorida. ¡°No s¨¦ si voy a poder con ello despu¨¦s de Medea¡±, le respondi¨® la actriz a Carme Portaceli cuando le propuso interpretar al personaje que Tennessee Williams escribi¨® en el verano de 1951 en Barcelona pensando expresamente en la int¨¦rprete italiana Anna Magnani. Serafina, le convenci¨® de inmediato la directora, es lo opuesto a Medea. ¡°Serafina es la vida, el lado luminoso de la vida. A Serafina le vence la necesidad de amar, de ser amada, a pesar de la c¨¢rcel que ella misma se ha creado e impuesto ante el dolor de la p¨¦rdida¡±, se convence ya la actriz tras meses de trabajo con la obra y el primer ensayo completo.
Es La rosa tatuada una obra que transita por unos c¨®digos complicados, que abarca sin transici¨®n todos los g¨¦neros. Es como una monta?a rusa que pasa de la comedia al drama y a la tragedia, de la violencia a la ternura sin descanso ni respiro. Todos concentrados en el personaje de Serafina, una costurera plena de amor y de pasi¨®n que se desgarra ante la muerte de su marido, un camionero italiano con una rosa tatuada en el pecho, y que decide entonces encerrarse en su casa con su hija de por vida. All¨ª, ante la urna con los restos de su amado bajo el manto de la Virgen, los santos y los ¨¢ngeles, Serafina se enfrenta a a?os y a?os de soledad hasta que aparece de nuevo un hombre en su camino. ¡°Serafina es una mujer que ha vivido por y para el hombre, su mayor gloria ha sido amar a ese hombre. En la soledad de su viudedad, mitifica su pasado hasta que la realidad irrumpe como un hurac¨¢n, al darse cuenta de que no todo es de color de rosa. Es una fuerza de la naturaleza sin canalizar, en medio de una sociedad sujeta a normas estrictas, cerradas y conservadoras con la religi¨®n cat¨®lica muy presente y unos convencionalismos muy arraigados que a ella, mujer mediterr¨¢nea y pasional, le pesan pero que acata¡±, explica S¨¢nchez Gij¨®n, cuyo mayor reto en este trabajo, confiesa, ha sido el de mantener el pulso de la verdad de un personaje que da esos saltos emocionales tan bruscos y violentos.
Un dramaturgo feliz en Barcelona
Tennessee Williams (1911-1983), dramaturgo y poeta, es uno de los grandes retratistas del alma humana a trav¨¦s de obras esenciales de teatro que han sido llevadas al cine como Un tranv¨ªa llamado deseo, La gata sobre el tejado de cinc, El zoo de cristal o Dulce p¨¢jaro de juventud.
La rosa tatuada la escribi¨® en 1951 en el hotel Col¨®n de Barcelona, durante una de las ¨¦pocas felices de su vida, enamorado del emigrante y actor italiano Frank Merlo.
En apenas un mes, el dramaturgo termin¨® el texto escrito para la actriz italiana Anna Magnani, quien finalmente no la interpret¨® en el teatro pero s¨ª en el cine junto a Burt Lancaster en la pel¨ªcula que dirigi¨® Daniel Mann en 1955.
En un escenario neutro de grises se levanta y se cierra, literalmente, una vivienda que acoge maniqu¨ªes de costura, con alegres vestidos floreados, y un altar de v¨ªrgenes y santos junto a la cama de los abrazos rotos. El fondo es una gran pantalla audiovisual donde van apareciendo im¨¢genes de la Am¨¦rica m¨¢s profunda. La intenci¨®n decidida de Carme Portaceli ha sido la de alejarse en este montaje del costumbrismo de la ¨¦poca retratada por Williams y, guardando sus esencias, sin romper el hilo esencial que recorre la obra, encontrar el tono m¨¢s actual y vivo de la historia. ¡°Tennessee Williams es mucho m¨¢s transgresor del retrato que de ¨¦l se hizo en Hollywood. La rosa tatuada la escribi¨® en un momento especialmente feliz de su vida, enamorado, y refleja el optimismo y la pasi¨®n por la vida. Es una historia de superaci¨®n¡±, explica su directora que cuenta en esta versi¨®n de Vicente Molina Foix, adem¨¢s de con Aitana S¨¢nchez Gij¨®n, con Roberto Enriquez y Alba Flores, entre otros.
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