Montealto, una corrida para el triunfo
La terna estuvo por debajo de las condiciones de los toros y solo Bautista cort¨® una oreja
A punto estuvo la persistente lluvia madrile?a de fastidiar la celebraci¨®n del festejo que, de hecho, comenz¨® con treinta minutos de retraso mientras un reducido grupo de operarios acondicionaba el ruedo embarrado. Hubiera sido una verdadera pena porque la corrida de Montealto sorprendi¨® muy gratamente; primero, por su excelente presentaci¨®n, preciosa de hechuras; despu¨¦s, porque cumpli¨® con creces en el caballo, lo que posibilit¨® el lucimiento de picadores como Paco Mar¨ªa, H¨¦ctor Pi?a y Manuel Jos¨¦ Bernal; los toros galoparon y persiguieron en banderillas, y llegaron a la muleta con fijeza, recorrido, casta y nobleza, con la excepci¨®n del quinto, que se hundi¨® en el tercio final. No fue una corrid¨®n de toros, pero s¨ª brava, encastada, noble e interesant¨ªsima y, en pura l¨®gica, nada f¨¢cil para los toreros.
Montealto / Bautista, Morenito, Mas
Toros de Montealto, muy bien presentados, cumplidores en los caballos, con recorrido y nobleza en el tercio final, a excepci¨®n del quinto.
Juan Bautista: estocada recibiendo (oreja); dos pinchazos y casi entera (silencio).
Morenito de Aranda: estocada ladeada -aviso-, estocada -segundo aviso- (ovaci¨®n); pinchazo, media baja y un descabello (ovaci¨®n).
Jos¨¦ Manuel Mas: estocada y tres descabellos (silencio); dos pinchazos -aviso-, cinco pinchazos -segundo aviso-, dos pinchazos, media y cuatro descabellos -tercer aviso- (silencio).
Plaza de Las Ventas. Tercera corrida de feria. 8 de mayo. Media entrada.
Como suele ocurrir en estos casos, la terna no estuvo a la altura de lo que sali¨® por la puerta de toriles. No debe ser f¨¢cil, por otra parte, triunfar con un toro bravo, pero ese es el sue?o de todo el que se viste de luces. Ni Bautista, ni Morenito ni el inexperto Mas alcanzaron el triunfo que los toros pusieron en bandeja.
A Bautista, por ejemplo, le toc¨®, quiz¨¢, el toro m¨¢s completo de la corrida, el primero, que embisti¨® con extraordinaria calidad, hondura, clase, fijeza y recorrido en la muleta. El torero estuvo bien, pero¡ Y en ese ¡®pero¡¯ est¨¢ la diferencia entre la puerta grande y una actuaci¨®n airosa, fr¨ªa, con momentos excelentes, pero carente de esencia, unidad y grandeza. Lo recibi¨® bien a la ver¨®nica, con capotazos de buen trazo, en los que el toro ya anunci¨® sus maneras. Comenz¨® con la muleta en la zurda y dibuj¨® algunos naturales aceptables, pero a medida que destacaba el toro disminu¨ªa la fuerza creadora del torero, de modo que no qued¨® claro si es que su capacidad es muy limitada o que le falt¨® confianza y dar importancia a su labor. Lo cierto es que el animal persigui¨® incansable la muleta y el torero dej¨® escapar una ocasi¨®n de triunfo clamoroso. Muy desconfiado se mostr¨® ante el cuarto, otro que humillaba en cada embestida con fijeza y recorrido; pero Bautista se movi¨® en exceso y todo lo desluci¨®. Destac¨®, sin embargo, su picador Paco Mar¨ªa, que ofreci¨® una lecci¨®n de torer¨ªa a caballo ante un toro que acudi¨® largo y empuj¨® el peto.
Algo parecido le sucedi¨® a Morenito, torero de buenas maneras, que se mostr¨® incapaz de dar el paso adelante que la corrida exig¨ªa. Esper¨® a su primero con una larga cambiada de rodillas en los medios y dibuj¨® tres ver¨®nicas y media con gusto y templanza. Con la muleta ya fue otro cantar. El toro exig¨ªa un torero con mando y ese no era Morenito, que luci¨® m¨¢s en los adornos que en el toreo fundamental. Cuando lo cit¨® con la izquierda, sufri¨® un volteret¨®n impresionante del que sali¨® maltrecho y magullado, pero aparentemente ileso. En fin, que estuvo por debajo de lo que el toro requer¨ªa para salir airoso. El quinto s¨ª fue malo, se vino abajo, acort¨® el recorrido y no hubo nada.
La corrida de hoy
Cuarta corrida de feria. 9 de mayo.
Novillos de El Parralejo, para ?lvaro Lorenzo, Gin¨¦s Mar¨ªn y Varea.
Triste, muy triste fue el pasaje vivido por el joven Jos¨¦ Manuel Mas. Ha toreado muy poco desde que tom¨® la alternativa en esta misma plaza en 2010; el pasado a?o, sin ir m¨¢s lejos, se visti¨® una sola tarde. Y eso se nota demasiado en una feria tan exigente como San Isidro. Y m¨¢s cuando te tocan en suerte dos toros hechos y derechos con mucho que torear. La oportunidad que le ofrecieron se convirti¨® en un pat¨ªbulo profesional. Trat¨® de justificarse ante su noble primero, siempre muy despegado y mal colocado, pero sali¨® del compromiso sin apreturas. La papeleta dif¨ªcil lleg¨® en el sexto, un se?or toro, ante el que se mostr¨® tan valiente y voluntarioso como inexperto. No acert¨® con el estoque y le dieron los tres avisos, que, en su caso, es como una sentencia de muerte torera. Las l¨¢grimas del torero en el callej¨®n eran el amargo reflejo de la derrota y de la dificultad que entra?a esta bendita profesi¨®n. Ojal¨¢ tenga suerte en la vida.
Babelia
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