La gran juerga

Los da?os colaterales de toda acci¨®n superheroica, encarnados en sucesivos balances de indeseadas bajas civiles, han sido un tema recurrente en las historietas del g¨¦nero desde que este entr¨® en una fase autorreflexiva ¨Ca veces irreverente, a veces respetuosa con el canon- a partir de la d¨¦cada de los 80 del pasado siglo. En 2006, la Marvel levant¨® uno de sus acontecimientos editoriales totalizadores a partir de esa idea con la serie limitada?Civil War, con guion de Mark Millar y dibujo de Steve McNiven: siete comic books de protagonismo colectivo, cuyo relato iba a afectar a todas las series en curso. La serie planteaba el dilema pol¨ªtico de seguir perpetuando la figura del justiciero por cuenta propia o reglamentar al sector en una suerte de funcionariado bajo estricto control gubernamental. El resultado fue una espectacular superproducci¨®n dibujada, trufada de incesantes gui?os para iniciados, en la que el guionista Millar jugaba con toda una mitolog¨ªa heredada, como un ni?o hooligan con un surtido repertorio de mu?ecos articulados, de los que, al final, acababa rompiendo pocos (Millar, por si alguien lo dudaba, no es Alan Moore).

Las pel¨ªculas Marvel mantienen una singular relaci¨®n con las historietas en las que se inspiran: no las adaptan obsesivamente, sino que m¨¢s bien se dir¨ªa que las sue?an, reflejando los momentos clave de esa mitolog¨ªa, pero de otra manera. A menudo parecen so?adas por ejecutivos. En otros casos, por aficionados a los que se ha concedido acceso al tren el¨¦ctrico m¨¢s caro del mundo. Nunca so?adas por locos, visionarios o poetas, lo que no es del todo malo si el resultado son revisiones tan bien musculadas como este Capit¨¢n Am¨¦rica: Civil War, donde los hermanos Anthony y Joe Russo y los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely se empe?an en recordar ¨²nicamente que Civil War era esa serie donde Iron Man y el Capit¨¢n Am¨¦rica se enfrentaban propiciando un cisma superheroico.

Capit¨¢n Am¨¦rica: Civil War mezcla esa fractura en el Universo Marvel con sendas prolongaciones narrativas de?Capit¨¢n Am¨¦rica: el soldado de invierno (2014) y Los Vengadores: la era de Ultr¨®n (2015), sustituyendo el subtexto pol¨ªtico por lo emocional. Un ocurrente y falso flash-back de Tony Stark, la introducci¨®n y reformulaci¨®n de Spiderman y la brillante escena del combate en el aeropuerto son los picos sorpresivos de esta pel¨ªcula, cuyo dilatado metraje no pesa, mientras los detalles de caracterizaci¨®n refuerzan los lazos de complicidad con los aficionados.