Mi m¨¢s hermoso texto
'Mi hermana', '?Org¨ªa?', 'Tiempo de vivir'... Babelia ofrece una selecci¨®n de los mejores poemas de Card¨ªn
TIEMPO DE VIVIR
Mi tiempo est¨¢ escandido de suicidios:
decido al rev¨¦s
del indeciso decidir del uno cada d¨ªa,
y as¨ª deciden todos.
Tiempo de no vivir:
no pienso ya,
s¨®lo la muerte piensa,
y yo no vivo.
Vivo s¨®lo de no morir a cada instante,
de distraer la muerte paso a paso.
Vida divertida es esta m¨ªa,
vida que yo s¨¦ de camuflaje.
No me oculto a los ojos del destino,
pues este ya me tiene condenado
a padecer la vida.
Hablo s¨®lo para lograr o¨ªrme
y quiero verme escrito,
para ver ante m¨ª escrita mi condena.
Si indigno es el vivir,
no es m¨¢s digna la muerte:
es el fin
donde la dignidad de s¨ª
pierde toda importancia.
MI HERMANA
pon la pluma en gola y alto el pensamiento,
la mirada adusta, fr¨¢gil el sentir
del sentimiento,
alza un poco el ce?o, al escribir
las l¨ªneas que aqu¨ª siguen,
el tono alto, altisonante,
para nombrar lo pr¨®ximo,
con quien apenas hablo,
pues somos trasparentes uno a otro,
aun sin casi entendernos:
mi hermana.
Vuela raramente a ti mi pensamiento,
y s¨¦ que est¨¢s cerca,
ah¨ª,
bondad pura, apenas mancillada
por una vida m¨¢s corta que la m¨ªa,
y sin embargo larga.
Pasaste del odio infantil al amor,
sin tr¨¢nsito,
de mi envidia a tu luz,
que sigue infante.
Fuiste peor amada que yo, peor tratada,
y ambos con todo, llegamos
a querernos, hermanos,
al descubrir, por caminos diversos,
que el amor de los padres
no es amor de sujetos.
ROMANCE DEL NI?O PELAYO, SUICIDA Y M?RTIR
?Esa boca sensual, mozuelo, maravilla
debi¨® causar al l¨²brico califa!
?Ese cuerpo juncal, de carne tan bru?ida,
c¨®mo debi¨® incendiar su s¨®rdida sevicia!
La barba del emir de azahar rezuma azumbres,
El ni?o en ella huele del infiel los azufres.
Ni?o querido, bermejo el rey requiebra,
Cuanto t¨² me pidieres al instante te diera,
C¨®rdoba la sultana, o al-?ndalus entera,
y zalamero tienta la infantil entrepierna.
Ya el jay¨¢n se subleva, ya el jen¨ªzaro ensue?a,
Ya el yatag¨¢n se afila con saturnal crudeza.
Poco imagina el rey del n¨²bil la fiereza,
Malfiarse debiera de tanta gentileza:
Est¨¢mpale en el rostro la mano feble y tierna,
De garz¨®n tan galano cual nunca se creyera:
Un dimm¨ª tan infante nunca tal ojos vieran
Enfrentar desafiante la perfidia agarena.
Sinverg¨¹enza chicuelo, la voz real retruena,
De cristiano no viera tan singular afrenta.
Tu indigna majestad, el muchacho retrueca,
Rendirme no podr¨¢ por ma?a ni por fuerza.
Tus primicias tendr¨¦, o acaso yo no fuera,
Abderram¨¢n el grande, de probada firmeza.
Si mercedes no quieres, que tus carnes padezcan,
en mis negros ba?ales, hasta ver tu flaqueza.
Y violento se alza tras de la tierna presa.
Asustado, el rapaz, hacia el balc¨®n se apresta.
Ajimezada es, la ventana, y abierta.
Antepecho no tiene, a fuer de sarracena.
El mozo en el umbral al parteluz se aferra,
Abajo est¨¢ la vega, que afligido contempla.
Altiva, la alcazaba, sobre ella se?orea.
Y as¨ª su voz el ni?o al Santo Dios eleva:
Casto tenme, Se?or, mi castidad preserva;
Del infiel el aprobio mi cuerpo no padezca,
Antes en el infierno condenado me vea,
Que aplacar su ludibrio, as¨ª un instante sea.
Desmedido, el tirano, hacia ¨¦l se endereza:
Tan infernal lujuria, es invencible fuerza,
Mas una fe inmortal el pecho infante alienta
Y un impulso divino al vac¨ªo lo avienta
En el instante mismo que la garra avarienta
Del infernal tirano rasgu?a su pudencia.
El desgarr¨®n final cual insignia flamea,
Luciendo del martirio sagrada filacteria,
Hasta tocar el suelo, donde fatal se estrella.
Desde el balc¨®n cimero, cejijunto contempla,
El tirano agareno la mortal consecuencia
De pasi¨®n tan imp¨ªa cual nunca lo previera:
Maldecido rapaz, carne de malquerencia,
De tan f¨²tiles muertes, Al¨¢ en su largueza,
Con cuerpos tan lozanos presto nos consuela.
As¨ª dijo aquel rey que al Infernal remeda,
Mientras el m¨¢rtir ni?o su alma a Dios entrega
Y un ¨¢ngel del Se?or a C¨®rdoba se acerca,
A anunciar del despojo la palma que cosecha
Que de Cristo contiene cumplida la promesa.
OCA?A, IN MEMORIAM
Oca?a, cuca?a
rugiendo
te enga?a, te obtura
el deseo.
La pintura,
trasunto de tu chifladura,
trabada en la momia
que encomia
tu propia figura.
Redobla la historia
de un trauma intangible,
anclado (supones)
en lo indiscernible.
?ORG?A?
furia a¨²n no, mas af¨¢n,
af¨¢n extraordinario.
terrible, que ser¨¢,
feroz, atroz¡ o pasmo.
?atru¨¦nannos o atruenan?
?an¨¦gannos o anegan?
se ahoga, se embarrancan
as¨ªntotas veloces
se anudan¡ o deshacen.
reti?an ya los c¨ªmbalos,
retumban los c¨ªmbalos.
silencio, m¨¢s, despu¨¦s.
callado son, asaz.
son, o son, resuenan, van.
recitan mal su parte, y
apenas vuelven, caen.
?Los versos quinto, sexto, d¨¦cimo y und¨¦cimo aparecen tachados en la hoja original.
SALMO 151
La verdad es la culpa,
es el culpable el mundo,
y yo con ¨¦l,
por s¨®lo haber nacido.
??????????????????????????????????????????????????????????? ? C¨®mplice soy de todo,
????????????????????????????????????????????????????????????? y en todo ya manchado,
????????????????????????????????????????????????????????????? por culpa de vivir
????????????????????????????????????????????????????????????? ya soy culpable.
Nadie me tiene culpa
ni a nadie echo yo culpas.
Nadie eligi¨® nacer, ni yo tampoco.
Soy inocente en vida (de mi vida que es esta),
y ya con ello peco.
S¨®lo morir redime.
S¨®lo la nada luce limpia de muerte y de pecado.
???????????????????????????????????????????????????????????? No hay dios terrible o prepotente,
???????????????????????????????????????????????????????????? que castigue a un infierno,
???????????????????????????????????????????????????????????? peor que es el vivir.
???????????????????????????????????????????????????????????? Misericordia y dios
???????????????????????????????????????????????????????????? es el final de muerte,
???????????????????????????????????????????????????????????? donde todo termina,
????????????????? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ?? odio y lujuria.
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