Andrea Fraser: ¡°El cuerpo est¨¢ siempre en juego¡±
Muy influida por el feminismo psicoanal¨ªtico de los setenta, la norteamericana entiende la pr¨¢ctica art¨ªstica como reflexi¨®n cr¨ªtica o autoan¨¢lisis
Cr¨ªticos y fil¨®sofos, como Graig Owens, Benjamin Buchloh o Pierre Bourdieu, y artistas conceptuales ligados a la cr¨ªtica institucional -Hans Haacke, Louise Lawler o Yvonne Rainer- han influido de manera poderosa en su trabajo. Son autores que asumieron la investigaci¨®n autocr¨ªtica como una forma de desbaratar el orden riguroso e implacable de la jerga administrativa y que, de manera muy aguda, entendieron las limitaciones discursivas del trabajo art¨ªstico. Hoy, la ¡°cr¨ªtica institucional¡± ha acabado siendo una pr¨¢ctica independiente, que colabora ostensible y, dig¨¢moslo as¨ª, muy ¡°positivamente¡±, con las fuerzas de producci¨®n industrial y de consumo.
PREGUNTA. ?D¨®nde podemos situar hoy a aquellos artistas, en relaci¨®n a los museos, el mercado y los agentes intermediarios, como los comisarios, los dealers?
RESPUESTA. Como artista joven comprometida con la idea de que el arte y los artistas son agentes de transformaci¨®n, una de las lecciones m¨¢s importantes que aprend¨ª de los ¡°cr¨ªticos institucionales¡± m¨¢s tempranos, especialmente de Daniel Buren, es que resultaba una falacia idealista esperar que de una obra, intervenci¨®n o estrategia se pudiera obtener un potencial cr¨ªtico permanente. Por supuesto que las practicas art¨ªsticas, incluidas las llamadas pr¨¢cticas cr¨ªticas, siempre van a ser ¡°institucionalizadas¡±. Pensar otra cosa es imaginar que el arte puede escapar a la historia . Los site-specific que tan rigurosamente desarrollaron Buren o Michael Asher, fueron solo temporalmente-espec¨ªficos. El tiempo que dura el impacto de una intervenci¨®n puede ser muy, muy limitado. Despu¨¦s de esto, como mucho pueden funcionar como un modelo a superar, pues las estrategias tambi¨¦n deben cambiar con el paso del tiempo.
P. En su intento por entender las condiciones que hacen posible una pr¨¢ctica art¨ªstica, su trabajo se parece al de una soci¨®loga, antrop¨®loga o profesora de Universidad m¨¢s que al de una artista que expone su obra en una bienal, o en un museo...
R. Si una intervenci¨®n cr¨ªtica s¨®lo puede funcionar en un momento o ¨¦poca concretos, tambi¨¦n lo har¨¢ dentro de un contexto particular y en un escenario de relaciones. Hablar de cr¨ªtica en un contexto acad¨¦mico es algo muy diferente a tratar de intervenir cr¨ªticamente en ese contexto. Lo mismo pasa si hablamos de un museo, de una revista de arte o de cualquier otra publicaci¨®n.
P. ?C¨®mo intervendr¨ªa cr¨ªticamente, por ejemplo, en este peri¨®dico?
R.?Tendr¨ªa que tener informaci¨®n sobre el porqu¨¦ usted ha querido hacerme una entrevista, saber m¨¢s sobre el contexto en que va a ser publicada, conocer m¨¢s EL PA?S y el perfil de sus lectores, c¨®mo los artistas son representados en ¨¦l y c¨®mo esas representaciones funcionan actualmente en el ¨¢mbito espa?ol.
P. ?Y d¨®nde encuentra hoy el artista los espacios de resistencia? Usted ha afirmado alguna vez que la idea de que un artista es un sujeto libre es extremadamente regresiva, cuando no ingenua.
R. ?Resistentes a qu¨¦? Uno siempre ha de preguntar. ?Y qu¨¦ es lo que realmente criticamos? Hemos rechazado el esteticismo, el arte por el arte, y ahora tenemos la resistencia por la resistencia. Yo creo en la reflexi¨®n por la reflexi¨®n, entendida como una reflexividad cr¨ªtica o autoan¨¢lisis. Pero cuando se trata de imaginar una acci¨®n pol¨ªtica, uno tiene que dejar muy clara cu¨¢l es su postura frente a las relaciones de poder. Es verdad que, para muchos, el artista est¨¢ del lado del poder y la ¡°resistencia¡± no va m¨¢s all¨¢ de un simple rechazo de la realidad socioecon¨®mica. Los conservadores han explotado todo esto de manera muy eficaz, en las llamadas guerras culturales, al identificar las pol¨ªticas progresistas con el elitismo.
P. Duante los setenta. el arte feminista fue muy importante para el desarrollo del conceptual, al plantear cuestiones sobre la naturaleza del sujeto de la producci¨®n art¨ªstica, o si prefiere, del sujeto de la creatividad. ?Est¨¢ usted todav¨ªa involucrada en el movimiento feminista?
R.?Soy feminista. Crec¨ª en un ambiente familiar feminista y l¨¦sbico. Me influy¨® mucho el feminismo psicoanal¨ªtico de mediados de los setenta y ochenta, lo que me llev¨® a repensar los trabajos site-specific en t¨¦rminos relacionales. Uno solo puede esperar tener un impacto en las relaciones en un contexto y tiempo determinados y de acuerdo con los valores y fantas¨ªas que le impulsan y sostienen. Tanto si esos valores son abiertamente sexuales, sociales o econ¨®micos, lo que est¨¢ claro es que siempre son afectivos. De esta manera el cuerpo est¨¢ siempre en juego.
P. A usted se le critic¨® por una performance, Untitled (2003), donde ¡°alquilaba¡± su cuerpo a un coleccionista por veinte mil d¨®lares en una habitaci¨®n de un hotel, previo acuerdo con su galerista Friedrich Petzel. Hubo feministas que no entendieron aquel trabajo, lo vieron como algo sensacionalista. Algunos colegas de la cr¨ªtica incluso la llegaron a insultar, llam¨¢ndole?whore (puta), sin acordarse de que otros artistas hombres, como Vito Acconci o Chris Bruden tambi¨¦n practicaron sexo ¡°ilegal¡±. Estaba claro que usted hab¨ªa traspasado las barreras ¨¦tico-est¨¦tica y de g¨¦nero. ?Un artista debe estar expuesto a su propia cr¨ªtica?
R.?El arte existe dentro de ciertas estructuras sociales y psicol¨®gicas que van m¨¢s all¨¢ de la intenci¨®n individual y que, simplemente, son imposibles de controlar. Con todo, creo que los artistas somos responsables de todas las respuestas que la obra engendra. Es a trav¨¦s de esas respuestas, sean positivas o negativas, que aprendemos sobre las relaciones que producimos y las estructuras que activamos de acuerdo con nuestros valores y fantas¨ªas. Es posible que Untitled haya representado un cambio en mi trabajo, desde una aproximaci¨®n cr¨ªtica a una m¨¢s anal¨ªtica, es decir, desde un modelo de negaci¨®n cr¨ªtica fundamentado en un juicio pol¨ªtico o ¨¦tico a otro en el que dicho juicio ser¨ªa considerado una negaci¨®n en un sentido freudiano, una escisi¨®n y un rechazo de lo que uno est¨¢ realmente haciendo o diciendo, o lo contrario, una apuesta por ello.
¡°Veo un mundo del arte profundamente corrompido. Escapar de ¨¦l no es opci¨®n a menos que uno fantasee con utop¨ªas¡±
P. Si el artista ha de reconocer que puede haber otras interpretaciones de su obra, algunas hostiles, ?hasta qu¨¦ punto corre el riesgo de perder el control de su propio trabajo?
R.?No, porque al reintegrar esos impulsos que le son molestos no lo hace para valorizarlos, sino para relacionarse con ellos de manera m¨¢s abierta, aun cuando eso signifique sufrir verg¨¹enza, culpa o ansiedad por haberlos expuesto. O lo que es lo mismo, provocar esas mismas reacciones en otras personas.
P. Ha criticado el fen¨®meno de las corporaciones y las espectacularizaci¨®n de los museos, el hecho de que ¨¦stos son cada vez m¨¢s competitivos a causa de la presi¨®n del mercado y tambi¨¦n todo aquello que les da sentido, las galer¨ªas, las ferias, los coleccionistas. ?Es ¨¦ste un campo ideal para su trabajo o es m¨¢s bien un campo minado? ?Le quedan todav¨ªa estrategias para desarrollar o, por el contrario, cree que ya no hay capacidad de acci¨®n para ning¨²n artista, pues el sistema del arte se ha convertido, definitivamente, en algo c¨ªnico?
R.?Ese giro ¡°anal¨ªtico¡± del que hablaba antes, puede ser una respuesta a todo ese cinismo. Mi meta como artista es reconocer honestamente la imposibilidad de mi compromiso, incluso cuando soy incapaz de alejarme completamente de un mundo del arte que veo profundamente corrompido por gente que precisamente no act¨²a con buena fe. Pero como el mundo del arte no es m¨¢s corrupto o deshonesto que los otros mundos que le rodean, escapar de ¨¦l no es realmente una opci¨®n, a no ser que uno fantasee con utop¨ªas. Al menos, la tradici¨®n del arte autocr¨ªtico, como la cr¨ªtica institucional, ofrece una oportunidad de ser honesto sobre lo que es ser deshonesto, de no celebrar un triunfo por encima de la ¨¦tica y s¨ª de recuperar lo que est¨¢ en juego en nuestro trabajo. Creo que ¨¦ste ser¨ªa el primer paso para hacer las cosas de manera diferente.
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