Una leyenda del ¡®latin jazz¡¯ cumple medio siglo en el escenario
El trompetista Jerry Gonz¨¢lez es un pionero del mestizaje con el flamenco
Jerry Gonz¨¢lez est¨¢ contento. Las cosas, confiesa, le van bien, ¡°Todo lo bien que pueden ir en ¨¦ste perro mundo¡±. Anda celebrando el trompetista sus 50 a?os sobre los escenarios con una reci¨¦n estrenada condici¨®n residente del Nuevo Caf¨¦ Berl¨ªn, de Madrid, a raz¨®n de dos actuaciones por mes.
La leyenda del latin jazz sigue dando guerra, con su sombrero pork pie color marr¨®n, sus gafas innecesariamente negras y sospechosos habituales como Javier Colina, Daniel Garc¨ªa, Santi Ca?ada o Kirk Lightsey, primero en la lista de aristas invitados, al piano.
Gonz¨¢lez es neoyorquino de ascendencia espa?ola (¡°el bisabuelo de mi madre vino de Ribadesella¡±). La ciudad, entonces, era una selva literalmente hablando: ¡°Me cri¨¦ en un ¨¢rea de bosque al norte del Bronx. Los cr¨ªos nos sub¨ªamos a los ¨¢rboles y nos fabric¨¢bamos lianas para tirarnos por los desniveles, como Tarz¨¢n¡±. La m¨²sica fue un imperativo categ¨®rico, y su tabla de salvaci¨®n. ¡°Donde yo nac¨ª, la honra se ganaba con los pu?os. Lo importante era que supieran que no ibas a aguantar mierda de nadie. A m¨ª, la m¨²sica me sac¨® de la calle¡±.
Trompetista o conguero, jazzista o salsero, siempre ha aunado lo mejor de ambos mundos. ¡°Este tipo tiene un sentido del ritmo como nadie que yo conozca¡±, sentenci¨® Lightsey en el camerino el d¨ªa de la entrevista. ¡°Lo que t¨² no sabes¡±, le contest¨® el aludido ¡°es que yo tocaba free jazz¡±. Y le cuenta de sus atardeceres conspirativos junto a espec¨ªmenes de la new thing neoyorquina ¡ªRashied Ali, Clifford Thornton¡ª reci¨¦n muerto Coltrane. De all¨ª, a la pista de baile con Tito Puente. ¡°As¨ª era mi vida una locura¡±.
Corr¨ªa el cambio de siglo cuando escuch¨® por vez primera a Camar¨®n: ¡°Alguien me puso [el disco] Potro de rabia y miel y me qued¨¦ de piedra¡±. Al poco estaba Gonz¨¢lez buscando su lugar bajo el sol de la noche madrile?a. ¡°Empec¨¦ recorriendo los garitos de flamenco, con mi trompeta y a lo que saliera. Claro que entonces no hab¨ªa otro trompetista que tocara flamenco¡±.
En esas, lleg¨® el [guitarrista] Ni?o Josele y le dijo: ¡°Oye, Jerry, que yo quiero tocar jazz¡±. ¡°Pero si t¨² ya tocas jazz, s¨®lo que no lo sabes¡±, repuso el trompetista.
Hay quien opina que lo mejor de ¨¦ste ¡°Rimbaud del jazz latino¡± (Fernando Trueba dixit) es lo que no puede contarse. Gonz¨¢lez no est¨¢ de acuerdo. Sus d¨ªas de ¡°vampiro internacional¡±, asegura, han pasado.
Superadas sus adicciones, Jerry Gonz¨¢lez ha sobrevivido a s¨ª mismo. El mundo del jazz tiene suficientes m¨¢rtires en su santoral para tener que a?adir uno nuevo. ¡°B¨®rreme de la lista", le dice al periodista mir¨¢ndole directamente a los ojos. Ahora tiene cosas mejores en qu¨¦ ocuparse. Su hija, Julia Amelia, de dos a?os. Y Andrea, su compa?era, que le ha devuelto la ilusi¨®n por la m¨²sica.
?Y c¨®mo se ve tan homenajeado? ¡°Siento que voy a tener que comprarme ropa nueva¡±.
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